El magnate estadounidense Donald Trump ha sido siempre un personaje polémico. Desde la discusión de si usa o no peluquín hasta sus millonarios divorcios, pasando por la organización del concurso Miss Universo y su programa de televisión «El aprendiz», siempre ha estado envuelto en el escándalo.
Sin embargo, el multimillonario del sector bienes raíces nunca había estado tan cerca de la mirada de los mexicanos, sino hasta el pasado domingo cuando descargó una serie de furibundos comentarios sobre México y sus habitantes. A Trump, un hombre con una fortuna valuada casi en 4 mil millones de dólares, le molestó que el director y el fotógrafo mexicanos Alejandro González Iñárritu y Emmanuel Lubezki, respectivamente, fueran reconocidos con el Oscar por la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood. A través de su cuenta de Twitter, Trump envió una serie de mensajes no sólo en contra de González Iñárritu y de Lubezki sino también en contra del país y del sistema judicial al que llamó «corrupto». También pidió que México dejará de «enviar criminales» a la frontera con Estados Unidos, y, por último, invitó a no invertir en territorio mexicanos.
En esta danza de descalificaciones, el empresario estadounidense ha sido señalado, junto con su negocio inmobiliario y su «universidad», por presuntos casos de fraude y engaño. En México, donde se ha reunido con personalidades de la política como el Gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, también tiene cuentas pendientes por desarrollos en los estados de Baja California y Quintana Roo.
Ciudad de México, 27 de febrero (SinEmbargo).– Esta semana el magnate estadounidense Donald Trump se colocó en el centro de la controversia al lanzar comentarios que fueron calificados como discriminatorios en contra de los mexicanos Alejandro González Iñárritu, ganador del Oscar a Mejor Director, y el fotógrafo Emmanuel Lubezki. El polémico multimillonario hizo un llamado a no invertir en México y acusó al sistema judicial mexicano de corrupto. Sin embargo, el mismo Trump se ha visto involucrado en escándalos de presuntos fraudes y engaño en el mundo de los negocios.
Nacido en Nueva York en 1946 e hijo del propietario de una inmobiliaria, Donald Trump se graduó en Economía en la Universidad de Fordham, cursó una maestría en Negocios en la Wharton Business School y luego se incorporó al negocio familiar.
Su talento para la autopublicidad y las relaciones públicas convenció a muchos inversionistas de que valía la pena apostar por sus proyectos inmobiliarios. Fue así como logró construir la Trump Tower en la Quinta Avenida neoyorquina y comenzó a diversificar su portafolio con inversiones en casinos de Atlantic City, que lo llevaron a convertirse en una celebridad en el mundo de los negocios.
Sin embargo, su suerte acabó a principios de los noventa del siglo pasado, luego de algunos proyectos inmobiliarios fallidos que llevaron a Trump casi al borde de la bancarrota y lo dejaron con deudas que llegaban a los 3 mil 500 millones de dólares.
A partir de una reestructuración de pasivos, Trump consiguió nuevos inversores, reconstruyó su imperio y su fortuna, que abarca desde bienes raíces, hoteles, casinos hasta ser conductor de televisión con su programa El Aprendiz, del cual fue presentador, narrador y juez, además de productor ejecutivo, durante las tres primeras temporadas.
En los noventa, Trump compró los derechos del certamen Miss Universo y es coautor de un libro llamado Why we want you to be rich (¿Por qué queremos que seas rico?), el cual lo escribió en sociedad y de acuerdo con su amigo Robert Kiyosaki.
No obstante, el hombre que vale 3 mil 900 millones de dólares, de acuerdo con la revista Forbes, se ha visto involucrado en sinnúmero de escándalos y no precisamente como el más reciente, que involucra a los mexicanos.
Donald Trump ha sido acusado de fraude, engaño, de promoción de su imagen para estafar, incumplimiento de contratos, daños al medio ambiente a través de sus proyectos inmobiliarios y de alteración al orden público.
INTERÉS POR TODO EL MUNDO
Donald Trump amasó su riqueza gracias a los negocios que ha impulsado desde América hasta Asia pasando por el Caribe y Europa, desde Brasil hasta su tierra natal, tratando de instalarse también en México.
