Ciudad de México, 20 de noviembre (SinEmbargo).– A pesar de que organizaciones civiles estiman en al menos 70 mil la cantidad de migrantes desaparecidos en México, para el gobierno mexicano oficialmente sólo hay 157 personas de nacionalidad extranjera como no localizadas, como muestran las cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas. De esas, 30 son de Guatemala, nueve de Honduras y tres de El Salvador, los tres países de donde proviene el 92 por ciento de los migrantes irregulares que ingresan al país, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración (INM) sobre extranjeros detenidos en 2013.
El Registro –actualizado al 31 de octubre de 2014– condensa la información sobre averiguaciones previas de la Procuraduría General de la República (PGR) y de las averiguaciones y actas circunstanciadas (relatos de hechos) de las procuradurías y fiscalías estatales. Es decir que se trata de los casos de desaparición sobre los que las autoridades han iniciado una indagatoria.
La cifra de centroamericanos desaparecidos podría ser mayor si se considera que hay registro de 2 mil 856 personas no localizadas cuya nacionalidad no se especifica en la información del Registro.
De acuerdo con el informe Migrantes desaparecidos: la tortura permanente, elaborado por la Fundación para la justicia y el estado democrático de derecho, no existen mecanismos a los cuales puedan acudir las familias de personas migrantes, principalmente las que viven en Centroamérica, para buscar a los suyos y no tienen manera de acceder a las instituciones mexicanas encargadas de investigar las desapariciones.
A ello se suma la imposibilidad que tienen para trasladarse a México, lo que hace que el acceso a la justicia sea, de acuerdo al informe, “extremadamente dificultoso, cuando no imposible para las familias de las personas desaparecidas”, especialmente por su condición de migrante en territorio mexicano.
Es en este contexto que llega hoy a México la Caravana de Madres Centroamericanas “Puentes de Esperanza”, para empezar un recorrido de 18 días por 10 entidades del país, con el propósito de encontrar a sus familiares desaparecidos en tránsito por México o encontrar pistas de ellos para saber si viven, murieron, están privados de su libertad o en situación de trata.
La búsqueda de migrantes cuyo rastro se perdió en territorio mexicano no es el único objetivo de la caravana, pues también busca denunciar el mal trato que se les da en el país a los transmigrantes y exigir al gobierno cambios en su actuar frente a esta problemática, y lograr la solidaridad social de los mexicanos, tratando que contrarrestar la xenofobia, el racismo y el miedo que existe hacia los migrantes en tránsito, refirió a SinEmbargo Marta Sánchez Soler, confundadora del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), organización que ha acompañado las caravanas de las madres centroamericanas.
Esta caravana es la décima que se realiza y que recorre la ruta que los transmigrantes siguen en su paso por territorio mexicano. Sánchez Soler indicó que esta vez participarán 45 madres de familias, quienes viajarán por los estados de Tabasco, Chiapas, Veracruz, Hidalgo, Tlaxcala, San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato, Oaxaca y el Distrito Federal desde hoy y hasta el próximo 7 de diciembre.
La agenda de la Caravana contempla visitas a albergues para migrantes, reuniones con autoridades estatales y federales, búsquedas, reencuentros de migrantes con sus familiares y conferencias de prensa. Además de ello, dice Sánchez Soler, este año le darán énfasis a las reuniones con migrantes avecindados en México, como parte de su estrategia de “tender puentes de esperanza” y que los reencuentros no sean sólo de familiares que buscan a un migrante en México, sino también de migrantes establecidos en el país que estén tratando de localizar a sus familiares en Centroamérica.
Además, se prevé una visita al Reclusorio Norte y un encuentro con trabajadoras sexuales, como parte de las actividades de búsqueda de migrantes.
La activista e integrante del MMM dijo que la Caravana ha sido un instrumento importante para dar a conocer el problema de los transmigrantes en México, cuyas condiciones de vulnerabilidad se han agudizado con el paso de los años.
“Lo que era malo cuando empezamos a trabajar, ahora es dramático, de malo se convirtió en peor, y de peor se convirtió en una verdadera tragedia”, consideró.
Organismos nacionales e internacionales han documentado en años recientes los abusos que se cometen contra los transmigrantes irregulares en México, los cuales van de extorsiones y robos, a abusos sexuales, secuestros, asesinatos y desapariciones. Algunos de esos abusos han sido con la colusión de autoridades, como señaló, por ejemplo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en su Informe Especial sobre secuestro de migrantes en México.
Sánchez Soler señaló que tal panorama de agresiones no sólo se ha agudizado, sino que el MMM ha detectado dos tendencias en los casos de migrantes desaparecidos que ha conocido, ocurridos en un contexto de creciente violencia.
Una de esas tendencias es que la mayoría de los migrantes a los que han logrado reunir con sus familias son personas que migraron hace mucho tiempo, algunos hasta 30 años.
“Los casos recientes no los encontramos”, apuntó Sánchez Soler. “Eso me da mucho temor de que todos los que tienen menos tiempo de haber perdido el contacto son los más difíciles de localizar, probablemente no se pueden localizar porque ya no existen”.
La otra es que son pocas mujeres las que han encontrado, “Lo que nosotros pensamos es que están en situación de trata, fueron tratadas e igual ni siquiera están en este continente”, explicó. Por eso es que este año una de las acciones previstas es reunirse con sexoservidoras, a fin de acercarse y conocer las dinámicas de la trata con fines de explotación sexual, de la que pueden ser víctimas las migrantes no localizadas.
Al llegar a la décima edición de la Caravana de Madres Centroamericanas, Sánchez Soler también da una valoración sobre el trabajo que han conseguido.
“La Caravana ha adquirido una presencia importante ya como entidad propia, ya como una organización propia. Y otra de las cosas que ha sido muy importante es el empoderamiento de las madres”, refirió, pues al principio las mujeres difícilmente hablaban y su única respuesta era el duelo, la tragedia, el llanto, a decir de la integrante del MMM. Pero ahora, agregó, ya conocen los entretelones de las problemáticas migratorias, toman el micrófono y hablan “con mucha rabia”.
Pero mientras el paso del tiempo ha consolidado el reconocimiento de la Caravana, la movilización de las madres centroamericanas buscando a sus hijos no se ha traducido en un trabajo efectivo por parte de las autoridades mexicanas para resolver los casos de migrantes desaparecidos, señaló Sánchez Soler. Explicó que ello se debe a que las autoridades se han centrado en hacer bien su “trabajo de gabinete”, pero no hacen trabajo de campo. “Y sin ir a tocar puertas no encuentras nada”, expresó la activista.
