Por Marcos Merino y Mihaela Marín
Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo/TICbeat).- Darpa Robotics Challenge (DRC) está a unos meses de premiar al robot capaz de demostrar el mayor nivel de destreza del mundo. La final de la competición anual elegirá el ganador entre 25 robots entrenados para ayudar a la gente en situaciones de desastres naturales o provocados. El evento se celebrará los días 5 y 6 de junio en Fairplex, Pomona (California).
Los robots tendrán que completar un circuito de tareas físicas consecutivas, aunque lo más difícil será demostrar que pueden hacer su trabajo y mantener el contacto con sus operadores en condiciones de comunicaciones degradadas como por ejemplo bajo ancho de banda, alta latencia o intermitencias. Al finalizar las tareas, no faltará la recompensa para el mejor equipo. Darpa informó que este año el gran premio será de dos millones de dólares.
No hay que olvidar que se trata de una de las más desafiantes y difíciles competiciones robóticas del mundo. El objetivo técnico principal de la DRC es el desarrollo de robots humanoides capaces de ejecutar tareas complejas en ambientes deteriorados y muy peligrosos.
Los equipos participantes representan algunas de las organizaciones más avanzadas de investigación y desarrollo robótico a nivel mundial que han trabajado para desarrollar en un periodo de tiempo muy corto prototipos de inteligencia artificial que aglutinan sistemas de hardware, software, sensores o interfaces de control.
Boston Dynamics, una de las compañías apoyadas desde que arrancó la DRC en 2012, ya anunció una reconstrucción de 75 por ciento de su robot Atlas para mejorar la eficiencia de su energía. Este será utilizado por un máximo de siete equipos que competirán en las finales.
Las expectativas son muy altas. El gran ganador de la edición pasada fue SCHAFT, un robot creado por una compañía japonesa que consiguió dominar por completo a sus adversarios, llegando a acumular 27 puntos de un máximo de 32. Para ello tuvo que demostrar que era capaz de conducir un vehículo utilitario, desplazarse por los escombros, retirar los residuos que bloquean una entrada o conectar una manguera de bomberos a un tubo vertical y girar una válvula.
Para ver cómo nos podría sorprender este año el ejército de robots de Darpa Robotics Challenge hará falta esperar hasta los días de la competición. Mientras tanto, podemos disfrutar con la actuación que hizo de SCHAFT uno de los más populares robots del mundo.
GOLEADORES ROBÓTICOS
La luso-estadounidense Manuela Veloso es la titular de la cátedra Herbert A. Simon de Computación y Robótica de la Universidad Carnegie Mellon, y presidenta de la Asociación por el Avance de la Inteligencia Artificial (AAAI). Veloso lleva dos décadas trabajando para desarrollar robots móviles autónomos, como su COBOT (Collaborative Robot), pero es otro de sus proyectos dentro de este campo -gracias a sus investigaciones- el que más atrae nuestra atención, por su reciente puesta en marcha y por lo curioso de su planteamiento: un campeonato de «fútbol robótico» llamado RoboCup.
La edición de 2013 de esta iniciativa, celebrada en Holanda, ya atrajo a 410 equipos (compuestos por investigadores, desarrolladores y diseñadores de 45 países diferentes) y 40 mil espectadores. Otro de los fundadores de Robo Cup, el profesor de robótica de la Universidad de Osaka Minoru Asada, reconocía que jamás habría tenido éxito sin el trabajo previo de Veloso, al que define como “un puente de valor incalculable entre la robótica y la inteligencia artificial”. Y es que esta investigadora empezó a trabajar con robots jugadores de fútbol ya a mediados de los ’90. En ello poco tuvo que ver poco su origen portugués: pese a haber nacido en un país donde el fútbol goza de gran popularidad, ella prefiere el fútbol americano… pero fue capaz de ver el potencial del fútbol como marco para el desarrollo de sistemas autónomos.
En tan sólo tres años, se convertía en unas de las cofundadoras de la Federación RoboCup, y en los siguientes 18 años ha sido testigo (y responsable) del cambio de los primeros robots que a duras penas se movían siguiendo su programación, hasta los actuales equipos de robots humanoides capaces de llevar a cabo tácticas defensivas y ofensivas… y de tirar penaltis. El software que convertía a los robots de su propio equipo en los más avanzados se basaba en un algoritmo de visión basado en el uso de líneas, patrones y colores para realizar el seguimiento de la pelota. En 2009 lo liberó como código abierto para que pudiera ser aprovechado por sus rivales.
Ahora, el objetivo de RoboCup es llegar a 2050 habiendo desarrollado un equipo de robots capaz de batir a los ganadores humanos del Mundial de Fútbol.