Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo).– El sistema electoral mexicano atraviesa por una serie de crisis que lo han desgastado y los institutos políticos en el país padecen un déficit de legitimidad, credibilidad y confianza de cara a las próximas elecciones de junio, debido a que las propias fuerzas políticas parecen haber hecho una «especie de pacto de impunidad» para seguir gozando de privilegios, coincidieron académicos y politólogos.
Sin embargo, ante esta situación, los especialistas electorales afirmaron que lo que habría que cuestionarse es cómo hacer que el voto de los electores valga más; es decir, cómo puede ejercer presión para que los partidos respondan a sus necesidades y no dejarles la cancha libre para seguir en el país del «no pasa nada».
Alberto Aziz Nassif, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), explicó que existen tres grandes grupos de personas que se han manifestado por el voto o no voto: los que están cerca de los partidos y los de los mismos partidos que creen que todo está bien; los que están muy preocupados porque las cosas están mal, pero piensan que hay que votar porque qué otro camino queda, y un tercero que dice que ya están hasta el colmo y hay que boicotear la elección, por lo que se inclinan por el voto nulo.
Para Silvia Gómez Tagle, del Colegio de México (Colmex), la ventaja de anular el voto se tendría si el voto fuera obligatorio en México porque al acudir a las urnas se podría ejercer el sufragio de forma crítica.
«El problema del voto nulo y el abstencionismo en México es que se pierde, no se ve y no tiene una incidencia realmente ni en la opinión pública, pero tampoco en consecuencias legales en cómo ganan los que sí ganan», planteó.
Expresó que si se quiere emitir realmente un voto válido se tiene que acudir a las casillas, porque esa es la manera en que cuenta más; el no votar, añadió, tendría que realmente organizar «un movimiento de gran espectro y y gran espacio para que no votar no fuera solamente una omisión sino una acción verdaderamente contundente tanto en la opinión pública como en el resultado que se dé a la hora de que se dé el resultado se cuenten los votos para asignar el triunfo».
Por su parte, José Antonio Crespo aseguró que el voto nulo es una estrategia más eficaz que el abstencionismo para quitar legitimidad a los partidos y que éste es un ejercicio más valioso si no te convence ningún partido o candidato debido a que muchos piensan que por valor cívico se debe votar, aunque sea por «el menos malo».
«En esas condiciones yo prefiero anular. Si de veras nadie me convence como partido y ni siquiera como candidato, si los demás no me convencen o no me dan confianza pues hay que votar, yo no considero eso un deber cívico. Si no te convence ningún partido por qué tienes que votar por la fruta más podrida, por el menos malo, el menos corrupto, mejor me espero a que haya una fruta más fresca más confiable», dijo.
PACTO DE IMPUNIDAD
Los académicos afirmaron que la impunidad y la opacidad del poder público en todos sus niveles y de los partidos, además de que la violencia y la corrupción vislumbran un panorama bastante oscuro de la situación actual del país «porque aquí no pasa nada».
Reiteraron que en términos de corrupción, de impunidad, de privilegios y de abusos no hay diferencias sustanciales entre un partido y otro.
José Antonio Crespo expresó que hay «mayor decepción que en otras elecciónes, más descontento. Ha habido detonadores como lo de Tlatlaya, lo de Ayotzinapa, que han generado mucho más descontento, hay hartazgo con la corrupción con la impunidad».
«Hay muchos aspectos que muestran deterioro de las instituciones desde mi punto de vista el tema de la violencia, a las fracciones importantes del país que tienen una muy escasa gobernabilidad, es una ausencia de Estado», dijo Gómez Tagle.
Por su parte el investigador del CIESAS afirmó que «no tenemos mecanismos de rendición de cuentas ni un Estado de derecho que garantice a la ciudadanía que en este país se respetan los derechos, se tutelan los derechos, que hay un juez que defiende los derechos».
Agregó que aquí se dan casos como el de la «Casa Blanca» porque hay un pacto de impunidad partidocrático entre las élites que protegen los intereses. «Aquí no pasa nada se protegen unos a otros en esa mezcla chiclosa de intereses», dijo.
Aseguraron que el voto es un bien valioso porque con él es con lo que se legitima a los partidos y que una democracia necesita un sistema de partidos; sin embargo con los partidos actuales no hay muchas opciones.
«Una democracia necesita partidos, pero estos partidos son una porquería y no nos van a llevar a un Estado democrático», dijo Alberto Aziz.