MIT Technology Review reconoce a innovadores mexicanos menores de 35 años

12/10/2015 - 2:00 pm

Dos de los emprendedores mexicanos han aportado al mundo un chip que permite detectar el cáncer de forma más rápida y una pulsera que guía a personas débiles visuales.

Ciudad de México, 12 de octubre (SinEmbargo/Notimex).– La revista MIT Technology Review en español reconoció a los 10 innovadores menores de 35 años más destacados de México.

En el marco de la Semana Nacional del Emprendedor, la revista de tecnología con apoyo de BBVA Bancomer y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconocieron entre otros a Víctor Serdio en la categoría de Innovador del Año y a Marco Trujillo como Innovador Social.

Víctor Serdio, Ingeniero físico industrial de 31 años, desarrolló un chip compuesto por estructuras diminutas que pueden detectar proteínas individuales de forma rápida y precisa, lo cual permite acelerar el diagnóstico del cáncer, reduciendo los costos frente a las técnicas actuales.

En tanto, Marco Trujillo, de 25 años, creó una pulsera inteligente que servirá de guía para las personas débiles visuales e invidentes. «El funcionamiento es como el de un sensor de aparcamiento, pero con vibración en vez de pitidos», explicó Trujillo a la revista. La pulsera se lleva en la muñeca de la mano contraria a la que el invidente utiliza para el bastón.

El director de MIT Technology Review en español, Pedro Moneo, comentó que entregar el premio por cuarto año consecutivo «es la muestra de que el talento es una constante en México y que los jóvenes están interesados en contribuir positivamente con su sociedad”.

A su vez, el director de Innovación y Emprendimiento de BBVA Bancomer, Juan Carlos Arroyo Torres, dijo que “estamos muy satisfechos con los resultados, pues en esta edición hubo proyectos de gran calidad e innovación en varios ámbitos”.

El ejecutivo destacó que en BBVA Bancomer actualmente trabajan para tener un Centro de Innovación, a fin de ofrecer un punto de encuentro y colaboración con los participantes del ecosistema de innovación del país.

La revista precisó en un comunicado que desde 2011, el galardón Innovadores menores de 35 destaca a los mexicanos con mejores proyectos, aquellos que por su talento, implicación e impacto contribuyen a mejorar la economía y bienestar del país.

Desde su primera edición en 2011 en Latinoamérica, 150 jóvenes han sido reconocidos en Centroamérica, Argentina, Uruguay, Chile, Ecuador, Colombia, México, Brasil y Perú.

La selección de los 10 ganadores se dio entre más de 200 candidaturas de diversas áreas, siendo las más destacadas aquellas referentes al desarrollo de software y hardware, Internet, biotecnología y energía, nanotecnología, transporte y telecomunicaciones.

Aquí sus perfiles publicados por el sitio en español:

VÍCTOR SERDIO Y EL CHIP

Nanotecnólogo Víctor Serdio Foto Mit
Nanotecnólogo Víctor Serdio Foto Mit

El nanotecnólogo mexicano Víctor Serdio, afincado en el Instituto Tecnológico de Tokio (Japón), fundó su start-up, Mursla Nanosensors, con la que pretende trasladar los avances en la capacidad de miniaturización de los componentes de la industria de los semicondutores al campo biomédico.

Serdio está creando un nuevo tipo de chip compuesto por estructuras tan diminutas que pueden detectar proteínas individuales de forma rápida y precisa y, de esta forma, acelerar el diagnóstico del cáncer. Estos dispositivos podrían utilizarse allá donde se encuentre el paciente sin necesidad de técnicas de análisis complejas y caras como la ELISA.

Ingeniero físico industrial, en su primer prototipo, Serdio ha aplicado su conocimiento en fabricación de nanoestructuras y le ha añadido la capacidad de detección de biomoléculas. El resultado es un chip con biosensores de unos pocos nanómetros de tamaño que podría detectar la proteína ErbB2, asociada al cáncer de mama.

Una solución con fragmentos de ARN específicamente compatibles con esta proteína se deposita sobre los electrodos de oro del chip. Al cabo de un día los fragmentos se han distribuido sobre la superficie de oro de los electrodos en forma de pequeñísimos filamentos y funcionan como elemento reconocedor del sensor, explica el joven.

Cuando la ErbB2 se une a estos filamentos cierra el circuito eléctrico entre los electrodos y genera una señal. Así es posible captar de forma rápida la presencia de este biomarcador en la sangre. El joven innovador asegura que su chip podría revelar la presencia de otras proteínas si cambiaran la secuencia del fragmento. El objetivo final es poder detectar un gran panel de proteínas biomarcadoras.

Aunque ya existen chips que usan fragmentos de ARN o anticuerpos y miden las diferencias de resistencia eléctrica que se producen cuando se forma un enlace entre el anticuerpo y el antígeno de la proteína, el intercambio de electrones que se produces es muy pequeño, lo que dificulta la medición. El chip de Serdio es más fiable porque lo que detecta es si existe o no resistencia. “Es más sencillo y certero que medir una diferencia de corriente de 20 electrones”, explica el joven.

