Atenas, 25 sep (EFE).- El nuevo Primer Ministro griego, Alexis Tsipras, pidió a sus ministros «arremangarse» y ponerse a trabajar «duro» para acabar con la lógica de los rescates y salir de la crisis en un plazo de cuatro años.
El Tsipras que se presentó hoy, en su primer Consejo de Ministros tras la victoria electoral del pasado domingo, poco tenía que ver con el que los griegos vieron hace ocho meses cuando asumió su primer Gobierno.
Aunque recalcó que el hecho de estar sujeto a un rescate no le impedirá imprimir una «huella» izquierdista al Gobierno, evitó las grandes promesas y se centró en enumerar el programa que debe cumplir Grecia en los próximos meses.
«No tenemos tiempo a nuestra disposición. La negociación ha terminado y el pueblo nos pide gobernar y ser eficaces», subrayó y alertó a los ministros que evaluará a cada uno de ellos por su trabajo y eficacia una vez concluido el primer semestre.
De aquí a noviembre, el Gobierno debe cumplir una serie de requisitos para poder recibir en dos subtramos 3 mil millones de euros del rescate, cuyo monto total está fijado en un máximo de 86 mil millones de euros.
Sin estas medidas, Tsipras no podrá poner sobre la mesa de negociaciones el debate sobre un alivio de la deuda, un tema que, junto a la recapitalización de los bancos, es crucial para el futuro del país, dijo.
El alivio de la deuda hará de nuevo el país atractivo para las inversiones, y la recapitalización de la banca servirá para garantizar los depósitos y poder financiar la economía, precisó.
El acuerdo con los acreedores contempla un máximo de 25 mil millones de euros para la recapitalización, proceso que debería estar listo hasta el 1 de enero, y que es de máxima importancia para la recuperación económica de un país que sigue sometido al control de capitales.
Entre las primeras medidas que se vienen encima figura la abolición de los subsidios al petróleo que tienen los agricultores, acción que se llevará a cabo en dos fases.
La supresión de este subsidio tan solo es una parte de una gran reforma de la fiscalidad en el campo, pues en los próximos dos años el Ejecutivo izquierdista-nacionalista se ha comprometido a eliminar los tipos fiscales preferenciales que tiene este colectivo.
Se trata de un asunto altamente explosivo que ya vivió en carne propia el Gobierno conservador de Andonis Samarás, con bloqueos de carreteras y marchas de agricultores por toda Grecia.
La reforma que posiblemente plantee mayor potencial conflictivo es la laboral y de las pensiones.
En octubre, el Ejecutivo debe aplicar nuevos recortes a las pensiones -mediante, por ejemplo, subidas de las cotizaciones al seguro médico de los jubilados- con el objetivo de poder cumplir la promesa de ahorrar el 1,25 % del producto interior bruto (PIB) hasta finales de 2016.
En materia laboral deberá hacer, en cooperación con expertos independientes, una profunda revisión del mercado de trabajo y buscar fórmulas para conciliar su objetivo de restituir los convenios colectivos -fueron abolidos por el Gobierno conservador- con la liberalización del despido colectivo.
Tsipras recalcó hoy que el Gobierno se mantiene firme en el objetivo de restituir la negociación colectiva.
Recordó además que entre los flecos que quedan pendientes por negociar y en los que el Gobierno pretende mantener su sello social figura la gestión de la elevada cartera de deudas morosas que tienen los bancos.
El primer ministro insistió en que cualquiera que sea la solución para las deudas en mora, la prioridad de su Gobierno será mantener la protección de la primera vivienda.
«El objetivo en todos estos temas será mantener la cohesión social», aseguró.
En los últimos días, Tsipras mantuvo varias conversaciones en Bruselas, entre otras con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, en un esfuerzo de buscar apoyos para que la Eurocámara se sume al cuarteto, una petición que ya había formulado en agosto.
El dirigente heleno confía en que una implicación de los eurodiputados en el proceso de aplicación del rescate le ayudaría a poner de manifiesto los aspectos más duros de este tercer programa de asistencia financiera. EFE