Mientras el Gobierno federal se jacta de haber aumentado el número de adultos mayores que reciben pensión, estos apoyos no alcanzan para la canasta básica y el sector de salud tiene menos presupuesto.
Ciudad de México, 25 de septiembre (SinEmbargo).– Expertos apuntan que el actual Gobierno, lejos de preocuparse por el bienestar del adulto mayor, utiliza las pensiones como un medio para obtener votos y hacer política.
“Es una ayuda muy marginal, minimalista. Cuando se dan ayudas de ese tipo casi siempre el sentido es reclutarlos como clientela política de un partido político”, dijo Julio Boltvinik Kalinka, investigador del Colegio de México (Colmex), en entrevista con SinEmbargo.
De esta cuenta es con la que el Presidente Enrique Peña Nieto aumentó el padrón del Programa de Pensión para Adultos Mayores (PPAM) en 2 millones 500 mil apoyados, con relación al 2012.
Pero las cuotas mensuales para los beneficiados no alcanzan para la canasta básica, ni para una vida digna. Esta estrategia del Gobierno sería la continuidad un modelo que ha tenido éxito político para autoridades previas, indicó el investigador del Colmex.
“Andrés Manuel López Obrador descubrió esa fórmula, [Vicente] Fox primero se opuso diciendo que iba llevar al país a la bancarrota, y luego, durante su Gobierno lo empezó a copiar. Los adultos mayores, casi siempre, no todos, viven con algún hijo u hija, entonces, cuando les dan dinero, ya no tienen que pedir a otros, y eso genera un efecto de agradecimiento en toda la familia”, dijo.
De acuerdo con las reglas de operación publicadas en el Diario Oficial de la Federación, y sin contar 385 pesos al año para servicios financieros y cuentas bancarias, los apoyos económicos mensuales de este programa son de 580 pesos y se entregan de forma bimestral, mediante la Cruzada Nacional contra el Hambre, a las personas de 65 años o más, que no reciben otra tipo de pensión mayor a mil 92 pesos al mes.
SIN CANASTA BÁSICA
Esta pensión no sería suficiente ni siquiera para comer de forma correcta, ya que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estimó en agosto el precio de bienestar mínimo o de canasta básica, en mil 295 pesos para el área urbana, y en 910 para el área rural.
“Al menos debería ser un salario mínimo, pero si es pensión alimentaria, lo que cuesta alimentar decentemente a una persona son como 60 o 70 pesos al día. Una alimentación balanceada, correcta, además no se está incluyendo los gastos de cocinar, la depreciación del gas, etc. Un salario mínimo apenas cubre la alimentación de una persona”, advirtió Boltvinik.
El Tercer Informe de Gobierno especificó que el PPAM fue destinado a 3.7 millones de personas en el primer semestre de este año, esto es casi el 70 por ciento del padrón.
Esto contrasta con las cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo) que estableció el año pasado que hay 7.90 millones de personas mayores a los 65 años en el país. Población que para el 2020 será de 9.8 millones.
Datos oficiales indican que una de cada cuatro personas mayores de 65 años tiene alguna dificultad para hacer actividades cotidianas como bañarse, caminar, levantarse, utilizar el baño u vestirse.
Pese a la situación, el PPAM ha sufrido recortes de presupuesto. El año pasado pese a tener asignados 42 mil 515 millones en el Presupuesto de Egresos de la Federación en el 2015, a principios de año hubo un ajuste de 2 mil 250 millones de pesos.
Y posteriormente, en la proyecto presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para el 2016, el programa volvió a sufrir otro recorte de 779 millones, ya que fueron asignados 39 mil 486 millones de pesos.
FINANCIAMIENTO DE PENSIONES
Además, el aumento poblacional de la tercera edad implica también replantarse la forma en la que se financian las pensiones, indicó Enrique Cárdenas Sánchez, el director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. Una forma de financiamiento podrían ser los impuestos, sugirió.
“Debe de haber un sistema nacional de pensiones, reestructurado, tratar de disminuir inequidad bárbara, por ejemplo, la que hay entre los trabajadores del seguro social y los trabajadores afiliados al seguro social. O entre unos, y los que tienen 580 pesos al mes, no hay una equidad mínima razonable en el sistema”, dijo en entrevista.
De acuerdo con Cárdenas Sánchez esto implica un enfoque a los esfuerzos en salud, ya que las personas de la tercera edad están más vulnerables a necesitar servicios médicos.
Entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los que menos recursos destina al sector salud, con 6.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), acusó el lunes la Comisión de Salud del Senado.
Asimismo, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) del siguiente año dejará de contar con 5 mil 181 millones de pesos para este rubro, lo cual afecta a todas las edades, indicaron los expertos, pero en especial a los adultos mayores.