De acuerdo con el diario estadounidense The Wall Street Journal, la Organización Trump anunció el pasado 20 de diciembre de 2012 una nueva inversión en Río de Janeiro, Brasil, para la construcción de l primer proyecto residencial del empresario en tierras cariocas llamado Trump Towers Rio, valorado en 2 mil 500 millones de dólares.
La agencia de noticias EFE informó que el pasado 20 de junio de 2012, Trump vio muchas oportunidades para adquirir propiedades en España, del cual dijo que “es un país increíble, pero como está enfermo es el momento de aprovecharse de ello».
«De hecho, estoy mirando algo –es tan ridículo, es irrisorio–, y estoy pensando hacer algo allí con un grupo que es muy inteligente y francamente hay una oportunidad», expuso Trump.
Caribbean News Digital, medio especializado en noticias de turismo, informó que Ivanka Trump, hija del magnate, reveló en 2007 el interés de expandir el emporio inmobiliario de la familia hacia República Dominicana obedeciendo a las preferencias de la clase media norteamericana y europea.
El 18 de mayo de ese año Donald Trump visitó Cap Cana con la finalidad de comenzar la venta de 68 solares con valor entre 4 y 12 millones de dólares.
Panamá también se colocó en el plan de Trump. El medio panameño La Prensa reportó que durante el 2008 ya se tenía vendido el 80 por ciento del proyecto Trump Ocean Club, que se construyó en Punta Pacífica. No obstante, en febrero del 2011, la calificadora Fitch Ratings bajó la calificación de riesgo a la inmobiliaria Newland International Properties Corp encargada de desarrollar el proyecto.
Esta baja en su calificación fue por las continuas preocupaciones acerca de los retrasos en las entregas de las unidades departamentales, lo mismo que el monitoreo sobre la compradores de concretar la adquisición de las unidades.
En octubre de 2011, año en el que debería comenzar a operar el complejo, la revista BusinessWeek informó que Trump Ocean Club necesitaba reestructurar con 41.9 millones, los bonos emitidos en el 2007 para construir el lujoso complejo que equivalía a 220 millones de dólares (mdd), debido a que las ventas de los apartamentos no resultaron como esperaban y, por lo tanto, no se contaban con los fondos para hacer frente al pago, pues los apartamentos de una habitación fueron primero promocionados a 350 millones de dólares y se terminaron vendiendo en 180 millones de dólares.
En diciembre del mismo año, Donald Trump enfrentó demandas presentadas por cinco clientes quienes exigían la devolución de su dinero, ya que sus propiedades no fueron entregadas a tiempo. Además, afirmaron, hubo diferencias en las sumas entregadas y Newland vendió propiedades que ya estaban prometidas a otras personas, sin que se devolviera el dinero.
“Newland International Properties Corp. está actualmente en incumplimiento de pago y tratando de llegar a un arreglo con sus tenedores de bonos, a quienes no les ha podido pagar 31 millones en concepto de la primera amortización a capital de una emisión de 220 millones que tiene en el mercado”, informó el diario panameño.
En 2012, Donald Trump dijo al diario La Nación que “era un gran momento para invertir en América Latina”, y anunció una inversión de 100 millones de dólares para la construcción de la Trump Tower Punta del Este en Uruguay.
Además, el portal de la revista de arquitectura Dezeen informó el pasado 13 de agosto de 2014 que el empresario multimillonario decidió invertir en una construcción ambiciosa ubicada en el centro de Bombay, India, como parte de su expansión financiera en el continente asiático.
«Ha sido un deseo de muchos años el tener el nombre Trump adornando el hermoso horizonte de Bombay. Su arquitectura icónica, deslumbrante fachada dorada y magníficos interiores, convertirán a este edificio en una maravilla del diseño arquitectónico», dijo el multimillonario.
“NO INVIERTAN EN MÉXICO”
Después los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y a través de su cuenta de Twitter, Donald Trump mostró su descontento luego de que Alejandro González Iñárritu y Emmanuel Lubezki fueran galardonados por Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión y Mejor Fotografía. El empresario estaba tan molesto que llamó a no realizar negocios o invertir en México.
