Desde 2014, diversas organizaciones han alertado del grave daño ambiental que representa la ampliación del Puerto de Veracruz, acusan al Gobierno de omisión y exigen freno al proyecto.
Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).– Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) entregaron más de 30 mil firmas a representantes de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp) para exigir la revocación de la autorización en materia de impacto ambiental para la extracción de roca basáltica en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas y la protección del Sistema Arrecifal Veracruzano; dos de los tesoros naturales más importantes del país y del mundo, amenazados por el Proyecto de ampliación del Puerto de Veracruz Zona norte.
En conferencia de prensa, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (Cemda), Resistencia Organizada por la Conservación Ambiental (La Roca) y la Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA), denunciaron que el Sistema Arrecifal Veracruzano (SAV), el mayor ecosistema de coral del Golfo de México; y la Biósfera Los Tuxtlas, una de las últimas selvas húmedas del país; se verán seriamente afectadas debido a que el Gobierno aprobó el proyecto «sin la suficiente información técnica y científica».
La ampliación del Puerto de Veracruz Zona norte, es un proyecto promovido por la Administración Portuaria Integral de Veracruz (Apiver) que fue aprobado por la Semarnat en 2013, e incluido en el Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018 que, de acuerdo con el mismo, «concluirá en 2025 con una inversión total de 60 mil mdp; y de 23 mil 933 mdp entre 2013 y 2018».
El proyecto implica la modificación de entre 52 mil a 65 mil hectáreas del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV) en la zona conocida como Bahía de Vergara y Punta Gorda, sacrificando los arrecifes de la zona y poniendo en riesgo a la gran biodiversidad de especies que alberga.
Ya desde mayo de 2014, expertos alertaron que la aprobación del proyecto se constituía como un ecocidio puesto que con ella «se pone en riesgo la vida de los arrecifes así como de miles de especies submarinas desde peces, corales, esponjas, crustáceos o anémonas comunes […] hasta al menos cuatro especies endémicas de peces, una de crustáceo y al menos 15 de poliquetos», especificó a SinEmbargo el biólogo José Luis Tello.
El PNSAV, registrado como Humedal de Importancia Internacional de acuerdo con la Convención Ramsar (tratado internacional que obliga a México a preservar los humedales), también recibe a ejemplares de la tortuga marina carey, catalogada como especie amenazada conforme a la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT) y la legislación Mexicana.
Ante los daños inminentes «buscamos que el Gobierno mexicano rectifique y solicite que venga un panel internacional de Ramsar a hacer una evaluación. La Semarnat debe tomar esa decisión», declaró a este medio, Javier Martínez Esponda, del Cemda.
Por otro lado, los daños a la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas no son menores: Las organizaciones denunciaron que «el gobierno federal permitió la explotación de una mina de piedra basáltica […] para la construcción de las escolleras del nuevo puerto, aun cuando el programa de manejo de la reserva prohíbe expresamente el uso de explosivos en el área».
La de Los Tuxtlas, señalaron, es una de las últimas selvas húmedas de México, y «un muro natural contra huracanes y tormentas tropicales, refugio de millones de especies vegetales y animales, y hogar de muchas comunidades».
«Cuando se tomó la decisión de crear la reserva de la biósfera se apostó por impulsar procesos de desarrollo endógeno y sustentables, pero ahora que [el Gobierno] le apuesta a un proyecto de extracción de piedra, lo que está haciendo es sentar un pésimo precedente para la conservación, y de erosión de procesos de desarrollo endógeno», declaró el representante de Cemda.
Entre las especies de fauna que se verán afectadas en la región se encuentra el mono aullador, catalogada como En Peligro de Extinción de acuerdo con la NOM059, de la Semarnat.
Además de los graves daños ecológicos que las ONGs advierten, Martínez explica que el coste social también es preocupante puesto que «ampliar el Puerto de Veracruz significa duplicar la población de la ciudad aun cuando no existe la infraestructura para eso y también cuando Veracruz tiene ahora un importante problema de agua potable y saneamiento».
Toda esta situación, denunciaron, «contraviene normas nacionales e internacionales y no considera apropiadamente los impactos acumulativos que el proyecto tendrá en [el] ecosistema. Asimismo, se incumple con la responsabilidad del Estado mexicano de proteger la biodiversidad de su territorio y se incumplen la Estrategia Nacional sobre Biodiversidad y las disposiciones de la Convención de Diversidad Biológica».
«El arrecife veracruzano es una maravilla y hay que protegerlo», concluyó Javier Martínez.