Pero la principal innovación del trabajo de Serdio es su capacidad de fabricación de sensores cuyos electrodos están separados por unos pocos nanómetros, lo que aumenta la probabilidad de atrapar las proteínas marcadoras. Para lograr chips con estructuras tan pequeñas como para permitir la interconexión de proteínas en ellos, tendrían que usar litografía por haces de electrones, una tecnología con la que se tardan días en fabricar un chip. Para evitarlo, Sedio utiliza en primer lugar fotolitografía convencional para dibujar los circuitos del chip, incluidos los electrodos. Luego, para crear detalles tan pequeños como los que necesitan, añaden un proceso de chapeado de oro, lo que les permite reducir la separación entre electrodos a 100 nanómetros.

Pero aún deben bajar más, hasta menos de cinco nanómetros de separación. Para ello, sumergen el chip en un líquido que forma sobre ciertas zonas del electrodo una capa de oro cuyos átomos tienen una misma orientación cristalina. Esa cualidad -resultado de un tratamiento llamado recocido- permite aumentar la capacidad de absorción de los «filamentos» reconocedores del sensor e incrementa la probabilidad de que una proteína sea detectada.

En el laboratorio, la señal generada por el cierre del circuito sale del chip por seis terminales conectadas a una unidad de medición. En la fase comercial Serdio espera sustituir esta aparatosa infraestructura por un adaptador tipo USB que lleve la señal a un ordenador.

Aunque el proyecto de este joven está todavía en fase temprana, para Carmen Eibe, directora de Coordinación de Proyectos en Zeltia, y jueza de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 México 2015, Serdio presenta “un perfil idóneo que combina ingeniería y visión comercial”.

MARCO TRUJILLO Y SU GUÍA

Marco Trujillo Foto Mit
Marco Trujillo Foto Mit

Casi 40 millones de personas tienen ceguera en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los cuales, casi un millón y medio tienen menos de 15 años.

Aprender a desenvolverse en un mundo lleno de obstáculos invisibles supone un gran reto tanto para ellos como para sus familiares, especialmente en países con menor cantidad de recursos dedicados a adaptar las infraestructuras a su discapacidad. Para ayudarles en esta tarea de navegar por el mundo a oscuras, el joven innovador Marco Trujillo ha creado un wearable que registra el entorno mediante ultrasonidos y transmite al portador esa información con vibraciones.

Trujillo y su socio, Cuauhtli Padilla, expusieron su primer prototipo, como parte de un proyecto académico en la Escuela para niñas ciegas de Guadalajara (México). Al concluir la presentación, los padres de los niños y niñas que habían estado probándolo no sólo les ofrecieron apoyo económico, también conexiones y todo aquello que fuera necesario para lograr que su idea no se quedase en un simple boceto. Los niños habían superado una serie de pruebas, como resolver un laberinto e incluso una niña invidente no paró de moverse, corriendo feliz por todos lados ante las atónitas miradas del grupo de padres.

Lo que tanto entusiasmó a aquel grupo de padres y al que tanto apoyo quiso dar hace casi cuatro años se ha convertido al fin en un producto listo para ser lanzado al mercado. Por 349 dólares (unos 320 euros), la pulsera Ustraap podrá transformar las vidas de millones de personas invidentes al transmitir a su usuario información sobre los objetos a su alrededor, ayudándole a desplazarse sin golpes ni tropiezos.

Para lograr este desarrollo, el joven innovador aparcó sus estudios de Ingeniería Mecatrónica en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey en Guadalajara y fundó su propia empresa, Sunu.

«El funcionamiento es como el de un sensor de aparcamiento, pero con vibración en vez de pitidos», explica Trujillo a la revista. La pulsera se lleva en la muñeca de la mano contraria a la que el invidente utiliza para el bastón. Ligeros movimientos de muñeca permiten enfocar el cono de ultrasonidos, como si se tratase de una linterna. El dispositivo emite y muestrea el eco 30 veces por segundo y produce una vibración de mayor o menor intensidad según la cercanía del objeto que lo produzca. De esta manera la persona ciega puede interpretar las vibraciones y orientarse respecto a los objetos que le rodean.

El dispositivo se comercializará junto a una guía para el usuario que incluye seis ejercicios desarrollados con especialistas en movilidad y orientación. «En las pruebas realizadas se ha constatado que la curva de aprendizaje es más corta que la del bastón para ciegos», aclara el joven mexicano. Concretamente, en menos de un mes la mayoría de los invidentes que la han probado es capaz de utilizarla con soltura, frente a los seis meses que lleva el aprendizaje del uso del bastón. En algunos casos, como el de aquella niña de Guadalajara, unos días son suficientes.

La pulsera tiene una autonomía de ocho horas de uso intensivo, lo que equivale a una semana de uso real. Es decir, solamente activa cuando el portador realiza algún desplazamiento a pie. Para cargarla basta con dejarla sobre el cargador inalámbrico que se suministra. Otro complemento que también se incluirá en el producto final es una SunuTAG, una etiqueta inteligente que se comunica con la pulsera, permitiendo a la persona ciega encontrarla ubicación del objeto al que la ancló. Así ya no será un problema encontrar las llaves, el bolso, o «dar con la puerta de tu habitación en un hotel», dice Trujillo.

En palabras del gerente general de Nuubo y miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 México 2015, Agustín Maciá, «Trujillo ha superado un gran reto al transformar un proyecto de investigación en idea de negocio y finalmente en empresa innovadora gracias a un gran espíritu emprendedor demostrado y reconocido». Haber recibido inversiones de Andrés Barreto y MITA Ventures y haber ganado el premio en la categoría de oro en el MassChallenge así lo atestiguan.

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