Ciudad de México, 27 de octubre (SinEmbargo).–El gobierno español podría matar a 190 lobos ibéricos, a pesar que hace 30 años esta especie se encontraba al borde de la extinción por la caza furtiva.
La especie obtuvo protección de la Unión Europea desde hace 30 años, por lo que el área de distribución de estos animales aumentó un 26% y el número de manadas incrementó desde el 2001.
Sin embargo, desde que existen más ejemplares del lobo, más de 76 animales han fallecido tanto por atropellos, envenenamientos, entre otros factores, que tienen que ver con el registro de miles de muertes del ganado a causa de los ataques de lobos.
Durante el 2012 y el 2013 se registraron 813 ataques del lobo que resultó en mil 626 cabezas de ganado muertas en Asturias, cifra por la cual varias personas encargadas de este negocio recibirían una indemnización por parte del gobierno.
Sin embargo, la especie es únicamente protegida en el sur de España gracias a la Directiva Hábitat de la Unión Europea que pidió considerar a estos ejemplares de interés comunitario y de carácter prioritario, por lo cual requieren zonas especiales de conservación.
Por eso en regiones del norte se designó una norma que establece que la especie es cinegética o apta para la caza. Por otra parte, la norma de la Directiva Hábitat podría sufrir una modificación que podría promover la caza de cierta cantidad de lobos; modificación que es apoyada en gran parte por los ganaderos.
Es por ello que un grupo de activistas llamado Lobo Marley inició una petición en la plataforma Change.Org en el que exigen que detengan la masacre de más de 190 lobos en Asturias y Castilla y León apoyada desde la administración. Dicha iniciativa afirma que la especie ya es protegida en Portugal y que así también debería ser en España.
“Queremos manifestar nuestra más enérgica PROTESTA ante el injustificado aumento de los cupos de caza de lobo ibérico en sus Comunidades Autónomas, en concreto: 140 en Castilla y León y 50 en Asturias que se llevarán a cabo en los próximos meses”, exige la misiva dirigida a la Consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias y al Director General del Medio Natural de la Junta de Castilla y León, María Jesús Álvarez y José Ángel Arranz, respectivamente.
El movimiento Lobo Marley denunció que al Lobo Marley se le persigue desde las administraciones por “racismo zoológico” sin argumentos científicos. “Se acaba el tiempo y se nos acaban los lobos y por eso hemos salido a escena (…) el conflicto del lobo es una mentira oficial que sólo beneficia a los intermediarios”, afirman en su página oficial.
En poco más de un mes, dicha petición ha reunido hasta ahora por lo menos 117 mil 790 firmas que también exige datos científicos precisos que sustenten sólidamente el aumento de cupos de caza.
Entre otras amenazas que enfrenta el lobo ibérico está el incremento de la presión humana sobre el hábitat del lobo, como la desaparición continúa de zonas en las que la especie prospera tradicionalmente, incendios forestales, ignorancia y superstición de la población que ve como figura mítica al lobo en contra de su ganado, el impacto de las grandes infraestructuras como autopistas y vías férreas, así como el desinterés y la negligencia de las autoridades competentes.
Sin embargo, este tema de que la organización toca sobre la superstición, se debe más bien al impago de las indemnizaciones que ocasiona que la percepción en las comunidades rurales del lobo ibérico sea errónea.
Por otro lado la petición también alerta que con la persecución y el control indiscriminado en regiones de España se impide que la especie pueda recolonizar sus territorios históricos más meridionales, lo cual es a la perspectiva de Lobo Marley una “extinción a conciencia”, orquestada desde las administraciones.
En septiembre, Francia y España solicitaron a la Unión Europea que se expandiera la zona de caza del lobo ibérico, lo cual implicaría la modificación de la Directiva Hábitats para que el lobo al sur del río Duero también sea una especie cinegética
