Por Rafael Claudín
No hace falta que seas escocés, ni tampoco que al final sólo quede uno. La inmortalidad o, por lo menos, el camino hacia ella podría quedar abonado de lograr sus objetivos el premio Palo Alto Longevity Prize, nacido en el seno de Silicon Valley con el respaldo de una amplia variedad de científicos, investigadores, empresarios y hasta firmas de capital riesgo.
Aunque parece un proyecto surrealista, no es el resultado de una reunión de guionistas de Hollywood pasados de vueltas, sino que se trata de una idea muy seria de un grupo de personas muy serias. The Verge cita a Aubrey de Grey, científico jefe de la SENS Research Foundation y uno de los autores de “Ending Aging”. Según él, no se trata sólo de detener el envejecimiento, sino de hacer retroceder el reloj hasta la edad de nuestra elección.
¿Cuándo sucedería esto? Será más para nuestros nietos que para nosotros. Según de Grey, “con suficiente financiación, tenemos una posibilidad del 50/50 para tener todo esto funcionando en los próximos 25 años, pero también podría suceder en los próximos 100”. En la misma línea, el director del Palo Alto Longevity Prize, Keith Powers, señala que “basándonos en el rápido ritmo de crecimiento de avances biomédicos, creemos que la cuestión no es si podemos romper el código del envejecimiento, sino cuándo lo haremos”.
Impulsar investigaciones en este sentido es el principal papel del premio. Joon Yun unos de los patrocinadores del mismo, indica que “el objetivo del premio es catalizar esa revolución”. Y no son los únicos que están en ello. El peculiar proyecto Calico, iniciado por Google en 2013, tiene también el objetivo de acabar con el envejecimiento, y cuenta con los fondos ilimitados de Google.
El dinero de este primer premio viene de los bolsillos de Yun, pero todos los involucrados en él, todo tipo de compañías e instituciones de la órbita de Silicon Valley, planean realizar más concursos relacionados con el tema en el futuro. Así que este primer Palo Alto Longevity Prize no dará con la inmortalidad, pero la dejará un poquito más cerca.
El premio es más realista de lo que parece. Se dividirá en dos: 500 mil dólares para el equipo que se demuestre capaz de devolver la variabilidad del ritmo cardíaco al de un joven adulto. Y el otro medio millón de dólares serán para el primer equipo que pueda ampliar en un 50 por ciento la esperanza de vida. Ya se han apuntado 11 equipos de investigación, que creen que tienen opciones de lograr el hito.
En el siguiente vídeo se presenta el proyecto: