Londres, 12 oct (EFE).- Amnistía Internacional (AI) lamentó hoy «el fracaso moral catastrófico» de los países ricos en su respuesta a la crisis global de refugiados, y señala que el 86 por ciento de estos han sido acogidos por Estados en vías de desarrollo.
Al presentar un plan de ocho puntos para mejorar la situación, la organización subraya que, aunque se ha hablado mucho del aumento de los refugiados que llegan a la Unión Europea (UE), «la realidad es que son los países más pobres los que se están viendo obligados a soportar la carga».
La violencia en Siria, Irak o Afganistán y los conflictos en el África subsahariana y en otros lugares han elevado la población global de personas refugiadas a cotas históricas, apunta AI.
Los países en desarrollo, principalmente de Oriente Medio, África y Asia, acogen en la actualidad al 86 por ciento del total de 19.5 millones de refugiados del mundo, mientras que los Estados ricos solo han ofrecido reasentar a una décima parte de los 1.15 millones en situación más vulnerable que lo necesitan.
Según Amnistía, los llamamientos de la ONU para los refugiados sufren una falta de fondos «crónica y severa», lo que les impide recibir ayuda humanitaria básica.
«Las crisis globales múltiples de refugiados están dejando a millones de personas en una situación desesperada, pero la respuesta de los países ricos ha sido un fracaso catastrófico», sostiene en un comunicado el secretario general de AI, Salil Shetty.
«Las personas refugiadas tienen el derecho internacional a pedir asilo y a gozar de él», advierte.
A corto plazo, hay al menos ocho medidas que los países más ricos pueden tomar para amortiguar el impacto de las crisis de refugiados mundiales, señala la organización.
Como prioridad, debe procurarse que los llamamientos internacionales de ayuda para los refugiados y sus comunidades de acogida tengan «una financiación continua, suficiente y predecible».
Deben satisfacerse además «todas las necesidades de reasentamiento identificadas por la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR)», que actualmente establece que hay 1,15 millones de personas refugiadas en situación vulnerable que necesitan reasentamiento.
En tercer lugar, los países ricos deben posibilitar «rutas seguras y legales» para las personas refugiadas, pues la gente «no debe verse obligada a emprender travesías peligrosas para buscar su derecho de refugio».
Según AI, los Estados «deben conceder prioridad a salvar a las personas en peligro, por encima de la aplicación de políticas de inmigración».
En quinto lugar, Amnistía pide «garantizar el acceso al territorio a las personas refugiadas que lleguen a las fronteras», independientemente de que posean documentos válidos de viaje, pues todo el mundo tiene derecho a buscar refugio de persecuciones y conflictos.
En sexto lugar, hay que «combatir la xenofobia y el racismo», y los gobiernos deben abstenerse de insinuar que los solicitantes de asilo y migrantes «son los culpables de los problemas económicos y sociales» de sus países.
En séptimo lugar, AI pide a los Estados que tomen «medidas efectivas para investigar y enjuiciar a las bandas dedicadas a la trata de personas» y, finalmente, que reconozcan por ley el derecho a pedir asilo y gozar de él. EFE