Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo/HuffPost).- Las calles ya huelen a primavera. Sol, terrazas, manga corta… Pero también más insectos, alergias por doquier y la temida astenia primaveral, esa sensación de cansancio y desgana inexplicable que afecta cada año a más de la mitad de la población.
La astenia suele manifestarse en forma de fatiga muscular, irritabilidad, falta de concentración y de apetito, desmotivación o dolor de cabeza. La mala noticia: es difícil de prevenir. La buena es que sí es posible aliviar los síntomas.
Según los especialistas, la clave es adaptar la dieta para que el organismo también se adapte a la primavera.
“Por sentido común, conviene consumir alimentos de temporada y frescos”, explica Alberto Sacristán, director médico de Sportsalud.
Por poner un ejemplo, las fresas, que ahora se encuentran en cualquier frutería, fortalecen nuestro sistema inmunitario y, gracias a sus propiedades diuréticas, reducen “la hinchazón de piernas que muchas personas sufren con la llegada del calor”.
Ensaladas, las reinas de la fiesta
Siguiendo la teoría del sentido común, con el buen tiempo también debemos beber más agua e ingerir alimentos que la contengan. Y para eso están las ensaladas. Si en los meses de invierno nos gusta cocinar lentejas, en primavera “podemos prepararlas en frío añadiendo zanahoria rallada”, sugiere el experto.
Guadalupe Blay, coordinadora de habilidades en el grupo de nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), refuerza esta recomendación: “No hay que tener miedo a las legumbres; no engordan y son muy ricas en fibra”, que es necesaria para “eliminar el colesterol malo”.
Si la ensalada es de pasta, se puede completar con tomate natural, lechuga, manzana o incluso frutos secos, productos poco procesados y con antioxidantes que aportan mucha energía. También es importante incorporar a la dieta alimentos prebióticos y probióticos (como los yogures), que ayudan a proteger las mucosas y a renovar la flora intestinal para mejorar la absorción de nutrientes.
Macedonia y paseo en bici, el mix perfecto
Para Sacristán, los pilares de la salud son tres: la alimentación, el ejercicio físico y el descanso, que además se retroalimentan entre sí.
Por ejemplo, es bueno tomar plátano o huevo por la noche porque, al ser ricos en triptófanos (“un aminoácido que regula la fisiología del sueño”), contribuyen a un mejor descanso. En esa línea, el deporte moderado alivia tensiones, regula las hormonas y libera estrés, ayudándonos a dormir mejor.
Si el problema es el cansancio generalizado y el decaimiento tan característico de esta época, el experto sugiere combinar los nutrientes de una buena macedonia de frutas de temporada con un paseo en bici, que nos activa muscular y mentalmente de forma casi instantánea y además nos permite asimilar la vitamina D del sol.
Mucha agua para combatir la alergia
Otro de los elementos más presentes y molestos en primavera es la alergia. Aunque es imposible evitarla, los especialistas recomiendan beber mucha agua y recurrir a los lavados nasales para mitigar sus síntomas.
Guadalupe Blay también apunta a la alimentación para potenciar la inmunidad del organismo. La granada y los betacarotenos (calabaza, zanahoria) refuerzan las defensas; y la quercetina, un flavonoide presente en la cebolla, la manzana y la manzanilla, ayuda a combatir los efectos de la alergia por sus propiedades antihistamínicas.
En lo que todos coinciden es en tildar de “innecesarios” los suplementos vitamínicos, siempre que no tengamos ningún déficit. “Esas vitaminas se irán, literalmente, por el escusado”, asegura Jesús Román, presidente de la Fundación Alimentación Saludable.
En definitiva, no hace falta buscar en farmacias lo que podemos encontrar en la naturaleza, siempre sabia. Además de que expertos alrededor del mundo mencionan que la astenia no es una enfermedad como tal, si no un trastorno por el cambio de horario o el aumento de la temperatura.
7 datos sobre la astenia primaveral
La culpa es del cambio horario
El cambio de hora que se produce cada año en el mes de marzo es el principal causante de este trastorno aunque no el único. “Nuestro cuerpo necesita un periodo de adaptación a los nuevos horarios y al aumento de horas de luz solar y mientras no se produce nos sentimos más cansados”, explica el doctor Sacristán.
