México, 8 oct (EFE).- El Museo del Templo Mayor de la Ciudad de México abrirá el 13 de octubre la muestra «Iroqués, visión arqueológica de una antigua cultura de Quebec», que por primera vez reúne un centenar de piezas arqueológicas halladas en la provincia de Quebec (Canadá) y en el estado de Nueva York (Estados Unidos).
Los vestigios darán cuenta de la vida cotidiana de este pueblo que hacia el año 800 d.C. adoptó el maíz como alimento básico para su subsistencia, cambiando así la fisonomía de la América septentrional, señaló el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México en un comunicado.
La exhibición, organizada por el Museo de Arqueología e Historia de Montreal Pointe-à-Callire y el INAH y que estará abierta hasta el 28 de febrero de 2016, llega a México en reciprocidad por la exposición «Los aztecas, el pueblo del sol», que se presenta en Montreal y ha recibido casi 130.000 visitantes y finalizará el 25 de octubre.
En el acervo de los pueblos iroqueses que el público podrá admirar destacan ollas de barro, pipas, herramientas de trabajo y de la vida cotidiana como punzones, puntas de flecha, metates y arpones, además de vestigios europeos del siglo XVI y granos de maíz carbonizados, entre otros objetos.
La comisaria de la muestra, Elisabeth Moreau, dijo en el recorrido que dirigió por la exposición que los iroqueses fueron por muchos años nómadas, acampaban en las márgenes del río San Lorenzo para abastecerse de pescado y después se dispersaban para cazar, generalmente durante los crudos inviernos norteamericanos.
Hacia el año 500 d.C. comenzaron a cultivar y a construir hogares que albergaban a varias familias de forma semisedentaria. Cerca del 800 d.C., el cultivo del maíz les permitió almacenar alimento suficiente para mantenerse en un mismo lugar durante el invierno.
«Los iroqueses fueron un pueblo indígena contemporáneo a los mexicas, de manera que esta exposición es una gran oportunidad para aprender sobre un desarrollo histórico distinto que ocurría al mismo tiempo a cientos de kilómetros de la gran Tenochtitlan», destacó Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor.