Ciudad de México, 31 de marzo (SinEmbargo).– Santander, Banorte y Scotiabank son las instituciones que reportaron en los últimos meses el mayor incremento en reclamaciones de usuarios de sus servicios relacionadas con “algún tipo de fraude”, de acuerdo con el monitoreo realizado por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Del total de inconformidades planteadas por los usuarios, y que podrían estar relacionadas con fraudes, el 90 por ciento se concentran en tarjetas de crédito y de débito.
En la presentación del estudio “Evolución de las reclamaciones imputables a un posible fraude”, Mario Di Costanzo Armenta, presidente de la Condusef, informó que en 2014 se registraron 4 millones 370 mil 570 quejas, de las cuales 66 por ciento corresponden a reclamaciones imputables a un posible fraude.
Di Costanzo Armenta explicó que cerca de 2 mil 100 millones de pesos fueron las ganancias que la delincuencia organizada obtuvo durante 2014 por «posibles fraudes» a usuarios de tarjetas de crédito y débito.
«Estos más de 2 mil millones pudieran ser para la delincuencia organizada. Este tipo de casos se dan cuando no hubo una reclamación», dijo.
El monto, expuso el funcionario, es la diferencia entre las reclamaciones de tarjetas de crédito y débito que se eleva a 5.1 millones y los 3.06 millones abonados por la instituciones bancarias.
A pesar que se presentaron 58 mil quejas menos este año: sumando reclamaciones sobre un posible fraude: 2.89 millones; y reclamaciones operativas: 1.47 millones; el total se disparó a 4.370 millones de quejas totales en 2014. Es decir, sólo al 60 por ciento de usuarios recibió su abono.
Santander tuvo más de 534 mil reclamos; Banorte, 261 mil; Scotiabank, 99 mil; Banco Azteca 137 mil; American Express, 50 mil; BanCopel, 23 mil, y Banregio, 6 mil; entre otros.
LA DEFINICIÓN DE FRAUDE
A pesar que avanzan las “quejas operativas” –como abuso en comisiones, intereses altos y fallas– y “las reclamaciones imputables a un posible fraude” en algunas instituciones financieras, la Condusef y los bancos no han empatado mecanismos para determinar acciones fraudulentas.
“Nosotros no podemos determinar si es un fraude o no”, expuso Di Costanzo Armenta.
“De eso se encarga el Poder Judicial y el Ministerio Público”, aseveró. Y agregó: “Yo no puedo señalar que sea una responsabilidad en mayor medida de la Banca, aún y cuando el canal por donde se realizan este tipo de operaciones sea incluso en la propia sucursal”.
En el estudio del organismo se consideró como “posible fraude” el robo o extravío de un plástico, clonación, compras remotas, transferencias electrónicas, robo de identidad, prácticas engañosas para obtener datos en cajeros automático. Es decir, situaciones relacionadas en mayor medida con usuarios y con terceros más que con las instituciones bancarias.
“El pagar con una tarjeta de crédito que no es tuya, es fraude [para algunos bancos y para las autoridades], pero qué tal si el papá se la prestó a su hijo. Yo no podría decir cuáles son 100 por ciento fraude y cuáles no son 100 por ciento fraude”, expresó Mario Alberto di Costanzo.
Entre los productos que más registraron quejas fueron: tarjetas de crédito, tarjetas de débito, depósito a la vista, tarjeta prepagada, entre otras.
Ante este panorama, la Condusef –dijo Di Constazo– ha realizado campañas de información y ha emitido alertas sobre posibles fraudes; inclusive algunas delegaciones de este instituto dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ha emitido alertas a la población para no solicitar productos de Banco Azteca, «debido a las elevadas tasas de interés que tiene de hasta un 190 por ciento así como por ‘malos manejos'», informaron medios locales.
La Condusef aseguró que mantendrá relación con la Banca para fortalecer los mecanismo de seguridad para productos relacionados con móviles. Las quejas por posibles fraudes por canales como comercio por internet, teléfono, banca móvil, se elevó a más de 146 mil durante 2014, en contraste con las casi 80 mil reclamaciones en 2013.
