En una petición de Change.org «Salvemos Unidos el Bosque de la Primavera» advierte que la construcción de un fraccionamiento cercano a un ANP generaría «una amenaza ambiental y social de grandes dimensiones».
Ciudad de México, 4 de noviembre (SinEmbargo).– Bajo el título de «Salvemos Unidos el Bosque la Primavera», un grupo de ciudadanos del municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, denuncia que el Área Natural Protegida (ANP), Bosque de La Primavera, se encuentra en peligro a causa de un proyecto inmobiliario que busca construir el fraccionamiento Santa Anita Hills (también conocido como Bosque Alto) en aquel municipio.
Se trata de un desarrollo emprendido por la empresa Inmobiliaria Rincón del Palomar que pretende urbanizar –de acuerdo con cifras de los denunciantes– 62 hectáreas ubicadas a 2.5 kilómetros del polígono del ANP Bosque de La Primavera, es decir, en su área de transición o amortiguamiento, con la construcción de una zona residencial.
El Bosque de La Primavera es un ecosistema ubicado en la Zona Metropolitana de Guadalajara que cuenta con la categoría de Área de Protección de Flora y Fauna y alberga gran variedad de especies de animales y plantas entre las que se encuentran el lince, venado cola blanca, puma, pájaro carpintero, coralillo, así como diversas variedades de hongos y orquídeas terrestres.
«En reiteradas ocasiones hemos acudido a diferentes autoridades públicas a poner nuestra denuncia por el ecocidio que se pretende cometer en áreas de amortiguamiento del Bosque La Primavera y pulmones del área metropolitana de Guadalajara, y con lo que nos hemos encontrado es con un mismo argumento que nos hace creer que existe una clara línea marcada para favorecer poderosos intereses económicos y personales, en la defensa a ultranza de la construcción del fraccionamiento», denuncian.
En entrevista a SinEmbargo, Mary Gómez, miembro de la organización, detalla que «el problema de la construcción es que, aunque no se pretenda hacer dentro de la zona protegida, sí se hará en un espacio que alberga una gran biodiversidad y que se constituye como una zona de transición o amortiguamiento para el núcleo del Bosque, cuya función es precisamente amortiguar los efectos de la urbanidad en ese ecosistema. Así que si se construye ahí, se está afectando directamente al ANP».
La misma advierte que el proyecto implica la tala de «más de cuatro mil 800 árboles, en un predio en el que hay poco más de 14 mil», lo que implica, asegura, un ecocidio «porque además, ellos cuentan con un programa de rescate totalmente irregular e inviable, con el que dicen que van a transplantar más de cuatro mil árboles que, de entrada, necesitan propiedades especiales para vivir y esas se las da el Bosque de la Primavera».
Por otro lado, la organización ha advertido que la construcción afectará «irremediablemente» los sistemas acuíferos de la región, que incluyen mantos freáticos, veneros subterráneos y escurrimientos naturales y que además, «sin una zona arbórea que absorba la carga pluvial se provocarán deslaves, inundaciones y tal vez desastres en las zonas aledañas», advierte Gómez.
Ante el hecho, «Salvemos Unidos el Bosque de la Primavera» ha emprendido diversas acciones en busca de la suspensión definitiva del proyecto, entre las que se incluyen más de cinco mil denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y más de mil 500 quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco.
«Lamentablemente ni la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales] ni la Profepa han respondido a nuestra exigencia de proteger la zona. Es evidente que las dependencias están aceptando que es más productiva estando urbanizada que como bosque, y eso es totalmente contrario a sus funciones, pues ellos deberían garantizar los derechos ambientales a la sociedad», denuncia Gómez.
La organización ha colgado una petición en Change.org que ya ha reunido más de 19 mil firmas, y además ha logrado la apertura de un expediente ante la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte con el fin de que este organismo, a través del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN) inste al Gobierno mexicano a proteger la zona.
Adicionalmente, y derivado de la auditoría realizada al expediente de la acción urbanística, el gobierno municipal de Tlajomulco, encabezado por Alberto Uribe Camacho, expuso que combatirá el intento de la inmobiliaria de ejecutar el proyecto a través de seis acciones, entre las que se incluye un juicio de nulidad contra el cambio del uso de suelo forestal autorizado por Semarnat y la revocación de la licencia municipal.
La inmobiliaria Rincón del Palomar, por su parte, manifestó que se ha acatado a las leyes y normas correspondientes de los tres ámbitos de Gobierno, que el predio en cuestión no forma parte del ANP y que cuentan con autorización de cambio de uso de suelo de la Semarnat, por lo que tienen total derecho a continuar el proyecto.
Después de un par de meses de clausura, Santa Anita Hills ha recibido luz verde por parte de la Profepa para continuar con su desarrollo.
«Pero, por suerte, ya comenzarán las medidas legales para tratar de evitar la construcción del fraccionamiento […] Nosotros lo único que buscamos es proteger la zona, que se haga una revisión a fondo de lo que está pasando: se trata de una obra con muchas irregularidades administrativas y que causa un gran daño ambiental. Esto es un ecocidio. Pedimos que el lugar se respete, si bien no como área protegida, sí como zona de amortiguamiento», concluye Mary Gómez.
