Ciudad de México, 7 de febrero (SinEmbargo).- Tras dos intentos fallidos en la misma semana, Marcelo Ebrard Casaubón finalmente pudo exponer su postura respecto al informe sobre las irregularidades en la construcción de la Línea 12 del Metro, ante los Diputados que integran la comisión especial que investiga el uso de recursos federales en dicho proyecto y que presentó dicho documento el pasado domingo.
Desde ese día, cuando trató infructuosamente de hablar durante una sesión de la comisión legislativa, el ex Jefe de Gobierno ha señalado una y otra vez la “intencionalidad política” del informe. Su comparecencia de ayer no fue la excepción: reiteradamente recurrió al mismo argumento.
Pero esta vez tuvo oportunidad de ahondar en su postura y dijo que el informe atribuye los problemas en la llamada Línea Dorada a corrupción e irregularidades. “Ahí sí, la verdad, la intencionalidad no podía ser más clara”, sostuvo.
“No se relacionan las supuestas irregularidades con las fallas; se infieren, se dice que hay versiones periodísticas. Pero no sabía que este informe que señala a su servidor como presunto responsable no tomó en cuenta a la Auditoría Superior de la Federación ASF), que realizó auditorías como a ninguna otra obra pública con inversión federal”, argumentó.
El informe de la comisión especial -cuya autoría se atribuye a los legisladores priistas que forman parte de ella- plantea que se deben deslindar responsabilidades del ex Jefe de Gobierno (en cuya administración se construyó e inauguró la Línea 12), del ex Secretario de Finanzas, Mario Delgado Carrillo, y del ex titular del Proyecto Metro, Enrique Horcasitas Manjarrez.
También propone sancionar administrativa, política y penalmente a los mandos medios y altos por su connivencia, negligencia u omisión, así como solicitar a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal que analice los posibles ilícitos cometidos y realice el desglose correspondiente a la Procuraduría General de la República.
El documento fue dado a conocer por algunos medios de comunicación antes de que la comisión lo presentara, lo que el ex mandatario local consideró una acción deliberada para desprestigiarlo políticamente y vulnerar su derecho de audiencia, al someterlo al escrutinio público sin haberle dado posibilidad de defenderse.
Este viernes, tras negársele una intervención en la Cámara de Diputados en dos ocasiones, finalmente pudo hacerlo.
Durante poco más de tres horas, Ebrard se defendió ante los cuestionamientos de los integrantes de la comisión, recurriendo reiteradamente a los mismos argumentos: que las decisiones sobre el proceso mediante el cual se hizo la obra no estuvo en sus manos, sino en las del Proyecto Metro (a cargo de Horcasitas Manjarrez); que las auditorías referidas en el informe de la comisión ya habían sido solventadas, pero que eso no se había incluido deliberadamente; que el tema de las fallas sobre el mantenimiento preventivo y correctivo no se abordó integralmente en el informe; y que la explicación de las fallas en la obra no era la corrupción, y menos la que se pretendía atribuirle a él.
Y una y otra vez, Ebrard Casaubón habló de la “intencionalidad política” que había detrás de todo.
Ebrard no fue solo ante la Comisión de Seguimiento al ejercicio de los Recursos Federales que se Destinen o se Hayan Destinado a la Línea 12 del Metro.
Junto con él acudió a comparecer el Senador Delgado, quien se quejó de haber permanecido afuera del recinto legislativo durante 40 minutos porque no le permitían el ingreso, pese a que su participación estaba prevista.
Pero a Ebrard también le acompañaban los documentos que, dijo con insistencia, no fueron tomados en cuenta por la comisión para elaborar su informe: el Libro Blanco elaborado por el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro; el dictamen técnico que establece que los rieles tenían que ser férreos; las especificaciones sobre los trenes, también elaboradas por el STC; la bitácora de supervisión del SCT respecto a la fabricación de los trenes; las bitácoras de las sesiones y el acta de inspección y recepción de los trenes, tanto de su gestión como de la de Miguel Ángel Mancera, actual Jefe de Gobierno.
Fue la administración actual la que determinó, en marzo de 2014, suspender el servicio en 11 estaciones de la Línea 12, al haber detectado fallas que ponían en riesgo su operación.
