Por Conrado García. Enviado
Manzanillo, 24 Oct (Notimex).- Armando Mujica ha pasado buena parte del sábado sacando agua y lodo de su casa. Buena parte de sus muebles como sala, refrigerador y dos colchones terminaban de secarse con el sol que apareció por momentos en Colima, tras el paso del huracán «Patricia».
Los muebles amontonados afuera de su hogar son el escenario donde la familia comparte una sandía, luego de que todos colaboraron para retirar la arena de mar que entró a su casa.
A sus 46 años, Armando Mujica habla sobre el paso del huracán más potente de la historia, «se oía el aullar del aire que golpeaba con fuerza, mientras nuestras casas comenzaban a inundarse».
La desesperación también inundó a todos los vecinos de la colonia Alameda «porque nuestras casas se iban a echar a perder por el agua del drenaje que salía de las coladeras», porque no había luz para echar a andar las bombas que sacan el drenaje,
Señala que atendieron la alerta de Protección Civil, y el sábado a temprana hora recibieron la visita de elementos del Ejército y del gobierno del estado, quienes ayudaron a limpiar la zona y las casas.
Manzanillo presentó este sábado una temperatura agradable, no hubo lluvias como se había pronosticado. Elementos del Ejército y la Marina casi terminan las labores de limpieza en diferentes colonias como la Alameda, que se inundó al brotar el agua de los cárcamos del drenaje y por el desborde de la Laguna de Cuyutlán.
A lo largo de la carretera costera 200, que une a los puertos de Lázaro Cárdenas, Michoacán y Manzanillo, Colima, se observan pocos deslaves y algunos árboles derribados por el paso de un huracán que paso de ser tormenta tropical a huracán categoría 5, en menos de 10 horas.
Notimex recorrió dicha autopista 200, de más de cinco mil kilómetros, donde se comprobó que los efectos de Patricia fueron menores, y permanente el patrullaje de las fuerzas castrenses, como parte del Plan DN-III.
El haber atendido las alertas de Protección Civil del gobierno federal y el hecho de que el huracán Patricia perdiera fuerza al tocar tierra, evitó hechos que lamentar, afirmaron pobladores del lugar.
A sus 70 años de edad, Leandro Gutiérrez sacaba el agua que inundó su negocio de mariscos en el poblado de Caleta de Campos, Michoacán.
«Creo que fue más el escándalo que se hizo que los efectos de este fenómeno natural, la vida tiene que seguir, ahora a trabajar duro porque al rato, a pesar de que el mar está picado, la gente saldrá a pasear a esta playa», subrayó.
Y con un dejo de inconformidad, expresó: «ha habido otros huracanes más fuertes y que sí han afectado a la población, lo importante es que el ejército siempre nos auxilia».
Por la radio, locutores agradecen a la población, el haber actuado conforme a las indicaciones de las autoridades.
En opinión de Andrea Gutiérrez Mendoza, de 35 años y quien carga a su hija Margarita, el huracán Patricia no hizo mucho daño.
«Estamos acostumbrados a ver el mar de fondo, como cualquier otro fenómeno marítimos, pero a lo que más le tememos es a los temblores, esos sí nos hacen salir corriendo», enfatiza.
Propietaria del hotel Posada de Sol, comenta que en el poblado de Caleta de Campos hay más de tres mil habitantes, y ante las alertas de Protección Civil se encerraron desde temprana hora en sus casas.
«Otros se fueron a los albergues, pero ya regresaron a seguir sus labores cotidianas» y señalando hacia el cielo manifestó: «Ya vez, ya ni llueve».
El presiente Enrique Peña Nieto realizó esta tarde un recorrido por las comunidades de Manzanillo que resultaron más afectadas por el paso del huracán Patricia.
Los comboyes de la Policía Federal recorren la ciudad, mientras que la gente sale a la calle como sí fuera un día normal a realizar sus actividades, ya que el peligro quedo atrás.