Sídney (Australia), 17 mar (EFE).- La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de la ONU corrigió hoy de 24 a 11 la cifra de muertos en Vanuatu por paso del ciclón Pam, con lo que sus datos coinciden con los oficiales facilitados por las autoridades de ese país del Pacífico Sur.
La agencia indicó que 3 mil 300 personas están acogidas en 37 centros de evacuación en las provincias de Torba, Pename y Shefa.
Las autoridades han declarado el estado de emergencia en Shefa, provincia en la que habitan cerca de 80 mil personas y a la que pertenece inscrita la capital del país, Port Vila.
Aún no se tiene un panorama completo de la situación en Vanuatu debido a los problemas en las redes de telecomunicaciones, a la espera de que los reconocimientos de aviones australianos y franceses puedan identificar hoy las áreas más golpeadas por el ciclón.
Entre los muertos figuran una mujer y su hijo adolescente que perecieron por los golpes causados por los escombros que volaban por los aires, mientras que un extranjero falleció cuando se hundió su yate, aunque se desconoce su nacionalidad, según Radio New Zealand.
Patrick Sarjinson, funcionario de Vanuatu que trabaja en las tareas de limpieza en Port Vila, declaró al diario Guardian Australia que entre las víctimas hay un recién nacido que murió cuando le cayó encima el techo de una iglesia en la que se refugiaba con sus padres.
Otras cuatro personas no residentes, entre ellos un menor, que se encontraban dentro de sus yates para protegerse del ciclón también se cree que están entre las víctimas mortales, agregó el diario, aunque se desconocen sus identidades y nacionalidades.
Por su parte, El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó en un comunicado su preocupación por unos 70 mil niños que pueden haber perdido sus casas o han sido afectados por el paso del ciclón.
La portavoz de Unicef, Alice Clements, alertó de que ha comenzado a detectarse un brote de sarampión en Vanuatu, que se teme pueda propagarse por las condiciones causadas por el ciclón, y advirtió de que los alimentos pueden acabarse en unas semanas en algunas partes del país que dependen de sus cultivos.