En el marco del Día Mundial de la Alimentación, el pontífice latinoamericano envió una carta al director general de la FAO. “¿Es aún posible concebir una sociedad en la que los recursos queden en manos de unos pocos y los menos favorecidos se vean obligados a recoger sólo las migajas?”, cuestiona.
Ciudad del Vaticano, 16 Oct (EFE).- El Papa Francisco alzó hoy la voz a favor de los más pobres. Advirtió que son personas y no números, y reclaman a la comunidad internacional su apoyo para mirar al futuro con un mínimo de esperanza.
Denunció hoy que «la concentración en intereses particulares y los efectos de políticas injustas» frenan iniciativas contra el hambre y la malnutrición, en una carta enviada por el Día Internacional de la Alimentación.
En la misiva al director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, Francisco recuerda que «no obstante los esfuerzos realizados, son millones de personas las que pasan hambre y malnutrición».
«Sobre todo por la distribución inicua de los frutos de la tierra, pero también por la falta de desarrollo agrícola», señala el pontífice.
Francisco critica cómo «la búsqueda afanosa del beneficio, la concentración en intereses particulares y los efectos de políticas injustas frenan iniciativas nacionales o impiden una cooperación eficaz en el seno de la comunidad internacional».
Y afirma que «queda mucho por hacer por lo que se refiere a la seguridad alimentaria» y que es «aún como una meta lejana para muchos».
Ante el que define como «doloroso escenario», Francisco explica que se está «reclamando con urgencia» que «se retome la inspiración» que condujo al nacimiento de esta agencia de la ONU.
Francisco hace repaso en su misiva de las injusticias de un mundo en el que «aumentan las diferencias en los niveles de bienestar, ingresos, consumos, acceso a la asistencia sanitaria, educación y por lo que concierne a una mayor esperanza de vida».
Y lamenta que se asista «a menudo mudos y paralizados» a situaciones «que no se pueden vincular exclusivamente a fenómenos económicos» y critica la que ha denominado «cultura del descarte» con la exclusión de personas.
El Papa dice que habla como «portavoz de las arduas preocupaciones» de los tantos agricultores y campesinos que ha conocido y escuchado «durante los viajes y las visitas pastorales».
Y pregunta en su carta: «¿Es aún posible concebir una sociedad en la que los recursos queden en manos de unos pocos y los menos favorecidos se vean obligados a recoger sólo las migajas?».
El pontífice argentino pide en su misiva a los gobiernos y a las instituciones internacionales «que actúen cuanto antes, haciendo todo lo posible, aquello que dependa de su responsabilidad».
Francisco aboga por aumentar «la protección social», que puede ayudar a los más desfavorecidos a asumir y sobreponerse a las dificultades y contratiempos, y especialmente pide ayudar a las familias, «en cuyo seno sus miembros aprenden desde el inicio lo que significa compartir, ayudarse recíprocamente, protegerse los unos a los otros».
Al respecto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada recientemente por las Naciones Unidas, el papa realizó un llamamiento para que «no se quede sólo en un conjunto de reglas o de posibles acuerdos».
«Confío en que inspire un modelo diverso de protección social, tanto en el plano internacional como nacional», dijo. EFE