Ciudad de México, 2 de julio (Sin Embargo).- El próximo presidente del Partido Acción Nacional (PAN), quien sea que resulte ganador de la contienda interna, tendrá ante sí tres retos para sacar al blanquiazul del letargo en que se encuentra: generar unidad al interior del partido, propiciar condiciones de equidad para los aspirantes presidenciales en el 2018 y definir las alianzas con partidos políticos y candidatos ciudadanos, de cara a los próximo compromisos electorales, expusieron académicos consultados por SinEmbargo.
En poco más de un mes, los panistas definirán a su presidente nacional por los próximos tres años. Esto significa que será el encargado de conducir el proceso electoral presidencial del 2018, lo que convertirá a quien resulte electo en un personaje “particularmente poderoso” dentro del panismo.
Sin embargo, los especialistas consultados explicaron que este no será el reto más importante que tendrá por delante el nuevo líder del blanquiazul. El primordial será generar un clima de unidad real que lo saque del sopor, al tiempo que deberá lidiar con los grupos que pretenden controlar al partido y que intentarán colocar a su aspirante presidencial previo al proceso electoral del 2018.
“El reto fundamental es la unidad interna. Si el PAN no resuelve este problema interno va a estar condenado a tener su 20 por ciento nacional y a seguir perdiendo gubernaturas, alcaldías, etcétera, o por lo menos a no incrementarlas”, explicó Vidal Romero León, jefe del Departamento de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Cuando Acción Nacional perdió la Presidencia de la República en el 2012 y cayó al tercer lugar de las preferencias electorales, surgieron conflictos naturales, principalmente entre dos facciones: el grupo saliente que era el de el Presidente saliente, Felipe Calderón Hinojosa, y una facción que ya se estaba consolidando en ese tiempo que era la del actual líder de la fuerza política, Gustavo Madero Muñoz.
“El reto es unificar al partido frente a las pugnas internas que se desataron a partir del 2012, año en que perdieron la Presidencia de la República”, destacó Felipe de la O López, coordinador del Centro de Estudios de Opinión Pública, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los especialistas prevén que no bajará el clima de confrontación interna, toda vez que en los próximos meses y años surgirán más aspirantes presidenciales, de los cuales dos ya se ven con claridad: Margarita Zavala Gómez del Campo, del grupo político de su esposo Felipe Calderón, y el Gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien cada día suma más apoyos.
Observaron que Ricardo Anaya Cortés, actual coordinador de los diputados panistas, podría ser un factor de unidad mejor de lo que ha sido el líder Gustavo Madero; sin embargo, al pertenecer al grupo de este último, Anaya podría estar atado de manos si intentará ser incluyente con otras corrientes que se sienten excluidas.
“La posición sistemática del grupo de Madero es ‘si ganamos, no tenemos que compartir el poder con los otros’ y no creo que vaya a ser la diferencia en este caso”, sostuvo Vidal Romero León.
LA ELECCIÓN DEL CANDIDATO EN 2018
Otro de los retos prioritarios del próximo líder nacional panista será conducir el proceso para elegir al candidato del PAN a la Presidencia de la República en el 2018.
“El presidente que sea electo va a llevar una buena parte de la responsabilidad del proceso para elegir al candidato o candidata presidencial para la elección del 2018”, explicó Gustavo López Montiel, profesor de Ciencia Política en el Departamento de Derecho y Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, Ciudad de México.
Asimismo, el próximo presidente, continúo, tendrá la facultad de nombrar al coordinador panista de la Cámara de Diputados y de ratificar o remover al actual líder panista en el Senado.
Aunque los especialistas concuerdan en que el grupo calderonista ha perdido potencia al reducirse sus espacios de poder, señalaron que en los próximos meses cobrarán fuerza nuevas expresiones que tenderán puentes o medirán fuerzas con el grupo dominante actual.
Uno de los grupos que suma simpatías, principalmente entre los calderonistas, es el grupo político del Gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas.
