Sao Paulo, 13 oct (EFE).- La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, acusó hoy a la oposición brasileña de tener una actitud «abiertamente golpista» y advirtió que no va a ceder ante las presiones de sus opositoes.
«La artificialidad de los argumentos (de la oposición) es absoluta y la voluntad de producir un golpe contra el funcionamiento regular de las leyes e instituciones es explícita», subrayó Roussef durante un acto sindical en Sao Paulo.
Para la jefa de Estado, la oposición, que defiende la apertura de un juicio político con miras a la destitución de la mandataria, «está jugando sin pudor».
Rousseff arremetió contra sus adversarios políticos por querer «acortar» su mandato «sin hechos jurídicos» y subrayó que el discurso golpista no es sólo contra su figura, sino contra el proyecto construido por el gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
«Lo que antes era inconformismo, se transformó en un deseo de retroceso político y eso tiene un nombre: eso es golpismo de manera abierta», añadió la presidenta, quien estuvo acompañada por su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, y el exmandatario uruguayo José Mújica.
La declaraciones de Rousseff se producen en un momento de gran tensión política, ya que el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, tiene en su mesa varias acciones intentadas por la oposición con miras a la destitución de la mandataria, las cuales deberán ser analizadas en los próximos días o semanas.
Pese a las numerosas peticiones ya archivadas por Cunha, la oposición confía en que el presidente de la Cámara acepte la solicitada por un grupo de juristas debido a que cuenta con basta argumentación jurídica y se refiere a las maniobras contables ilegales que el Gobierno supuestamente realizó para maquillar sus resultados fiscales de 2014.
La Constitución brasileña prevé la posibilidad de destituir a un jefe de Estado, pero para iniciar el juicio exige razones jurídicas que, en la opinión del Gobierno, no existen en el caso de Roussef
La mandataria explicó que las maniobras fiscales son «actos administrativos» que fueron realizadas por todos los gobiernos que la antecedieron y matizó que las llamadas «pedaladas» fueron realizadas para garantizar los programas sociales, bandera del PT.
La Presidenta, quien fue reelegida en octubre de 2014 para un segundo mandato, garantizó que luchará para mantener su mandato, que finaliza el 1 de enero de 2019, a pesar de la presión de la oposición para «acortarlo»
«Soy Presidenta porque fui elegida por el pueblo con elecciones libres. Tengo a mi favor la legitimidad de las urnas, que me protege y la cual tengo el poder y el deber de proteger. Soy presidenta para defender la constitución y la democracia», agregó.
Rousseff estuvo respaldada por cientos de integrantes de la Central Única de los Trabajadores, la mayor central sindical del país, que realiza su décimo segundo congreso nacional.