Por Mihaela Marín
Ciudad de México, 12 de diciembre (SinEmbargo/TICBeat).- Entre todos los sentidos, el del oído y el de la vista han sido los más retados por la continua aparición de dispositivos tecnológicos que intentan superarse en una continua competición para alcanzar el máximo nivel de novedad. Pantallas que intentan devolver lo más fielmente posible los colores de la realidad o sistemas de audio que nos sumergen en la profundidad de los sonidos, abundan entre muchos de los aparatos para los cuales podemos optar hoy en día.
Desde que aparecieron los primeros televisores de tubo y dispositivos de radio hemos recorrido un largo camino, pero ¿será algún invento suficiente para satisfacer el inagotable ingenio humano? La respuesta es definitivamente no, y un claro ejemplo de ello es un concepto añorado por la cinematografía desde sus mismos comienzos: la proyección de imágenes con olores.
Así como la información se dispersa a través de imágenes de alta resolución, los ingenieros han pensado que podría aplicarse también en el caso del olfato, uno de los sentidos menos aprovechados hasta ahora.
La idea de crear un sistema de difusión de aromas que acompañe la transmisión vídeo intenta encontrar una finalidad comercial a través de la startup japonesa Aromajoin. El nombre hace referencia a un sistema muy parecido a un dispensador de aromas del tamaño de dos pequeños altavoces conectados a un iPad que se probó por la primera vez en una demostración durante un evento organizado en Tokio.
Un paso hacia el futuro de la publicidad interactiva
El prototipo es el resultado de varios años de trabajo del ingeniero surcoreano Dong Wook Kim y consiste en una tecnología que funciona a base de cartuchos formados por trozos sólidos de fragancias que expulsan moléculas aromáticas hasta una distancia de entre 60 y 80 centímetros. Para sincronizar los olores con el vídeo, el sistema viene acompañado de un software llamado Aroma Player a través del cual se carga un vídeo y se agregan los diferentes aromas usando la función de arrastrar y soltar.
Unas de las mejoras de Aromajoin ha sido el paso de las típicas reservas líquidas de los dispensadores de fragancias a los cartuchos sólidos. El producto podría hacer del televisor un dispositivo que emite imagen y olor al mismo tiempo, pero sería un inconveniente rellenarlo de líquidos. El problema es que se evaporaría muy rápido, lo que no resultaría muy rentable en cuanto al coste.
En cambio, el ingrediente secreto en el caso del actual prototipo ha sido la duración. Un cartucho podría tener un uso de hasta 250 veces al día durante seis meses, sumando en total cerca de 45 mil descargas de aroma. Además el dispositivo cuenta con seis cartuchos de aromas, cada uno incluyendo una combinación diferente de fragancias que podrían pasar de una a otra en sólo 0.1 segundos.
Hasta ahora Aromajoin ha vendido 30 de sus sistemas digitales que combinan las imágenes y los olores a un coste de 2 mil 550 dólares (), de los cuales uno se está usando en el Museo Kao de Tokio.
Sus creadores creen que el invento podría hacer el paso hacia el futuro de la publicidad interactiva y del Home Theater, con aplicaciones variadas desde medios de transporte que emitan olores de ciertos productos hasta televisores que estimulen las emociones de los usuarios a través de un nuevo tipo de experiencias sensoriales.