La tarea de generar un nuevo hábito para levantarse más temprano puede ser frustrante si antes no se sabe la importancia del descanso. A partir de ahí, una serie de consejos pueden facilitar este objetivo.
Ciudad de México, 25 de septiembre (SinEmbargo).- Aquel momento crucial en el que concederse unos minutos más en la cama puede perjudicar el orden de las actividades del día, ese es el de levantarse.
Pese a su importancia, eso no hace que sea más sencillo para algunos poder iniciar el día de la mejor forma. Hay quienes llevan tiempo peleando una batalla que pareciera pérdida, es más, están a punto de darse por vencidos. Levantarse a destiempo se ha convertido en parte de sus vidas y se lamentan cada mañana por este mal hábito.
Pero, no debería de ser así, no para los que tienen una vida llena de cosas por hacer, trabajo, estudios, obligaciones que empiezan puntuales.
Despertar más temprano puede ser más fácil, pero hay que saber cómo. Aquí algunos consejos para transitar hacia nuevos hábitos:
ACONDICIONAMIENTO GRADUAL
Algunos expertos consideran que poner la alarma antes de lo que normalmente se acostumbra no significará que las personas dejarán la cama.
A veces los cambios bruscos en el horario biológico aumentan el problema, es decir, quien se quejaba por levantarse a las ocho, y en un intento desesperado por cambiar su dinámica puede poner la alarma a las 6 de la mañana, ¿el resultado?, haber apagado la alarma de un manotazo y terminar por levantarse a las ocho y media.
En este sentido lo recomendable es levantarse más temprano sí, pero de forma gradual, podría intentarse con cuartos de hora si lo que se pretende es adecuarse a una nueva rutina.
CENAR TEMPRANO
Esto podría ser curioso para algunos. Lo cierto es que entre más tarde se coma, más probabilidades hay de que la digestión se robe la calidad del sueño. Algunos médicos incluso recomiendan cenar por lo menos dos o tres horas antes de ir a dormir.
De hecho ciertos insomnios son de tipo alimenticio. Esto es por la cantidad de alimentos que debe procesar el organismo cuando no se supone que debería. Salir a caminar después de la cena puede ayudar a las personas que padecen de estos síntomas.
LUGAR DEL DESPERTADOR
Esto no tendría por qué ser una práctica común, pero si es necesario lenvantarse temprano y no se está acostumbrado a la nueva hora, el cambiar de lugar el despertador puede ser una salida.
Lo ideal es colocar el despertador al lado contrario de la habitación, de esta manera habrá que recorrer todo el cuarto para apagar la alarma y en el mejor de los casos tener la fuerza de voluntad necesaria para meterse a la ducha.
EJERCICIO
Buena parte de los problemas para despertar son en sí problemas para acostarse. Una persona que ha dormido suficiente tiene menos complicaciones para iniciar su día con normalidad.
En ese sentido realizar ejercicio es una método natural para balancear el funcionamiento de los neurotransmisores del cerebro y proporcionar el oxígeno que el cuerpo necesita para dormir de mejor forma.
REDISEÑAR LA RUTINA
Siguiendo el mismo vínculo entre dormir y despertar, puede que una de las causas principales por las que se está teniendo problemas para despertar más temprano sea justamente ir tarde a la cama. De esta cuenta, hacer una pausa y revaluar el entorno es clave para ver qué actividades están llevandose el tiempo que podría servir para dormir.
Llevar un orden es fundamental para que despertar sea una tarea fácil. Una vez subsanada la falta de sueño.
IMAGINACIÓN AL PODER
El resto de recursos para salir de la cama deben quedar basados en la imaginación. Cada quien tiene un método personal que mejor le funciona. Desde motivarse con un compañero de ejercicios mañaneros hasta pedirle a los padres que escondan el despertador, todo es válido.