Por Grace Kapeu
Abiyán, 23 oct (EFE).- Costa de Marfil celebra elecciones el próximo domingo para elegir a su presidente, con el mandato de estabilizar la paz y la pujanza económica logradas por el actual Jefe de Estado, Alassane Ouattara, al frente de una de las primeras potencias de África Occidental.
Ouatta, favorito frente a otros nueve candidatos, aspira a la reelección tras vencer en los sangrientos comicios de 2010, cuando se impuso en segunda vuelta al entonces Presidente, Laurent Gbagbo.
Las presidenciales estuvieron empañadas por las acusaciones de fraude electoral de Gbagbo, en el poder desde el año 2000, y los combates posteriores entre seguidores de ambos líderes, que se saldaron con más de 3 mil muertos y cientos de miles de desplazados.
La violenta represión de las manifestaciones que siguieron a las votaciones llevó a Gbagbo ante La Haya, donde será juzgado por crímenes contra la humanidad, mientras que su esposa y otros altos cargos del régimen fueron condenados a largas penas de cárcel en Costa de Marfil.
Aunque el país parece haber dejado atrás la cruenta guerra postelectoral, algunos analistas consideran que la llegada de nuevos comicios podría desenterrar viejas rencillas.
Las elecciones de 2010 dejaron una profunda división en la población marfileña, ya que casi la mitad de los electores votó por Gbagbo y vio cómo su candidato era derrocado por las tropas leales a Ouattara, con la inestimable ayuda de un contingente internacional liderado por Naciones Unidas y Francia.
Las presidenciales de este año no solo pretenden afianzar la paz lograda en la última legislatura, sino consolidar el rápido crecimiento económico que Costa de Marfil ha experimentado bajo el mando de Ouattara.
La primera potencia de África Occidental aumentó su PIB a un ritmo superior al 8 % desde el fin de la violencia postelectoral, gracias a la inversión en infraestructuras terrestres y la mejora del sector energético y del hídrico.
El primer productor de cacao del mundo, con 1.7 millones de toneladas cada año que representan el 35 por ciento de la producción mundial, se beneficiará del traslado de la sede de la Organización Internacional del Cacao (ICCO, en inglés) desde Londres a Abiyán en 2017.
Mientras la pujanza económica encarece el coste de vida, el Gobierno marfileño ha implantado una cobertura sanitaria universal y la escuela obligatoria hasta los 16 años, que pretende atajar el grave problema de inseguridad creado por las bandas juveniles en Abiyán y otras ciudades.
El próximo domingo, la Agrupación de los Hufuetistas para la Democracia y la Paz (RHDP) de Ouattara y del expresidente Henri Konan Bédié (1993-1999) confía en ganar las elecciones en la primera vuelta y así evitar la unión de los partidos de la oposición en la segunda.
Ouattara contará con el respaldo de los buenos datos económicos y el respaldo de numerosos partidos pequeños que ya han anunciado que apoyarán su candidatura.
En su camino a la reelección, deberá enfrentarse a un buen número de candidatos que cuentan con el respaldo de amplios sectores de la población, pero que por separado difícilmente le vencerán en la primera vuelta.
Es el caso del ex Primer Ministro y ex gobernador del Banco Central de los Estados de África Occidental (BCEAO), Charles Konan Banny, que se presentará como independiente tras abandonar uno de los partidos que forman la coalición gobernante.
Su otro gran adversario será el también ex Primer Ministro y candidato del Frente Patriótico Marfileño (FPI, en francés), partido de Gbagbo y relegado ahora a principal fuerza de la oposición, que todavía cuenta con numerosos apoyos.
También el ex presidente de la Asamblea Nacional Mamadou Koulibaly, que abandonó el FPI y goza de una gran reputación, dará la batalla a Ouattara, en solitario o junto a los otros dos adversarios del presidente, para forzar una segunda vuelta. EFE