Ciudad de México, 10 de septiembre (SinEmbargo).- El éxito deportivo no sólo influye en el estado de ánimo de los aficionados sino en sus gustos alimenticios, esto podría justificarse con el dicho popular que afirma que el sabor de la victoria es dulce. Sin embargo, en lo que a sabores se refiere, la preferencia por alimentos endulzados pude ser más cierta de lo que muchos creen, según un nuevo estudio.
Los resultados surgieron a partir de un estudio realizado entre aficionados al hockey sobre hielo a quienes se les pidió calificar distintos sabores de helado después de las victorias o derrotas de su equipo favorito. De esta manera, los científicos identificaron diferencias en la manera en la que sabores específicos fueron experimentados cuando las emociones cambian, lo cual podría ser de utilidad para los comerciantes; pero, más allá de eso, también puede dar pistas sobre los orígenes de los trastornos alimenticios emocionales.
Muchos estudios han demostrado que las preferencias de gusto no están totalmente determinados por nuestros genes, pero pueden cambiar debido a factores biológicos como el envejecimiento o factores ambientales como la exposición a patógenos o sustancias químicas específicas como la pasta de dientes. Sin embargo, Robin Dando, director del laboratorio de fisiología del gusto en la Universidad de Cornell, quería ver cómo las influencias del mundo real como las emociones cotidianas afectan nuestra percepción del gusto, publicó Smithsonian Magazine.
Dando tenía problemas para producir una gama de emociones genuinas en el laboratorio, por lo que le llevó su estudio a Lynah Rink de la Universidad de Cornell, donde los fans del equipo de hockey sobre hielo Big Red experimentaron las emociones victoriosas y las agonizantes derrotas tan comunes entre los amantes del deporte de todo el mundo.
«Un evento deportivo ofrece una manera real para inducir a diferentes estados de ánimo», dice. «Las personas viven y mueren cuando sus equipos ganan o pierden y, ciertamente, en Cornell el deporte que produce este tipo de pasión es el hockey.»
Durante la temporada varonil 2013-14, Dando y la coautora Corinna Noel se aproximaban a los aficionados de manera individual justo después de la conclusión de cada juego para preguntarles por el nivel de satisfacción con el resultado del juego, independientemente de que hubiera sido una derrota o una victoria.
Después de la consulta, los investigadores distribuyeron dos tipos de helados y pidieron a la gente que les dijeran su opinión sobre cada sabor, así como las sensaciones gustativas específicas que experimentaron. Los sabores elegidos fueron pretzel de caramelo y lima limón.
Luego de probar los helados, los participantes utilizaron una encuesta de papel para describir la intensidad de los sabores de sus componentes, tales como dulce, salado, amargo, salado, agrio y cremosidad (un término sustituto para sensaciones de sabor graso). Así mismo, también dieron su calificación general de valor hedónico de la comida, definida esta como el placer que se obtiene al comer algo.
Los científicos se basaron en datos de 550 aficionados y encontraron que las emociones positivas estaban correlacionadas con intensidades dulces mejoradas y sabores amargos disminuidos. Las emociones negativas asociadas con una pérdida, por el contrario, tienden a disminuir el sabor dulce y potenciar los sabores amargos. Finalmente, los resultados tras un empate quedaron, como era de esperarse, en un punto medio.
«Es un cliché y el título se escribe por sí sólo, pero lo que encontramos es que la victoria realmente sabe dulce», dice Dando, que informó de los resultados en un documento publicado en la revista Appetite.
Aficionados descontentos despreciaron el sabor de cítricos. «El sabor salado del pretzel de caramelo que a menudo gustó ganan o pierdan, pero no fueron tan generosos con otros. Esto nos hace preguntarnos si esto significa que a veces cuando no estás tan feliz en la vida, tienes que ir por los alimentos más deliciosos. Tú simplemente no puedes comer una manzana, tienes que ir por el helado. Tal vez esta es la idea del alimento de comodidad.»
Como era de esperar, muchos de los bocados etiquetados como alimentos de comodidad no son los mejores en términos de nutrición. A menudo son altos en carbohidratos, azúcar y la grasa y pueden plantear riesgos para la salud cuando se consumen en exceso. La posible relación entre el consumo excesivo de estos alimentos y la alimentación influida por las emociones hace pensar que podría ayudar a futuras investigaciones sobre el gusto.
