Ciudad de México, 10 de marzo (SinEmbargo).- El Paracetamol, uno de los analgésicos más comunes y de fácil acceso a la población, debería de venderse con advertencia de infarto, sangrado gastrointestinal y daño a los riñones, tras un consumo prolongado, de acuerdo con científicos británicos.
Aunque el daño es bajo, los realizadores de la nueva revisión de ocho estudios observacionales anteriores concluyeron que es importante que los pacientes estén enterados de los daños potenciales que este fármaco, utilizado para calmar el dolor moderado, podría tener sobre todo cuando se usa a dosis altas.
Sin embargo, el documento publicado en la revista Annals of the Rheumatic Diseases del BMJ (British Medical Journal), aclara que hace falta llevar la investigación más allá puesto que, los ochos reportes analizados muestran cierto sesgo entre las poblaciones que revisaron, la exposición al medicamento, es decir, los días que se tomaba al mes, los gramos ingeridos en toda la vida o el número de prescripciones.
Además interviene el estado de salud de los pacientes, pues aquellos con mala salud son más propensos a ser canalizados a un régimen de algún medicamento específico, que aquellas personas sanas.
Como la investigación lo dice, el Paracetamol es el analgésico más consumido (ya sea por prescripción o automedicación) en todo el mundo, y es generalmente considerado más seguro que otros anti inflamatorios o los opiacios.
Del material revisado, cinco se llevaron a cabo en los Estados Unidos, uno en Reino Unido, uno en Suecia y otro en Dinamarca. Las muestras poblacionales revisadas iban de 801 a más de 381 mil participantes, y el seguimiento que se les dio fue de dos a 20 años.
Sus resultados fueron diversos, uno de cada dos estudios encontró un incremento del 28 por ciento en la mortalidad de los consumidores de Paracetamol, en comparación con los no usuarios. El riesgo incrementaba conforme las prescripciones eran mayores.
Cuatro de los estudios hallaron además que el analgésico se asoció con efectos cardiovasculares. Uno de ellos, concluyó que el riesgo de ellos aumentaba en 68 por ciento si las personas tomaban más de 15 tabletas a la semana.
Otro de ellos dijo que en dosis altas se observaron más infartos, derrames cerebrales, y presión alta. Más hallazgos describieron sangrado gastrointestinal y daño en la función intestinal.
En el sitio del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido revisó las conclusiones de dicho material, las cuales dictan que “la respuesta a la dosis vista en los puntos finales sugiere un considerable grado de toxicidad, especialmente en el extremo superior de las dosis analgésicas estándar».
Mencionaron que son importantes, se deben de tomar en cuenta y ampliar las investigaciones al respecto.
Sin embargo, resaltan dar la debida precaución pues «dada la naturaleza observacional de los datos, el sesgo puede haber tenido un impacto importante», por lo que los resultados se deben de interpretar en el contexto correcto.