Autoridades de Coahuila fueron "cómplices" de la masacre en Allende: Obispo Vera

04/11/2014 - 10:21 pm

Ciudad de México, 4 de noviembre (SinEmbargo).– El Obispo de Saltillo, Raúl Vera López, dijo que durante la matanza registrada en 2011 en la localidad coahuilense de Allende, en la que hubo cientos de desapariciones atribuidas al grupo criminal conocido como Los Zetas, hubo "complicidad" de autoridades municipales, ya que el ataque fue a plena luz del día y nadie hizo algo para evitarlo.

“Ya en ese tiempo estaba el Ejército, pero sin duda quienes tenían la responsabilidad de proteger a los ciudadanos eran las autoridades municipales, locales y no lo hicieron. Eso sucedió a plena luz del día y eran grupos armados, que saquearon las casas en un ambiente de impunidad, le decían a la gente ‘vengan a sacar muebles’, los aparatos caros ellos se los llevaban. ¿Quién los protege?”, cuestionó.

El Obispo fue entrevistado luego de que, el fin de semana, hiciera declaraciones a los medios de comunicación de Saltillo sobre la impunidad con la que los criminales entraron en Allende y en otros dos poblados, Zaragoza y Piedras Negras, y cómo se dieron el tiempo de derrumbar varias viviendas.

"También aparecieron trascabos (excavadoras) para derrumbar las casas del municipio de Allende, sin quién lo evitara, porque hubo complicidad", añadió el obispo.

"Si esto se hizo a plena luz del día, qué se va a aclarar ahora, sin ese momento parecía que estábamos en tierra de nadie. Nosotros supimos de los hechos violentos, porque la Diócesis de Saltillo llegaba hasta el municipio de Allende, Coahuila [...] Muchos de esos sacerdotes fueron párrocos, y yo les escuché hablarme no sólo de este asunto de Allende, sino que fueron también los municipios de Zaragoza y Piedras Negras”, expresó.

Vera López agregó que los secuestradores entraron a las casas con el rostro descubierto. "Eso se hizo con toda la impunidad del mundo y hubo complicidad", insistió.

Los hechos ocurrieron el 18 de marzo de 2011, cuando más de 300 personas desaparecieron a manos de la delincuencia organizada en 11 varios municipios del norte de Coahuila, en su mayoría de Allende, Piedras Negras y Zaragoza. Tras la destrucción ocasionada por los criminales, otras 50 casas fueron derruidas por orden de Protección Civil del estado, que declaró que representaban un peligro.

De acuerdo con declaraciones hechas por  Luis Reynaldo Garza, Alcalde de esa localidad de unos 22 mil habitantes ubicada 57 kilómetros al sur de la frontera con Estados Unidos, las casas abandonadas y destruidas son un monumento al horror que vivió Allende el 18 de marzo de 2011, cuando unas 40 camionetas de sicarios presuntamente al servicio de Los Zetas irrumpieron en la ciudad y secuestraron a 300 personas.

Esta masacre permaneció oculta de la opinión pública durante más de tres años, y sólo trascendió a comienzos de 2014, cuando unos 250 militares, acompañados por forenses y efectivos de fuerzas federales y estatales, comenzaron a buscar a los desaparecidos.

La agencia Efe ha reportado que, según testimonios de policías, militares y pobladores de la zona, los "levantones" habrían sido represalia del líder de los Zetas en Tamaulipas, Miguel Ángel Treviño o "Z-40", por la delación sobre su ubicación que hicieron los presuntos narcotraficantes Héctor Moreno Villanueva y José Luis Garza Gaytán, operadores del tráfico de cocaína en la región de Allende.

Los narcos locales llegaron a ganar unos cinco millones de dólares mensuales por el cruce de cocaína de Piedras Negras a Eagle Pass, Texas, con los cuales se habrían quedado luego de traicionar y delatar al capo ante la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.

El Z-40 les advirtió entonces que si no le devolvían el dinero mataría a todos sus familiares y amigos, pero Moreno y Garza no le hicieron caso. Se entregaron a las autoridades de EU, donde hoy residen como testigos protegidos.

El líder de los Zetas cumplió su amenaza. El 18 de marzo de 2011 cercó la ciudad con más de 40 camionetas repletas de encapuchados que secuestraron a decenas de personas, entre ellas mujeres y ancianos.

"Ellos querían matarme", narró Moreno a una corte en Estados Unidos, en declaraciones que fueron publicadas por el diario San Antonio Express News. "Empezaron a matar familias en Allende, Piedras Negras, Múzquiz y Sabinas. Debido a esto, mataron a 200 o 300 personas en Allende", agregó el testimonio.

Durante un mes, Treviño envió a sus sicarios para secuestrar a todos los habitantes de Allende que tuvieran como apellido Morena o Garza. Con ellos desaparecieron a sus empleados domésticos y a los albañiles. Después saquearon y destrozaron decenas de viviendas para buscar el dinero robado.

  

 

 

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