Moscú, 27 sep (EFE).- Decenas de miles de personas, hasta 50 mil según los organizadores, se manifestaron hoy en el centro de Chisinau para exigir la dimisión del Gobierno moldavo y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Dos columnas integradas por miles de manifestantes -una del Partido Socialista de Moldavia (PSM) y otra del prorruso Nuestro Partido- recorrieron hoy las calles de la capital para confluir frente al Parlamento moldavo, donde se unieron al mitin organizado por la apolítica plataforma DA (Dignidad y Justicia).
El PSM -principal fuerza opositora en el Legislativo moldavo- y el izquierdista Nuestro Partido -expulsado hace un año de la campaña electoral al Parlamento pese a que las encuestas le otorgaban un fuerte apoyo de los votantes- se sumaron esta semana a la protesta indefinida contra el Gobierno liderada por DA.
Los dos bloques unidos contra el Gobierno europeísta no tienen nada en común: mientras la DA acusa a las autoridades de frenar con la corrupción el avance hacia Europa, los izquierdistas defienden la integración del país en la Unión Económica Euroasiática (Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguizistán) liderada por Moscú.
Activistas del PSM y de la formación prorrusa del empresario Renato Usati han instalado decenas de tiendas de campaña en una ciudadela levantada el pasado 7 de septiembre por la DA frente al Parlamento moldavo, en la plaza de la Gran Congregación Nacional.
El Primer Ministro moldavo, el liberal Valeri Strelets, autorizó el carácter indefinido de la protesta popular, aunque pidió a los manifestantes que cumplan la ley.
Las protestas organizadas por la plataforma Dignidad y Justicia empezaron la pasada primavera, cuando las autoridades reconocieron el robo del 2.000 millones de dólares de tres bancos moldavos a los que el Estado concedió cuantiosos créditos.
Después de que los tres bancos, integrados en un mismo grupo, dilapidaran 1.000 millones de dólares entre 2012 y 2013, según su versión mediante una cascada de malas decisiones financieras, el Gobierno del entonces primer ministro, Yuri Lianke, firmó un decreto secreto para prestarles otros 1.000 millones de dólares.
Después se supo que ese dinero también había desaparecido y el Gobierno europeísta moldavo tuvo que reconocer que había prestado dinero a las tres entidades corruptas.
Los manifestantes exigen la devolución del dinero y la dimisión de los dirigentes de toda una serie de organismos e instituciones públicas, entre ellos el Banco Central, la Fiscalía general, la Comisión Anticorrupción y el servicio de Aduanas.
La plataforma DA está formada por distintas organizaciones civiles y activistas de todo el espectro político, desde la derecha hasta la izquierda.