“Públicamente pareciera que muchas fuerzas están convergiendo hacia Rafael Moreno Valle. Veremos si el grupo de Gustavo Madero termina aliándose con el Gobernador de Puebla o si tienen a su propio candidato en el 2018 que podría ser el mismo Madero o incluso Ricardo Anaya [aspirante a presidente nacional del PAN]”, explicó Vidal Romero León, del ITAM.
Sin embargo, antes de pensar en el 2018, el próximo líder de Acción Nacional tendrá que enfrentar las contiendas electorales del 2016 y todas las gubernaturas que estarán en disputa, porque eso generará la fuerza que necesitarán los precandidatos del PAN para poder posicionarse rumbo a la Presidencia de la República.
Será necesario, además revertir los desastrosos resultados del pasado 7 de junio, cuando el PAN de Gustavo Madero alcanzó sólo el 22 por ciento de la votación nacional. Números que estuvieron lejos del 30 por ciento de los votos y los 143 diputados federales que obtuvo la fuerza política en la elección de 2009, por cuyos resultados renunció Germán Martínez Cázares a la presidencia del partido.
¿ALIANZAS ELECTORALES? ¿CANDIDATOS INDEPENDIENTES?
Los especialistas detectaron que otro de los retos primordiales para el próximo presidente panista será la responsabilidad de definir si el PAN va solo o en alianza en la elección del 2018.
“Este año, el actual presidente panista, Gustavo Madero, expuso que es necesario que el PAN no vaya solo a la contienda electoral y busque alianzas. El próximo presidente deberá definir si esto es posible o no”, dijo Felipe de la O, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
Normalmente, el PAN va sólo en las elecciones presidenciales. Únicamente en el año 2000 fue en alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) pero esa coalición se disolvió rápidamente.
Sin embargo, la lección que dejaron los comicios en el 2015 fue que las preferencias de los ciudadanos están muy fragmentadas. “Difícilmente en el corto plazo vamos a ver a un partido político ganando más del 30 por ciento de los votos”, explicó Vidal Romero León.
Esto implica que el partido político que quiera ser competitivo, tendrá que aliarse con otras fuerzas más pequeñas, para sumar a su causa el 10 o 5 por ciento de los votos que puedan ofrecer, “porque sin esas fuerzas será difícil ganar elecciones”, recalcó el académico.
El reto será determinar con quién aliarse y cuándo hacerlo, sin repetir los desastrosos resultados de la alianza con el PRD del 2009.
Hasta este momento, según los entrevistados, es claro que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tendrá como aliados al Verde y al Partido Nueva Alianza (Panal); Morena tendrá aliados potencialmente claros como Movimiento Ciudadano (MC); sin embargo, en el PAN el panorama es más difuso, podría ser quizá el recién creado Partido Encuentro Social (PES), pero no es nada seguro.
Asimismo, una eventual alianza con el PRD sería probable a nivel estatal o municipal, pero será muy difícil que se concrete a nivel nacional.
Respecto a la posibilidad de incluir a candidatos ciudadanos dentro de los futuros procesos electorales, los especialistas calificaron esta posibilidad como necesaria, pero poco probable.
Esta fórmula funcionó muy bien en el PAN cuando no tenían suficientes cuadros políticos dentro del partido y el blanquiazul no estaba tan extendido por todo el país.
“Entonces lo que hacían era una especie como de venta de franquicia, en donde en los municipios que no tenían estructura dejaban que un empresario se hiciera cargo”, dijo Vidal Romero, del ITAM.
“Ahora ya hay cuadros políticos del PAN por casi todo el país que difícilmente van a estar de acuerdo con este tipo de soluciones, porque están esperando su turno, por así decirlo”, agregó.
A estos retos primordiales, los especialistas agregaron la urgencia de que el PAN, como las ocho fuerzas políticas con registro en este momento, recobre credibilidad ante la ciudadanía, cansada de ser excluida de la toma de decisiones y harta de los escándalos de corrupción y dispendio entre los partidos políticos.