Diversas agrupaciones se valen de avances tecnológicos para proteger a los rinocerontes de ser cazados por sus cuernos, piezas codiciadas en el comercio ilegal.
Ciudad de México, 23 de octubre (SinEmbargo).– En vista de la importancia de conservar a las especies de rinocerontes del mundo que se encuentran amenazadas o muy cerca de desaparecer, diversas agrupaciones han establecido métodos de conservación que incluyen el uso de tecnología, desde videocámaras hasta estudios genómicos. Un artículo publicado en la revista Smithsonian, recoge algunas de éstas.
En un primer plano, señala la revista, está el caso de la empresa de bioingeniería «Pembient» que, aprovechando los avances en la secuenciación genómica y síntesis de ADN, se dedica a fabricar y ofrecer productos de vida silvestre, como el cuerno de rinoceronte o marfil de elefante, a bajos precios comparados con los que se generan en la caza furtiva. «Nuestro objetivo es reemplazar el comercio ilegal de la vida silvestre (un mercado negro de 20 billones de dólares) con el comercio sostenible», indica información de la empresa.
La alternativa que Pembient ofrece se basa en el cultivo en el laboratorio de cuernos de rinocerontes hechos a base de queratina, ADN del animal, y otros elementos propios del cuerno, de modo que como resultado final, se obtenga un «cuerno» genéticamente similar al original.
Según declaraciones del cofundador de la empresa Mateo Markus a Smithsonian, «se prevé el día en que los compradores ilícitos utilizarán pruebas genéticas para autenticar su botín […] Con el tiempo, la impresión de cuernos en 3-D va a inundar el mercado negro, lo que eliminará el incentivo para matar a animales».
Otro caso mencionado por el medio estadounidense es la campaña impulsada por el Proyecto de Rescate Rhino, en el que los conservacionistas inyectan (sin dañar la salud del animal) algunos productos químicos que hacen que el cuerno no sea rentable para el tráfico ilegal o, bien, utilizado para fines medicinales.
Se trata de un medicamento antiparasitario que desfigura el cuerno de los rinocerontes y, así, los convierte en inútiles como ornamentos. Además, la sustancia causa efectos negativos en la salud de los humanos, de modo que utilizarlos para fines medicinales también es una opción que se imposibilita.
Eso es en el caso de los «cuernos deformes», pero, hay otros que funcionan de «espías»: la organización británica Protection, que vela por la conservación de rinocerontes en Sudáfrica ha implementado una técnica de monitoreo que les permite presenciar, de primera mano, las amenazas del animal: incrustar una cámara en uno de sus cuernos.
Además, los conservacionistas realizan monitoreos de la frecuencia cardíaca del animal mediante un collar. Cuando el pulso del animal se altera, una alarma y la ubicación del rinoceronte es enviada a los guardaparques para vigilar la región. La esperanza de este método «es que los cazadores furtivos vean a un rinoceronte con collar y sepan que no vale la pena correr el riesgo [de ser arrestados]», comenta el director de la asociación al medio.
Estos métodos han sido implementados en un contexto en que todas las especies de rinocerontes se encuentran en peligro de extinción y, según un artículo de Ros Aveling, Directora Adjunta de la asociación Flora & Fauna Internacional, el cuerno del rinoceronte «ha pasado a ser un objeto de comercio codiciado por despiadadas bandas criminales. Así, el comercio ilegal de cuerno de rinoceronte se ha incorporado al tráfico ilegal de armas, drogas y personas, pues, como en estos casos, el riesgo es asumible dados los beneficios económicos que reporta».