El niño musulmán detenido en Estados Unidos, sospechoso de llevar una bomba, se convierte en el nuevo líder del movimiento «maker» tras diseñar un reloj
Por Marcos Merino
Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo/TICbeat).- El pasado martes, un joven estudiante de educación secundaria experimentó el peor día de su corta vida. Ahmed Mohamed, de 14 años y residente en Irving (Texas) había elaborado un reloj digital de fabricación casera, y se le ocurrió llevarlo a la escuela para impresionar a sus profesores.
Gran error. La visión de una máquina de aspecto «sospechoso» en manos de un niño musulmán hizo que el profesorado del Instituto MacArthur diese la voz de alarma y se llevasen a Ahmed esposado a comisaría: “A mí me parece una bomba como las de las películas”, argumentó uno de los policías. Incluso cuando quedó más que claro que lo más peligroso que podría hacerse con ese artefacto era retrasar la hora, la policía valoró presentar cargos contra Ahmed por provocar una «falsa alarma de bomba». Finalmente no presentarán cargos, pero la escuela decidió expulsar a Ahmed durante tres días de todas formas…
Mientras, la publicidad dada a este caso por el bloguero y y emprendedor tecnológico Anil Dash (cofundador de ThinkUp) en las redes sociales, y la posterior campaña #IStandWithAhmed (puesta en marcha por una de las compañeras de clase del chico) generaron una bola de nieve que convirtió esta detención en una polémica internacional.
APOYOS DESDE SILICON VALLEY
“Probablemente habrás visto la historia de Ahmed” reflexionaba Marck Zuckerberg en una de sus últimas publicaciones en su red social. “Tener la habilidad y la ambición de construir algo cool debería generar aplausos, no arrestos. El futuro pertenece a personas como Ahmed. Ahmed, si alguna vez quieres pasarte por Facebook, me encantaría conocerte. Sigue construyendo”.
También Google, a través del perfil en Twitter de su feria científica, quiso aprovechar la ocasión para invitar a Ahmed a la Google Science Fair que está teniendo lugar este fin de semana: “¿Quieres venir? ¡Trae tu reloj!”.
Aunque el mensaje de apoyo con mayor repercusión no llegó desde Silicon Valley, sino desde Washington, en la otra costa de Estados Unidos. Así rezaba el tuit que le dedicó Obama desde la cuenta oficial de la Presidencia: “Qué reloj tan genial, Ahmed. ¿Quieres traerlo a la Casa Blanca? Deberíamos inspirar para que a más niños como tú les guste la ciencia. Es lo que hace grande a los Estados Unidos“.
Aaron Levie, fundador de Box.com, hizo también su esfuerzo para «fichar» a Ahmed: “Sé que has sido invitado a la Casa Blanca y a Facebook. Pero los dos sabemos que en el fondo eres un hombre de software empresarial. ¡Pásate por Box!”. los apoyos del sector tecnológico no se quedaron ahí, y en las horas siguientes otros referentes como el CEO de Autodesk o la redacción de WIRED se sumaron también a invitarle.
¿CÓMO AFECTA ESTO A LA COMUNIDAD GAMER?
Anil Dash aprovechó Twitter para trasladar el apoyo de la comunidad maker a Ahmed. Al fin y al cabo, no era la primera vez que un joven maker se veía criminalizado en Norteamérica por ejercer su afición: como recuerda Slate, ya en 2008 un estudiante de química se convirtió en sospechoso de producir metanfetamina por crear un taller en el garaje de sus padres, y en 2013 una estudiante de secundaria de Florida fue arrestada por combinar limpiador de baños y papel de aluminio para un experimento de ciencias.
Edward Felten, director del Princeton Center for Information Technology Policy, clamaba a finales de ese mismo año en su blog: “El mayor enemigo de la ‘libertad para arreglar y crear cosas’ es la ‘cultura del permiso’, en la que cualquier cosa que queramos hacer requiere un permiso por parte de alguna entidad poderosa. Esta cultura nos castiga no por cruzar límites y causar un daño, sino por actuar sin autorización”. Esta semana hemos podido comprobar qué ocurre cuando esa «cultura del permiso» se encuentra con la paranoia antiterrorista en base a perfiles étnicos.