Ebrard se refirió con insistencia a los documentos que llevaba para atajar algunos de los cuestionamientos a los que los legisladores de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal) lo sometieron. Según el ex mandatario local, son los priistas y la Presidencia de la República quienes intentan desprestigiarlo políticamente.
Los Diputados del PRD y Movimiento Ciudadano fueron más condescendientes con sus preguntas al ex Jefe de Gobierno, al punto de que algunos de los cuestionamientos que le formularon le sirvieron a Ebrard para repetir lo que ya había dicho en su exposición inicial.
Los panistas se mostraron más neutrales en su posicionamiento. El Diputado Fernando Rodríguez Doval incluso dijo que para su partido el informe de la comisión era “parcial” e “incompleto”, por lo que solicitó al grupo legislativo que también se llamara a comparecer a otros de los servidores públicos que estuvieron involucrados en el proyecto de la Línea 12, como Horcasitas y Bojórquez.
De las 3 horas con 14 minutos que duró la comparecencia, Ebrard ocupó prácticamente una hora hablando, mientras que Delgado lo hizo 44 minutos en total, de los que dedicó algunos a elogiar a su ex jefe.
Algunos de los cuestionamientos de los legisladores fueron reiterativos, como lo fueron también las respuestas del perredista.
De modo que cuando le preguntaban si consideraba que durante su gestión le había dado una supervisión suficiente a la obra, Ebrard insistía en que él no había estado a cargo directamente. También contestó reiteradamente que, a su modo de ver, no había habido un problema de coordinación entre las instancias involucradas en el proyecto.
Cuando le interrogaban sobre las fallas que el Gobierno del Distrito Federal detectó en la Línea 12 y que llevaron a su suspensión parcial de operaciones, respondía que para el momento de la entrega-recepción, esas fallas no se habían detectado y que era imposible preverlas.
Cuando le cuestionaban sobre por qué autorizó la adjudicación directa de la obra, atajaba diciendo que no había sido decisión suya, sino del consejo de administración del Proyecto Metro, y que dicho procedimiento ya había sido auditado y solventado.
E insistía en que el tema de fondo no era si se había cerrado la Línea 12 por fallas, sino que se le estaba señalando a él como responsable. Eso, decía, era lo que convertía el asunto en algo político.
Más de un Diputado insistió en preguntarle acerca del costo total de la obra, a lo que Ebrard, evasivo, terminó refiriéndose sólo al costo de la obra civil, cuyo monto, dijo, ascendió a 22 mil millones de pesos. Sobre la contratación de los trenes, ni él ni Delgado ofrecieron una respuesta que satisficiera la duda de los legisladores.
Durante su intervención, el ex Secretario de Finanzas defendió que la Secretaría de Finanzas del Distrito Federal, dependencia a su cargo durante la gestión de Ebrard, sólo se encargó de definir la viabilidad financiera y presupuestal del proyecto, mas no de establecer el método de financiamiento. Eso, dijo, se definió a partir de una petición del STC Metro.
Subrayó que tanto el método de financiamiento, a través de un Proyecto de Prestación de Servicios (PPS) a largo plazo, como la previsión presupuestal del proyecto fueron aprobadas por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Delgado defendió con insistencia al esquema de PPS -que contempla el financiamiento privado en obra pública- y expuso que al establecerse en un contrato multianual no era posible determinar su costo total.
Asimismo enfatizó que las decisiones técnicas del proyecto no eran su competencia, por lo que rechazó que en el informe se le pretenda atribuir responsabilidad por ello.
Sobre el contrato con CAF, del que se ha señalado que estableció un pago a un tipo de cambio de más de 16 dólares, lo que habría generado un sobrecosto en el precio de la renta de los trenes, Delgado aseguró que el contrato se estableció en dólares, por lo que no se definió ningún tipo de cambio de referencia.
El ex funcionario terminó su intervención ante la comisión diciendo que “la Línea 12 no esta cerrada por una cuestión presupuestal ni financiera”.
Al finalizar la comparecencia, Ebrard Casaubón entregó el Libro Blanco del STC al presidente de la comisión, el priista Marco Antonio Calzada Arroyo.
Previamente, el Diputado priista Abel Guerra Garza había descalificado ese documento -que elaboran los titulares de las dependencias al término de su gestión- al decir que los funcionarios los hacían a su conveniencia.