Ciudad de México, 15 de julio (SinEmbargo).– La organización defensora de derechos de los animales People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) denunció el día de ayer que un hombre fabricó una identidad falsa y se hizo pasar por activista para espiar a la organización, cuando en realidad se trataba de un empleado de SeaWorld, una empresa líder mundial en cetáceos en cautiverio que el grupo animalista ha denunciado constantemente.
«Durante tres años, un hombre que se hace llamar ‘Thomas Jones’ ha estado asistiendo a protestas realizadas por PETA contra SeaWorld y a reuniones de la organización tratando de acercarse a los empleados de PETA. ‘Thomas Jones’ también ha estado publicando mensajes incendiarios en las redes sociales, tratando de incitar acciones ilegales [en contra del parque temático]», expresó la organización en un comunicado.
PETA calificó la acción como una «campaña de espionaje corporativo» y denunció que «Thomas Jones» es en realidad un sujeto de nombre Paul McComb, que ha trabajado en diferentes puestos de SeaWorld desde el año 2008 pero que se unió al equipo de acción animalista y constantemente procuró obtener información de empleados de la asociación sobre las protestas contra la empresa.
El supuesto animalista, cuya verdadera identidad fue descubierta gracias a un perfil laboral colgado en la página Jresume.com, inclusive había sido arrestado junto a otros activistas durante una manifestación realizada en 2014 en la que se pretendía detener un flotador de SeaWorld en un desfile realizado en California. Sospechosamente, y a diferencia del resto de los detenidos, «Jones» fue liberado.
Por su parte, Bloomberg reveló una comparación de fotos de los perfiles de facebook de «Thomas Jones» y Paul MacComb en las que aparece un sujeto idéntico:
Hal Weiss, activista que anteriormente fue arrestado junto a «Jones» aseguró a dicho medio que estaba seguro de que las imágenes de McComb son del mismo hombre. Cuando Bloomberg buscó una entrevista con el supuesto espía éste «se negó a a decir si era empleado de la empresa y colgó cuando se le preguntó si usaba el nombre de Thomas Jones», explica el portal.
La empresa acusada de emprender estas acciones de espionaje no ha dado una respuesta concreta al señalamiento, sino que únicamente indicó que están «enfocados en la seguridad de los miembros de nuestro equipo, los clientes y los animales más allá de comentar sobre nuestras operaciones de seguridad», mediante un comunicado.
Con anterioridad, PETA ha denunciado que SeaWorld esclaviza a animales obligándolos a realizar trucos innecesarios para entretenimiento: «Es un negocio construido sobre el sufrimiento de animales inteligentes, sociables y a quienes les niegan todo lo que es natural e importante para ellos. Como resultado, los animales ‘encarcelados’ por la empresa mueren prematuramente de estrés y otras causas relacionadas con el cautiverio».
SeaWorld posee prácticamente todas las orcas cautivas del mundo, con excepción de una, y ha sufrido una pérdida de aceptación en la opinión pública después de que, durante años, PETA comenzara a organizar una variedad de acciones que incluyen campañas de educación, manifestaciones públicas, quejas ante la autoridad, litigios y negociaciones corporativas, para exigir la liberación de estos animales.
Pero un evento que determinó aún más la crisis de esta empresa se dio en 2013, cuando fue lanzado un documental llamado Blackfish, que revelaba el proceso de captura y el «miserable» confinamiento que sufren estos animales de por vida en tanques pequeños, espacios absolutamente incomparables con el tamaño del mar, así como los altos niveles de estrés y frustración que viven las orcas hasta llevarlas a matar a seres humanos, fenómeno que jamás se ha observado en la naturaleza.