El comentario llamó la atención y resultó contradictorio, pues en mayo de 2014 el empresario estadounidense afirmó en el Club Nacional de Prensa que México sería la nueva China debido a su capacidad de producir bienes de consumo.
“A México le está yendo fenomenalmente bien, fenomenalmente. México va a ser la nueva China en términos de producir bienes. Fíjense en lo que está ocurriendo en México», dijo el magnate.
Su comentario del pasado fin de semana también fue objeto de burlas por parte del actor y comediante estadounidense Rob Schneider, quien cuestionó a través de su cuenta de Twitter al magnate. Schneider publicó una fotografía en la que aparece Trump junto a Ximena Navarrete, la ex Miss Universo mexicana.
“Bueno, @realDonaldTrump. En esta foto se ve claramente que disfrutas México”, escribió el actor en su cuenta de esa red social.
Trump tiene más intereses en México. La agencia Notimex publicó el 3 de noviembre de 2007 que en el marco de la Reunión Nacional de Turismo que organizó la industria de la construcción y que se llevó a cabo en Cancún, Quintana Roo, Carlos Palafox, director de Desarrollo de la firma inmobiliaria de Donald Trump denominada International Irongate Partners, afirmó que la empresa estaba evaluando algunos terrenos cerca de Tulum, Quintana Roo, ya que México resultaba ser el destino más confiable y apropiado para las inversiones de los empresarios de Estados Unidos.
“Punta Arrecifes Resort” –que era el nombre del proyecto hotelero– requería una inversión cercana a los 350 millones de dólares. El complejo se proyectó originalmente con una capacidad de 3 mil habitaciones, no obstante para 2011 se dijo que serían 600.
Habitantes de la zona realizaron manifestaciones en contra de la obra debido a las devastaciones ambientales que su construcción provocaría, y acusaron al Presidente Municipal Aurelio Joaquín González por haber delimitado el predio que se utilizaría para la construcción y por dar amplias facilidades para que se dieran las inversiones.
Aunque ahora rechaza y desdeña a México, Trump ha invertido en proyectos inmobiliarios en el norte del país, específicamente en Tijuana, Baja California, y durante noviembre de 2010, buscó nuevas alternativas de inversión en Hermosillo, Sonora.
A través de su hijo, Donald Trump Jr, se reunió con el Gobernador de Sonora, el panista Guillermo Padrés Elías, para discutir sobre algunos proyectos de inversión que formarían parte del programa Sonora SÍ.
Javier Tapia Camou, coordinador de la Comisión de Fomento al Turismo en Sonora, informó que en esa reunión se trataron temas de infraestructura turística en el Mar de Cortés, principalmente en Puerto Peñasco.
“Venimos llegando de Puerto Peñasco, donde él estuvo un par de días ahí viendo opciones y quiso platicar con el señor Gobernador, se va muy impresionado de Sonora, realmente con unas buenas opciones que van a evaluar”, comentó el funcionario.
TRUMP, FRAUDE Y CORRUPCIÓN
En la misma noche de la entrega de los premios Oscar, Donald Trump acusó al sistema judicial mexicano de corrupto, pues aseveró a través de sus tweets que él había ganado una demanda en México y, sin embargo, no había podido cobrar la compensación.
También sostuvo: “Los premios Oscar fueron una gran noche para México y cómo no: le están robando a Estados Unidos más que cualquier otro país”.
Sin embargo, en México también se tienen registradas acciones legales contra Trump y sus malos manejos:
La International Community Foundation informó sobre la denuncia de fraude que se hizo en contra de la empresa Irongate Capital Partners por el complejo turístico Trump Ocean Resort Baja, el cual sería construido en las playas de Tijuana.
“Alcanzó grandes logros en sus inicios debido a la confianza de la gente en el apellido Trump. De hecho, muchos jubilados estadounidenses […] invirtieron sus recursos debido al avalamiento e involucramiento directo de Donald Trump con el proyecto”, afirmó la fundación.
A finales del 2006, varios inversionistas apresuraron su pago inicial para adquirir condominios de lujo en tres altas torres en la costa del Pacífico. No obstante, después de que se habían cobrado 32.3 millones de dólares en depósitos, el proyecto perdió su financiamiento, por lo cual en el 2009 la empresa asociada con Trump informó a los compradores que los planes no continuarían y que el dinero de sus enganches se había gastado en su totalidad, por lo que no había manera de devolver los depósitos.
