Una nota del periodista Francisco Cuamea en el periódico mazatleco Noroeste dice esta mañana que un encuentro fortuito derivó la agresión a Sheila Nabb, la turista canadiense, hecho por el que José Ramón Acosta Quinteroen Mazatlán, el presunto agresor, podría ser sentenciado a 14 años de prisión.
Acosta Quintero fue presentado ayer a los medios por el Procurador General de Justicia del Estado, Marco Antonio Higuera Gómez.
Flanqueado por el director de la Policía Ministerial del Estado, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, el fiscal expuso que el cargo que se le imputa es homicidio en grado de tentativa, ya que las lesiones que habría provocado a la turista pusieron en riesgo su vida y tardan más de 15 días en sanar.
"Al ser revisada por el personal médico se diagnosticó fracturas en zona frontal, huesos orbitales, hueso de la nariz, traumatismo facial, mismas que hacen necesaria una cirugía reconstructiva, lesiones que de acuerdo con el dictamen pericial médico son de las que sí ponen en peligro la vida y tardan más de 15 días en sanar", describió, según Noroeste.
De acuerdo con la narración de hechos que hizo Higuera Gómez y de lo declarado por el propio presunto agresor, este y la turista canadiense aparentemente no se conocían, sino que la golpiza resultó de un encuentro casual dentro del elevador del hotel.
Según la narración, el acusado estuvo tomando bebidas alcohólicas el 19 de enero junto con un canadiense amigo suyo, de nombre John, del que dijo desconocer el apellido. Recorrieron varios bares de la ciudad y luego se trasladaron a la casa de la mamá de este, ubicada en el fraccionamiento privado Quintas del Mar, en Cerritos.
"(Al terminarse la cerveza) el inculpado y el ciudadano canadiense se pusieron de acuerdo para ir al Hotel Riu y continuar tomando, porque, según relató, sabían que en dicho lugar existen bares que laboran las 24 horas y donde obsequian bebidas alcohólicas a los huéspedes", indicó el fiscal del Estado.
Ya era la madrugada del 20 de enero. Acosta Quintero y su supuesto amigo John se separaron, pues el canadiense entró por la puerta principal del hotel y el ahora detenido lo habría hecho por el área de playa.
Luego de ingresar aparentemente "de trampa", se dirigió al elevador porque, de acuerdo al Procurador, pretendía dirigirse al piso 22 porque la habían comentado que de ahí se admiraba una vista panorámica de la ciudad.
Pero fue en el piso sexto que se detuvo el ascensor, se abrió la puerta y, entonces, entró la mujer, supuestamente desnuda, según relató el inculpado.
"Entré al elevador y me subí", expuso ante el interrogatorio mediático de Aguilar Íñiguez, "y en un piso, no me acuerdo qué piso, entró una muchacha desnuda y yo estaba queriendo entablar conversación con ella.
"Ella estaba contestando normal, no la miré asustada o enojada ni nada de eso, y... este... cuando se abrieron las puertas para que ella saliera, puse mi mano en la puerta para seguir platicando con ella. Le pregunté que si dónde estaba su ropa, porque estaba desnuda, y ella se asustó en ese momento y empezó a gritar que le auxiliaran porque no la dejaba salir".
Dijo que entonces le tapó la boca, pero que la extranjera se sacudió y comenzó a gritar más fuerte: "he don't let me out".
"Entonces, yo me asusté más, entonces le pegué cuatro, cinco veces", describió.
Asustado, huyó del hotel por el área de playa y se dirigió al domicilio del amigo canadiense, quien llegó más tarde.
Horas después este y su madre huyeron de la ciudad.
Higuera Gómez no dio lugar para preguntas a la prensa. Tampoco Aguilar Íñiguez. Solamente se le permitió a un periodista de una televisora canadiense.