Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).– El Banco de México (Banxico) ha inyectado desde el pasado 30 de julio 573 millones de dólares con precio mínimo para dar liquidez al mercado cambiario nacional, tras la depreciación del peso, que se ha devaluado al menos 20 por ciento en lo que lleva la administración de Enrique Peña Nieto.
Esta medida, impulsada por la Comisión de Cambios, le ha costado al banco central una caída en sus reservas internacionales de 2 mil 364 millones de dólares en las tres semanas que ha funcionado el mecanismo con un incremento en la subasta diaria de 52 a 200 millones de dólares con precio mínimo, sin poder frenar la caída de la moneda nacional ni dimensionar el alcance en la economía mexicana que se ha visto mermada en los últimos meses.
Aunado a la depreciación del peso frente al dólar, la desconfianza, violencia, corrupción y el incremento de dos millones de pobres en el país pintan un panorama sombrío para el cierre de este año que podría extenderse hasta el próximo.
Ante esto, Tony Payán, director del Centro de México en el Instituto Baker de la Universidad de Rice, afirmó que la principal debilidad cambiaria es la “incertidumbre política” que vive México.
En lo que va del año, el precio del dólar en ventanillas ha registrado al menos 14 marcas históricas rozando los 17 pesos por unidad. De seguir así, analistas económicos señalan que podría llegar hasta los 17.20, lo que empezaría a repercutir en la cotización de granos, commodities y otras materias primas que mueven el mercado internacional.
Sin embargo, el subgobernador del Banco de México, Manuel Ramos Francia, aseguró que la volatilidad ha tenido un traspaso “muy pequeño” en los precios al consumidor y aunque suba la inflación se mantendrá en el rango de meta del Banxico que es de 3.0 por ciento para este año.
Pero los signos son “inconfundibles”, publicó Dallas Morning News. Los compradores mexicanos gastan menos y llevan pocas cosas de regreso a su casa; incluso, sólo lo esencial.
La sombra de la devaluación se ciñe sobre México y los mexicanos, afirma el diario. Los malos recuerdos y el nerviosismo no se había visto desde 1994, cuando la crisis económica iniciada en el país tuvo repercusiones mundiales: el “efecto tequila”.
Hay que recordar que la falta de reservas internacionales causó la inevitable devaluación del peso mexicano durante los primeros días de la presidencia de Ernesto Zedillo.
LAS SUBASTAS NO ESTÁN FUNCIONANDO
Para reducir la probabilidad de que presiones potenciales pudiesen perturbar el funcionamiento adecuado del mercado cambiario nacional, la Comisión de Cambios tomó varias medidas durante el segundo trimestre del año.
Ante un incremento en la volatilidad en los mercados financieros internacionales, decidió reforzar los mecanismos antes citados. Específicamente, a partir del 31 de julio y hasta el 30 de septiembre, incrementó el monto de la subasta sin precio mínimo de 52 a 200 millones de dólares y redujo el precio mínimo de la subasta diaria de 200 millones de dólares a uno equivalente al tipo de cambio FIX determinado el día hábil anterior más un por ciento.
Los analistas coinciden que las subastas no son suficientes, pues la Reserva Federal de Estados Unidos sigue metiendo presión a la moneda mexicana ante una posible alza en la tasa de interés, cuya expectativa, se incrementa cada vez que dan a conocer datos económicos de EU.
Las tres últimas intervenciones que ha tenido Banxico para frenar la caída del peso han estado precisamente relacionadas con estos datos.
El 30 julio, cuando se activó por primera vez el mecanismo de subasta, se anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense registró un crecimiento de 2.5 por ciento. Posteriormente, el dólar interbancario volvió a registrar un nuevo récord también con datos favorables de la economía estadounidense.
Luego, tras la tormenta financiera por la devaluación del yuan, Banxico volvió a inyectar 173 millones de dólares con precio mínimo.
Durante todo el año la divisa en ventanillas se ha colocado por arriba de los 15 pesos y ha ido aumentado sostenidamente. El 2 de enero el dólar cerró en 15.15 pesos, pero desde que los choques entre el gobierno heleno y sus socios se acentuaron, la moneda mexicana ha presentado números rojos más representativos.
El 5 de junio alcanzó por primera vez la barrera de los 16 pesos y terminó en 16.01. Este martes lo hizo en 16.75, lo que representa un incremento de 0.74 pesos en poco más de dos meses.
El subdirector de análisis económico de CI Banco, James Salazar, explicó que la Comisión de Cambios impone estas acciones para “hacer una especie de reordenamiento”, cuando hay volatilidad en los mercados financieros internacionales.
El analista económico precisó que ante dicha incertidumbre se está dando una depreciación de la mayoría de las monedas de las economías emergentes frente a dólar, entre ellas el peso, por eso “cuando se dan estos episodios de fuerte volatilidad que generan problemas de liquidez, es cuando entra Banco de México a realizar las subastas”.
EL GOBIERNO TIRA EL DINERO
Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la organización de El Barzón, acusó que las subastas han sido poco efectivas y han servido como estímulo para la salida de divisas que son aprovechadas por instituciones financieras o inversionistas privados.
“Las soluciones han sido pequeños parches. Si fuera un problema temporal, la devaluación sí se ataca con liquidez en dólares, pero el problema es estructural y es muy fuerte; se derrochó la riqueza el petróleo y se estableció una sobrevaluación del peso de manera artificial. Se creó un mecanismo perverso, donde el dinero derivado de las divisas que no fue invertido en la actividad productiva nacional […] ahora el gobierno tira el dinero a la especulación”, dijo.
Desde su perspectiva, el gobierno no ha entendido que la forma de atacar el problema, “si se quiere sostener una buena paridad del peso frente al dólar, necesitan entrar dólares a nuestro país. Siempre se pensó que vendiendo el petróleo llegaban los dólares, pero ahora nos enfrentamos a precios muy bajos. La otra forma de obtener dólares es vendido activos, los que se pueden vender son los energéticos, el problema es que ni con los contratos más leoninos quisieron entrar al mercado como sucedió en la Ronda 1 de la Reforma Energética. Ahora las van a flexibilizar más y se convertirá en un remate de activos”.
Agregó que salvo el petróleo, la industria automotriz y algunos productos agropecuarios, la capacidad para exportar es débil; “eso es resultado de una desmantelamiento total y progresivo de toda la infraestructura productiva nacional”, concluyó.
–Con información de Daniela Barragán