Moscú, 31 oct (EFE).- Egipto prometió hoy a Rusia su «total cooperación» para esclarecer las causas de la catástrofe del avión ruso con 224 pasajeros abordo que se estrelló en la península del Sinaí.
Así se lo hizo saber el Ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shukri, a su colega ruso, Serguéi Lavrov, durante una conversación telefónica, según la agencia oficial rusa RIA Nóvosti,
Shukri «subrayó la obligación egipcia de esclarecer las circunstancias que rodearon la tragedia y (garantizó) la plena cooperación y coordinación con la parte rusa», informó la Cancillería egipcia en un comunicado.
El Comité de Instrucción de Rusia inició hoy registros de las oficinas de la aerolínea propietaria del siniestrado Airbus-321, Kogalimavia (Metrojet), especializada en vuelos chárter.
Según las autoridades rusas, en marzo de 2014 durante una inspección de transporte se detectaron infracciones en la aerolínea, pero fueron subsanadas en el plazo marcado.
La aerolínea mantiene que el factor humano está descartado, ya que sus tripulaciones eran muy profesionales y el capitán tenía más de 12.000 horas de vuelo.
La Embajada rusa en El Cairo informó en su cuenta de Twitter de que «lamentablemente, todos los pasajeros del vuelo 9268 Sharm el Sheij-San Petersburgo han muerto».
De acuerdo a las listas publicadas por la Asociación de Turoperadores de Rusia, en el aparato viajaban 193 adultos, 24 niños y siete tripulantes.
El avión, que perdió contacto con los radares 23 minutos después de despegar con destino a la segunda ciudad rusa, San Petersburgo, se estrelló al sur de la ciudad egipcia de Al Arish, capital de la provincia del Norte de Sinaí.
El avión, que efectuaba el vuelo 9268 y tenía más de 18 años de servicio, fue antes operado por las aerolíneas turca Onu Air y la libanesa Middle East Airlines.
Los equipos de rescate ya han podido encontrar las cajas negras del aparato, que se encuentra en una zona montañosa de difícil acceso, según la televisión estatal egipcia.
La agencia oficial RIA Nóvosti, por su parte, indicó que los tripulantes del avión llevaban varias semanas quejándose de problemas en los motores del aparato.