Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).- «Máquinas de muerte», «espías voladores», «asesinos con alas». Muchas son las cosas se han dicho de los drones en los últimos 10 años y pocas buenas. Sin embargo, aunque esta opinión ha ido cambiando lentamente con el paso del tiempo, la verdad es que aún se mantiene un estigma negativo sobre los aviones no tripulados. Sin embargo, son varios los entusiastas que poco a poco han aprovechado la presencia cada vez más grande de esta tecnología tanto para desarrollar un nuevo discurso como aprovechar el ya existente y crear arte a través de ambos ángulos.
A menudo puede ser difícil de entender lo que los números realmente representan, sobre todo cuando estas cifras se tratan de vidas humanas. En este caso, las miles de muertes causadas por ataques de aviones no tripulados en Pakistán, Yemen y otros países en los últimos años son fácilmente oscurecidos cuando son comunicados simplemente como una impresión en negro en un periódico.
Una nueva instalación del artista con residencia en Los Angeles, Jonathan Fletcher Moore, busca hacer a los asesinatos con aviones no tripulados un poco menos abstractos. De esta manera surge la pieza llamada «Artificial Killing Machine» (máquina de matar artificial) cuyo objetivo «es hacer visible lo invisible o lo que es demasiado oculto de percibir», dice el autor.
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«Cuando los individuos se representan únicamente como datos estadísticos, son despojados de su humanidad y nuestra conexión con ellos se rompe. A través del acto de juego y la fuerza de la imaginación, este proyecto tiene como objetivo volver a conectar lo que se ha perdido», se lee en la descripción del proyecto.
La instalación se compone de una serie de 15 pistolas de juguete con fulminantes, las cuales cuelgan del techo y son accionadas digitalmente. Conectado a ellas se encuentra una pequeña unidad receptora que controla las armas de fuego de forma autónoma. Las armas de juguete permanecen inactivas hasta que un mensaje llega a través de un cable de la Oficina de Periodismo de Investigación (TBIJ, por sus siglas en inglés), que recoge datos sobre ataques aéreos. Así, cuando se produce un ataque, los cañones entran en acción, mientras que una impresora térmica registra la agresión en una tira de contabilidad que se extiende hasta el suelo.
Moore, por su parte, afirma que la instalación es un «proyecto de visualización de datos» y añade que explora las ideas de la «gente como estadística» y «el concepto de juego… para expresar la incertidumbre de la guerra, la tecnología y el progreso social».
Esta reflexión en torno a los aviones no tripulados no es única y en los últimos tres años la cultura drone ha presentado un aumento de entusiastas y aficionados. Así mismo, los artistas empiezan a encontrar en ellos muchos usos más imaginativos para poder realizar nuevas propuestas, publicó el diario británico The Guardian.
Así, el espectáculo Sparked del Cirque du Soleil y la colaboración audiovisual con drones entre John Cale y Liam Young LOOP>>60Hz son ejemplos claros de esta tendencia en la que se busca integrar a estas máquinas voladoras a la cultura y el entretenimiento. Poco a poco la humanidad está empezando a darse cuenta de que, lejos de ser máquinas de matar, los drones ofrecen una nueva forma de crear arte.
DE ASESINOS A JUGUETES
Por otra parte, aunque permanece el recelo, a la par de las referencias negativas los vehículos voladores no tripulados también se han ido haciendo de un lugar en la cultura de consumo, convirtiéndose así en uno de los artículos más solicitados en las pasadas fiestas navideñas, dio a conocer Forbes.
Tan sólo en eBay, las ventas de estos artefactos registraron ganancias de 16.6 millones de dólares entre marzo y diciembre del 2014, mientras que en los últimos dos meses del mismo año fueron vendidas siete mil 600 unidades de estos aparatos, convirtiéndose en la sensación de la Navidad.
Los regalos populares durante la época decembrina suelen ver una caída en los números luego de las fiestas de fin de año. Sin embargo, en el caso de los drones, siguieron vendiendo a un ritmo acelerado durante enero de 2015. Esto podría ser una nueva línea base, dijo Aron Hsiao, cuya compañía, Terapeak, analiza los datos de transacciones de sitios de comercio electrónico como eBay y otras compañías de comercio electrónico.