Por Sarah Kurchak, cortesía para SinEmbargo.
Este artículo fue publicado originalmente en Fightland, nuestra plataforma de la cultura de la pelea.
Por cada majestuoso animal salvaje que quiere ocuparse de sus asuntos en su hábitat natural, hay, aparentemente, un idiota que piensa «apuesto a que puedo meter ese animal a una pelea» y un montón de imbéciles que están dispuestos a pararse al lado y verlos pelear contra la pobre bestia. La lucha de cocodrilos es tan popular en ciertas partes de Estados Unidos que en realidad puedes tomar clases. La lucha de pulpos existe, de manera inexplicable. Y, como exploramos anteriormente, los canguros se han visto obligados a boxear contra hombres basura como Woody Allen y entre ellos durante siglos.
Pero las máquinas asesinas conocidas como osos parecen ocupar un lugar especial en el reino animal cuando se trata de esta tontería, porque han sido obligados a boxear y luchar contra humanos. Básicamente son los artistas marciales mixtos del mundo no garantizado de los combates entre especies.
Si puedes olvidar el hecho de que es una idea terrible y cruel, casi puedes ver la lógica en este acercamiento multidisciplinario de oso-hombre en acción. Cuando pelean entreellos, los osos tienen un juego de pelea de pie que, bueno, tiene un parecido al estilo de golpeo y lucha, así que alguien que quiera entrar al ring con un miembro de la familia Urisdae podría intentar imitar y mejorar dicho conjunto de habilidades.
Según HistoryLink, la tradición de la lucha con osos, un deporte en el que «un concursante humano lucha con un oso domesticado que ha sufrido una combinación de que le hayan arrancado los dientes y removido las garras, que le coloquen guantes o que le corten los tendones de las patas traseras y delanteras», al principio ganó popularidad en Europa a mediados del siglo 19 e hizo su debut en Estados Unidos en 1877. «En noviembre de ese año, el diario Daily Eagle de Brooklin documentó un evento en el que un ‘oso pirineo, que lucha contra los novatos bajo las reglas’ fue el atractivo estrella. Luego, el mismo mes, Pete el oso luchador derrotó a su oponente/entrenador Adrian en Gilmore Gardens de Nueva York».
Pronto, la lucha de osos era una pieza clave en las arenas de todo el país. En Nueva York, dos osos de circo llamados Lena y Martin participaron en una serie de peleas contra promotores de eventos y sus audiencias (un reportero del New York Times poco impresionado por el debut de Martin, escribió que «El oso no entendía lo divertido del asunto»). Un hombre llamado Lucien Marc superó a un oso en Cincinnati al año siguiente, pero perdió el pulgar en el proceso. Otro hombre llamado Billy Clark salió victorioso en un encuentro similar en Puebla, México luego de una intervención estilo lucha libre por su parte. Luego, el 14 de abril de 1878, la pobre Lena obtuvo un poco de venganza cuando mató a un tipo llamado Jean Francis Borne en el calor del combate.
Esto no hizo nada por moderar el gusto del público por la actividad, y el fenómeno se extendió a los circos alrededor del país. Osos con nombres como Teddy, Buster Bruin, Big Boy, Jiggs, Gorgeous Gus y Ted el Terrible ganaron fama en el deporte durante el curso de los siguientes cien años. Battling Bruno fue nombrado caballero por la Reina Victoria por su desempeño en el ring, y fue embalsamado luego de su muerte a petición de la reina. Victor, presumiblemente el oso peleador más exitoso de todos los tiempos, apareció en muchos programas de televisión de alto perfil, luchó contra El Destructor yRoddy Piper, entre otros luchadores profesionales y compitió en un programa de medio tiempo de ABA (sí, la escena de Semi-Pro se basó en una historia real).
Mientras tanto en Port Costa, California, un oso local estaba comenzando a ganar notoriedad por su boxeo. El 27 de junio de 1885, el Contra Costa Gazette reportó lo siguiente sobre uno de sus encuentros:
«Un corto pero emocionante encuentro se llevó a cabo en Port Costa el jueves entre Thomas Huckstep de Martinez y un oso de Scammon cuya reputación como golpeador se extiende desde Avon hasta Vallejo. […] Huckstep comenzó con una finta a la nariz del oso. Bruin […] se adelantó con la derecha, dándole a Huckstep un golpe de izquierda que lo noqueó. Bruin siguió el ataque instantáneamente con su izquierda rasgando el abrigo de Huckstep por completo. Huckstep inmediatamente rodó para salirse del ring, y Bob Lee, quien servía como réferi, declaró el final del encuentro. Bruin noqueó al hombre en el primer round».
El oso hizo otra aparición devastadora en el mismo diario el mes siguiente —esta vez desgarrando un traje a la medida de 86 dólares— antes de desaparecer en la oscuridad.
El boxeo con osos parece haberse vuelto clandestino (incluso más clandestino) durante algunas décadas después de eso, pero ganó atención de los medios de nuevo en 1937 cuando se filmó un encuentro en la ciudad de Nueva York. Apareció de nuevo en 1949 cuando Gus Waldorf (descrito por Cracked como «un boxeador tan distinguido que su imagen es literalmente todo por lo que es conocido»), peleó contra un oso en una jaula. Perdió el encuentro, pero ganó infamia, ya que las inolvidables fotografías del evento se volvieron las más famosas de la era del boxeo con osos.
Un boxeador de distinción menos moderada también retomó el caso. Tony Galento, un boxeador y dueño de antros de finales de los 30 y principios de los 40 alguna vez se enfrentó a un oso para causar emoción para su próxima pelea. También intentó el boxeo contra canguros y contra un pulpo muerto en nombre del alboroto. El peso completo Chuck Wepner, tal vez mejor conocido como la inspiración para Rocky, dejó que un oso grizzli lo maltratara en un punto de su carrera. Y además regresó por la revancha.
Aunque el entusiasmo por las peleas de osos tanto en lucha como boxeo ha decrecido con el ascenso de los derechos de los animales, no ha desaparecido como debería haberlo hecho. En 1995, un bar en Columbus, Ohio, fue atrapado organizando unaserie de peleas que emparejaba estudiantes universitarios con un oso llamado Cesar. El alboroto causado por la situación finalmente inspiró a la ciudad a prohibir las luchas de canguros y osos dentro de sus límites. Y aunque mantuvieron a los humanos fuera de la imagen, un zoológico chino fue criticado por obligar a oseznos a pelear entre ellos —mientras vestían atuendos de gala de boxeo— en 2007 según el diario The Telegraph.
De manera prometedora, el internet parece preferir combates oso a oso en sus hábitats naturales (o en los suburbios) a tales demostraciones desvergonzadas de crueldad animal que no terminan en muerte o mordidas de pulgares tan a menudo como deberían. Por cada pieza de información que encuentras en línea sobre algún viejo encuentro de boxeo o lucha, encontrarás aún más material de koalas luchadores,osos polares peleadores, oseznos posando u osos retándose uno al otro a atacar. Lo cual definitivamente es la alternativa más entretenida y menos malvada. Y si de verdad se te antoja ver conflictos entre osos y humanos, siempre puedes disfrutar esta colección maravillosamente editada de fotografías del jugador de la NHL Tanner Glass, enfrentando osos.