Ciudad de México, 14 de septiembre (SinEmbargo).- Evitar la destrucción de regiones como la Amazonia es de vital importancia para preservar la vida salvaje y reducir el impacto de fenómenos como el cambio climático. Sin embargo, para personas como los integrantes de la tribu Ka’apor en Brasil, proteger este espacio es también una cuestión de supervivencia.
Los Ka’apor viven en un fragmento de la selva amazónica conocido como Alto Turiaçu, el cual está amenazado por la deforestación. Por si fuera poco, ese fragmento se ha ido reduciendo a medida que el apetito global por la madera amazónica crece. Con tales problemas en el panorama, la tribu hizo un llamado para frenar el ecocidio en su región y, de paso, evitar que se repita.
Los activistas de Greenpeace Brasil respondieron al llamado de los Ka’apor y ahora están trabajando con esta comunidad para vigilar y proteger sus tierras de la invasión de madereros ilegales en el estado de Maranhão, proporcionándoles a su vez, a los lugareños, herramientas con las que estaban poco familiarizados.
En conjunto, activistas e integrantes de la tribu construyeron mapas e instalaron cámaras con sensores de movimiento y temperatura para documentar la invasión de los camiones madererod en el territorio protegido. Así mismo, los Ka’apor comenzaron a usar aparatos electrónicos de rastreo para monitorear los vehículos que se adentran o aproximan al Alto Turiaçu, dio a conocer Greenpeace en un blog.
«Estamos tomando medidas porque el bosque es nuestra casa. Es en el bosque que se encuentra nuestra vida. Sin el bosque, no somos Ka’apor. ‘Ka’apor’ significa ‘habitantes de los bosques’ y es por eso que tenemos que defenderlo», dijo un líder de la comunidad Ka’apor quien pidió no ser identificado por razones de seguridad.
Esta nueva capacidad para monitorear de manera remota la tala ilegal hace que la protección de los bosques sea más segura para los activistas Ka’apor y proporciona más información de la que nunca se ha tenido antes de encontrar y detener las operaciones ilegales.
Por otra parte, debido a que estas herramientas capturan datos concretos sobre la actividad ilegal de los madereros de la región, pueden exponer de forma generalizada el problema y ejercer presión al gobierno de Brasil para actuar al respecto.
«Estas tecnologías ayudarán a mejorar las actividades de vigilancia autónomas desarrolladas por el pueblo Ka’apor para proteger sus tierras. También proporcionará evidencia adicional de que las autoridades deben actuar para poner fin a la violencia que representa la tala ilegal en la región», dice Marina Lacorte, activista amazónica de Greenpeace Brasil. «Si el pueblo Ka’apor están protegiendo su territorio con sus propios recursos y poco apoyo tecnológico, ¿por qué el gobierno de Brasil no es capaz de hacer lo mismo?», agrega.
El año pasado, Greenpeace Brasil publicó una investigación de dos años en la que expuso ilegalidades generalizadas y la manipulación del sistema controlado de Brasil para lavar madera de manera ilegal con papeleo legal; acción que contribuye a la degradación forestal y la deforestación. La investigación describe cómo el sector de la madera brasileña está plagado de corrupción, cómo los criminales bosques amazónicos son ayudados por los documentos falsificados y cómo la madera lavada se abre paso en los mercados mundiales, a pesar de las leyes en Europa y Estados Unidos para combatir el comercio de madera ilegal.
La organización ambientalista exige que los operadores del mercado internacional miren más allá de los documentos oficiales para asegurar que la madera amazónica contrabandeada de tierras indígenas se excluya de las cadenas de suministro. Así mismo, se le solicitó al gobierno de Brasil que revise todos los planes de manejo forestal aprobados desde el año 2006 en el Amazonas como un primer paso para poner fin a la tala ilegal y predatoria en la Amazonia. De igual manera, se pidió que el gobierno brasileño también garantice la protección plena y efectiva de todas las tierras indígenas en el país sudamericano.