Mexicanos que radican en Nueva York y que han destacado se están sumando a esfuerzos para mejorar la vida de sus compatriotas, muchos de ellos indocumentados que viven en «La Gran Manzana».
Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).- En Nueva York, Estados Unidos, un mexicano exitoso llamado Carlos Valverde Rojo, «le quiere dar la mano a sus compatriotas» en un momento en que los asuntos migratorios tienen dividida a la población, dice el diario The Christian Science Monitor.
En Nueva York, la comunidad mexicana «está luchando» y a ella se han unido los inmigrantes mexicanos que han logrado destacar en ese país, que «se están levantando para ser parte de la solución y, en el proceso, la superación de los viejos estereotipos», dice una nota firmada por Tyler J. Kelley.
El ejemplo del arquitecto de 31 años de edad, originario de Tijuana, Baja California, que trabaja en la firma de inversión y de desarrollo de inmuebles Silverstein Properties, Inc., como gerente de construcción, es uno más de muchos que se han venido sumando en los últimos tiempos, indica el rotativo.
Valverde fue uno de los constructores de la Freedom Tower, el edificio más alto de occidente y el tercero en el mundo. Actualmente se desempeña como el encargado de desarrollar las torres 2,3 y 4 que conforman el nuevo World Trade Center de la urbe también conocida como «La Gran Manzana», edificios que miden entre 70 y 80 pisos.
La vista de su oficina, en el piso 38 de un rascacielos, es, en muchos sentidos, «la visión de los sueños muchos inmigrantes», dice el rotativo. Pero en otro inmueble ubicado a un costado del Sunset Park de Brooklyn, la vista es muy distinta.
Se trata de la oficina que tiene Valverde en una organización no lucrativa a la que pertenece, la Organización Mixteca, en la cual de seis a ocho inmigrantes se sientan en sillas plegables alrededor de mesas de plástico con dificultades para aprender español o matemáticas.
El rotativo recuerda que según algunas estimaciones, hay 4.3 millones de inmigrantes mexicanos en la zona metropolitana de Nueva York, y de acuerdo con un estudio de 2015 del Instituto de Política Migratoria, estos son el grupo de inmigrantes más desfavorecidos en los Estados Unidos.
Y Valverde no es el único. Por ejemplo, Edgar Morales pasó de ser un trabajador de la construcción para obtener una educación universitaria pagada por un filántropo mexicano.
Lo más importante, dice el diario, si ellos vivieran en México, estarían rodeados de guardaespaldas y vivirían en casas rodeadas de alambre electrificado. Pero en EU están obteniendo una nueva perspectiva.
Después de pasar horas hablando con los clientes acerca de todos los detalles imaginables del interior de un ascensor, Valverde dice: «Voy a Sunset Park y hablo con un graduado mixteco que acaba de terminar Inglés 3 y es un panadero». En comparación con la realidad del panadero, dice, las cuestiones de ascensores parecen «minúsculas»
«Hay una gran desconexión entre la población migrante mexicana que no tiene visas y los otros mexicanos en la ciudad de Nueva York, de familias con dinero, con influencia y educación universitaria», dice Valverde. Fue una revelación cuando se dio cuenta de que en los Estados Unidos, «No tiene que ser la forma cómo se encuentra en México [a la sociedad dividida].»
A diferencia de Los Ángeles o Chicago, en Nueva York, el crecimiento de la inmigración mexicana ha sido reciente y abrupto. De acuerdo con el estudio «Los más nuevos neoyorquinos», sobre residentes nacidos en el extranjero compilados por la ciudad en el año 2013, la población mexicana ha crecido en un factor de casi seis desde 1990, siendo la tercera población inmigrante más grande de la ciudad.
Por ello dice el rotativo, no ha habido tiempo para el ingreso mexicano-estadounidense, la ciudadanía, la educación, y la representación política para ponerse al día con la población.
«No es que no me importe», dijo Valverde al The Christian Science Monitor, en referencia a la situación de los mexicanos más pobres en Nueva York. «Simplemente no lo sabía».