A esto se une otros factores. «En realidad este cansancio generalizado es un hecho multifuncional. No solo afecta el cambio de luz solar, también el cambio de temperatura porque en esta época se producen contrastes muy bruscos y al organismo le cuesta adaptarse. Además esto también hace que nos cueste más dormir por lo que estamos más cansados», señala el doctor Ángel Nieto, médico especialista en Medicina Interna del Hospital San Carlos.
La humedad también influye ya que altera unas betaendorfinas que tenemos en el cerebro y que son las que nos marcan el estado de ánimo. «A algunas personas les afecta a la baja, les aplana y de ahí que sufran esos síntomas», explica el doctor Darío Fernández, especialista en medicina de familia.
Cansados, fatigados y sin apetito
El cansancio no es el único efecto que tiene en nosotros la llegada de la primavera. La astenia primaveral provoca otras consecuencias. En esta época podemos sentir también fatiga muscular, dificultad de concentración, irritabilidad, falta de apetito, trastornos de sueño, dolor de cabeza, tristeza inexplicable, desmotivación y hasta disminución del deseo sexual.
No es una enfermedad
Sufrir astenia primaveral no es motivo de preocupación ya que no es una enfermedad como tal sino un trastorno temporal que se supera sin necesidad de ir al médico ni tomar ningún medicamento.
Como señala Dario Sánchez, «es un trastorno leve, transitorio y pasajero que causa unos síntomas nada graves y que por tanto no hace falta ir al especialista».
Las mujeres son las que peor lo pasan
Según una encuesta realizada en 2012 por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) más de la mitad de la población sufre este cansancio generalizado cuando llega la primavera, siendo los más afectados las mujeres de entre 35 y 50 años y las personas que sufren alergia.
«Estas últimas suelen sufrir una serie de síntomas que les impiden descansar bien lo que les hacer más susceptibles de sufrir ese cansancio primaveral. Además el consumo de antihistamínicos tiende a provocarles sueños y por tanto a hacerles sufrir más sensación de fatiga», explica el doctor Nieto.
Es difícil de prevenir
La llegada de la primavera y sus consecuencias negativas pueden prevenirse aunque resulta bastante complicado.
«Es muy difícil saber cuándo se va a producir con exactitud, cada año varía, por lo que es complicado tomar medias previas», señala Alberto Sacristán. Para evitar ese malestar lo único que se puede hacer es llevar una dieta sana y tener un estilo de vida activo.
Los efectos se pueden reducir
Si bien es cierto que es difícil prevenir esos efectos, sí se le puede plantar cara a la primavera y aminorar sus efectos. El doctor Sacristán señala la importancia de cuidar la alimentación y adaptarla al cambio de estación: “Durante el invierno se realiza una dieta más hipercalórica para sobrellevar mejor las temperaturas frías, ahora son aconsejables aquellos que aportan más energía como el plátano o los frutos secos». Es importante sumar a las frutas de invierno (naranjas y peras) otras de temporada como son las fresas o las ciruelas.
La práctica deportiva también ayuda. Al liberar liberar endorfinas (hormonas de la felicidad), liberan estrés y nos hacen sentir más positivos. “Valdría cualquier actividad física que se practique pero yo recomendaría una que nos divierta”, explica Alberto Sacristán. No importa que sea en exterior o interior, aunque hacerlo en un espacio cerrado es recomendable en personas alérgicas al polen. “Si no se tiene tiempo basta con andar durante diez minutos tres veces al día”, explica.
El tercer ingrediente clave es aumentar las horas de descanso ya que, como explica Ángel Nieto, estamos en una época donde las necesidades energéticas son algo mayores por lo que habría que irse antes a la cama y «reducir el ritmo de la máquina para que nuestro organismo se adapte cuanto antes a los cambios». Nieto insiste que ante la imposibilidad de aumentar el sueño diario, se puede intentar pasar más horas en la cama durante el fin de semana.
La astenia es pasajera
La astenia primaveral tiene fecha de caducidad. “Dura entre 10 o 20 días, depende de la persona, aunque en ningún caso debe ser un mes. Si se produce una situación así ya estaríamos hablando de un problema mayor como puede ser anemia, entonces sí tendríamos que ir al médico”, señala el especialista Alberto Sacristán.