Río de Janeiro, 17 oct (EFE).- La reciente firma del Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP), que previsiblemente absorberá el 40 por ciento de todo el comercio mundial, preocupa a los exportadores brasileños, especialmente a los de la industria agrícola, responsable de un cuarto del Producto Interior Bruto (PIB) del país, aproximadamente.
En un comunicado emitido el día después de la firma del tratado, la Asociación de Proteína Animal Brasileña (ABPA) afirmó que este acuerdo perjudicará al sector de la proteína animal en el país y recordó que «ante negociaciones entre bloques, la competitividad brasileña podría verse reducida».
«El escenario puede ser aún más complicado para los exportadores brasileños si permanecen en la misma situación de aislamiento, mientras que los estadounidenses firman acuerdos más potentes con regiones como la Unión Europea», señaló en un comunicado el presidente de la organización, Fernando Turra.
El sector agrario será uno de los más afectados cuando esta alianza, suscrita por doce países bañados por el Pacífico, entre ellos Estados Unidos, Australia, Canadá y Japón, sea eficaz, según explicó el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Mackenzie, Francisco Américo Cassano.
«En productos como el pollo, la carne de res y el cerdo, tenemos algunos importantes competidores, incluidos los Estados Unidos y Australia, frente a los que vamos a tener una pérdida de competitividad muy significativa. Nuestros productos entrarán en el mercado norteamericano con impuestos y los australianos no», remarcó el profesor.
Sin embargo, tanto Cassano como diversos economistas consultados por Efe, quisieron minimizar los posibles efectos del nuevo bloque en la economía brasileña.
El profesor de economía de la Universidad de Sao Paulo (FEA-USP), Gilmar Masiero, señaló que el nuevo bloque también dependerá de la ratificación del TPP por parte de sus respectivos poderes judiciales.
«Son innumerables los casos de acuerdos que luego no son aprobados por los Parlamentos, y al no serlo, evidentemente, no llegan a ser adoptados», señaló el economista, quien además recordó que, «en todo caso», estos grandes acuerdos «deben cumplir con las directrices de la Organización Mundial del Comercio (OMC)».
El profesor de la FEA-USP incluso dijo creer que un acuerdo de este tipo podría ayudar a acelerar algunas negociaciones importantes para América Latina, como el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea.
De hecho, la ministra brasileña de Agricultura, Katia Abreu, defendió el pasado 15 de abril que Brasil estreche la relación con los Estados Unidos con el fin de «ampliar la cooperación» entre los dos países.
«Debemos armonizar, cada vez más, nuestro diálogo, comenzando por los procesos de importación y exportación», dijo Abreu durante la sesión de abertura del evento ‘Diálogo Agrícola Brasil-Estados Unidos’, en el que participó junto con la embajadora de estadounidense en Brasil, Liliana Ayalde.
La manera de salir de esta situación, sin embargo, pasa necesariamente por la definición de Brasil sobre su papel en el Mercosur, afirmó Cassano.
«Como miembro del Mercosur, Brasil sólo podría tener acuerdos bilaterales con otros países, no puede, por ejemplo, hacer un acuerdo bilateral con la Unión Europea», recordó el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Mackenzie, quien apuntó que ese mismo principio se aplicaría a un posible ingreso de Brasil en el TPP.
«Nos enfrentamos a un acuerdo que no es inmediato, pero que cuando entre en vigor podría ser muy incómodo para nosotros», concluyó Cassano.