Ciudad de México, 28 de agosto (SinEmbargo/Ticbeat).– Twitter ha bloqueado más de 30 cuentas que desde su plataforma se dedicaban a recuperar y recopilar aquellos tuits que cargos e instituciones políticas de distintos lugares del planeta decidían borrar después de publicados.
Según recoge el diario británico The Guardian, entre los perfiles cancelados se encuentran Politwoops US, bloqueada en junio y centrada en rastrear las meteduras de pata de políticos norteamericanos, y Open State Foundation, que hacía lo propio en otros países del mundo y que fue cancelada hace unos días.
Fue el propio equipo de la red social el que informó a los afectados de esta decisión, que se ha producido, según Twitter, tras intensas deliberaciones internas. “Imaginen lo terrorífico que resultaría tuitear si fuese una acción irreversible”, se ha dirigido en un comunicado la red social a los miembros de Open State Foundation. “No se le puede exigir a unos usuarios más acierto que a otros”, añaden.
Al contrario que Twitter, que defiende que la acción de borrar un tuit es también un acto de expresión por parte de un usuario, los responsables de estas organizaciones no han recibido de buen grado la suspensión de sus cuentas. El director de la Open State Foundation, Arjan El Fassed, ha defendido que lo que cargos electos dicen en público debe ser de dominio público, incluso aunque lo borren, y estar a disposición de los ciudadanos. El activista asegura que mantener un registro de los tuits borrados sirve para controlar la manera en la que los políticos pueden variar sus mensajes y estrategias de comunicación. Las declaraciones y comentarios de los candidatos en el pasado, incluso cuando quieren ser modificados por éstos, tienen un papel fundamental en la toma de decisiones de sus votantes, aseguran desde estas organizaciones.
Lo hemos aprendido en los últimos años con casos como el de Guillermo Zapata, brevísimo concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid: (a veces) un simple tuit puede derribar a un cargo político. Examinar el hilo de publicaciones en Twitter de aquellos que se convierten en figuras públicas ya forma parte de la rutina de periodistas y curiosos, e incluso han surgido compañías que se ofrecen a “limpiar” el historial de aquellos usuarios que se enfrentan al escrutinio general. Ante este nuevo escenario, en el que las redes sociales pueden ser un arma de doble filo para las figuras públicas, Twitter insiste en defender la privacidad de las mismas como si fueran ciudadanos particulares.