Naciones Unidas, 27 sep (EFE).- El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, abogó hoy en favor de «una transformación rotunda de los sistemas económicos» como condición para la implementación de la nueva agenda para el desarrollo que está impulsando la ONU.
Maduro lanzó la idea en un discurso que pronunció en la Asamblea General de la ONU durante la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible, que se cierra hoy después de tres días de debates para lanzar una agenda que estará vigente hasta 2030.
Los 17 objetivos de la nueva agenda, que Venezuela asume, «es una meta que debe obligarnos a todos», afirmó Maduro en su discurso en la sesión matutina de las intervenciones de algunos de los cerca de 150 jefes de Estado y de Gobierno que participan en la cumbre.
Pero Maduro dijo que «solo una transformación rotunda de los sistemas económicos, solo un cambio absoluto y total de los sistemas impuestos por el pensamiento único neoliberal» le dará viabilidad económica y sostenibilidad a las metas planteadas.
Y precisó que esos «sistemas impuestos» están representados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, instituciones que «imponen» una serie de condiciones que «hacen inviable el desarrollo y logros» de las metas impulsadas por la ONU.
En su discurso, Maduro insistió en que el elemento fundamental para el cumplimiento de las metas de la ONU hasta el plazo final del 2030 es el de «borrar las desigualdades», que son «la fuente y la madre de todas las miserias».
Maduro, mientras la luz roja de su atril indicaba que ya había superado el tiempo reservado para su discurso, que se prolongó por 18 minutos, atribuyó a los «sistemas de dominación», al colonialismo y a la esclavitud la pobreza que deriva de la desigualdad.
A la vez que abogó por un nuevo modelo económico, el presidente venezolano pidió la construcción de un «sistema de garantías para la paz y la soberanía» y mencionó la «trágica historia» que se está viviendo en Oriente Medio y el Magreb.
Atribuyó al flujo de emigrantes que están generando los conflictos bélicos en esas regiones a las «guerras injustas de agresión imperialistas» y la «película de terror» que se está viviendo en la zona.
En un discurso previo, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, también se refirió a las desigualdades sociales y económicas como uno de los principales retos para el desarrollo de las naciones.
Y mencionó que Ecuador ha venido diciendo que los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la agenda que se cierra este año, fueron «adecuados para satisfacer conciencias, pero limitados para generar un cambio social».
Esos objetivos fijados en el año 2000 no cuestionaban las profundas asimetrías sociales y económicas» y se trataba de «un enfoque de necesidades mínimas» cuyo cumplimiento «implicaba un alto riesgo».
«La mejor estrategia de reducción de la pobreza es la reducción de las distancias sociales, económicas, territoriales, ambientales y culturales», insistió el presidente ecuatoriano.
Aun así, agregó Correa, Ecuador cumplirá 20 de las 21 metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y solo quedó pendiente hasta ahora una reducción de la mortalidad materna al menos el 75 por ciento, mientras que su país hasta hoy ha llegado al 68 por ciento.
La sesión matutina de la última jornada de la cumbre incluyó también el anuncio de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sobre los objetivos que se ha fijado su país en la lucha contra el cambio climático.
Rousseff señaló que Brasil se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 37 % para 2025 con respecto a los niveles de 2005, como parte de la propuesta que el Gobierno de Brasilia llevará a París en la cumbre de diciembre.
Entre las personalidades que participaron en la sesión se encontraba el presiente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, quien, al igual que Maduro, mencionó la crisis de flujos migratorios que está viviendo en el Mediterráneo por los conflictos bélicos de Siria e Irak.
Nazarbayev dijo que esa crisis se debe no solo a guerras, sino también «a los desequilibrios en el desarrollo del siglo XXI».
Asimismo, defendió la creación de una «Gran Eurasia» que pueda vincular a ambos continentes con el fin de potenciar el desarrollo regional.