En declaraciones realizadas en el 2007 por Ivanka Trump, a nombre de su padre, afirmó que Donald Trump «está involucrado en todos los niveles». Uno de los folletos del desarrollo aseguraba que ‘el señor Trump está involucrado personalmente en todo lo que lleva su nombre’”.
Sin embargo, la fundación denunció que “cuando el proyecto comenzó a tener dificultades económicas, la empresa de Trump rápidamente buscó deslindarse del proyecto, afirmando que “nosotros no somos la empresa desarrolladora de Trump Baja, somos la marca […] nunca asumimos las responsabilidades del desarrollador y no somos responsables del financiamiento”.
Como resultado del fracaso del proyecto y las pérdidas económicas, en el 2008 se presentó una demanda colectiva por fraude ante la Suprema Corte de Justicia de Los Angeles, California, en contra de la Organización Trump. La acusación fue presentada por 69 compradores que habían efectuado los depósitos de 71 unidades en el desarrollo Trump Baja, cuyo monto se encontraba entre los 18 y 20 millones de dólares.
La experiencia por la que pasaron los compradores en el Trump Baja Ocean Resort también se repitió en el estado de Hawaii, en Estados Unidos, debido a que tanto Trump como Irongate engañaron a compradores e inversionistas en Honolulu.
Otra historia de fraude fue la que surgió partir de una demanda civil de 40 millones de dólares, donde se alegó que el empresario había hecho afirmaciones falsas acerca de su escuela de negocios donde se supone que estaba personalmente involucrado en la selección de instructores y la creación del plan de estudios.
A través de un comunicado, Eric Schneiderman, Fiscal General de Nueva York, escribió que «comerciando con su estatus de celebridad, el señor Trump apareció en persona en los anuncios que hacen falsas promesas para convencer a la gente de gastar decenas de miles de dólares que no podrían pagar por las lecciones que nunca llegaron».
La escuela de Trump ofrecía cursos en el sector inmobiliario, gestión de activos, espíritu empresarial y la generación de riqueza. Los cursos variaban en precio desde mil 495 dólares para un taller de tres días a 34 mil 995 dólares para una «educación integral».
Ante esto, Donald Trump –de nuevo en su cuenta de Twitter– calificó a Schneiderman como un «ligero» y dijo que el Fiscal General estaba «tratando de extorsionar con una demanda civil”.
No obstante, la “Universidad Trump” se convirtió en «Iniciativa Emprendedor Trump» en 2010, después de que el Departamento de Educación de Nueva York dijo que la empresa no podía utilizar el término «universidad» sin su consentimiento.
UN EJEMPLO PARA LA CIUDADANÍA
En agosto de 2014, la agencia EFE reportó que Donald Trump había recibido un gran número infracciones debido a los niveles de ruido que provocaban las labores de jardinería que se realizaban en su complejo turístico Trump National Doral, ubicado en la ciudad de Doral, cercana a Miami, que requirió una inversión de aproximadamente 300 millones de dólares.
Las autoridades locales habían aprobado una ley ambiental que buscaba reducir el ruido. Sin embargo registraron que el sonido provocado dentro del centro turístico era «excesivamente alto». A causa de esto, Trump calificó a la ley como inconstitucional y carente de sentido, comenzando así un proceso legal en contra de la normatividad.
El empresario desistió en continuar con la demanda y prefirió negociar “de buena voluntad” con las autoridades locales, entre ellas el Alcalde Luigi Boria. Su decisión ocurrió cuatro días después de que el munícipe asegurará que el millonario merecía las llaves de región por haber llevado el certamen de Miss Universo, y afirmara que sería un merecido reconocimiento por las inversiones que ha hecho en la ciudad y los puestos de trabajo que ha creado.
“Trump ha llevado esta ciudad a un nivel superior, con una inversión que rebasa los 500 millones de dólares, y eso es muy encomiable”, dijo a EFE el Alcalde venezolano y regidor de una ciudad con una población de mayoría inmigrante.