Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo/Zeta).– La última semana de agosto, Jaime Antonio Mandujano Eudave llegó como un ciudadano mexicano más al Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas. Con su pasaporte en regla, este colimeño de 52 años, dedicado a la pesca y exportación de atún en Mazatlán, Sinaloa, se dirigió sin problema a Galicia para hacer negocios.
Debido al “gran temor a que los cárteles mexicanos se asienten y tengan infraestructura aquí en España”, a Mandujano Eudave “lo estuvimos controlando desde que llegó”, dijo a Zeta el comandante jefe de la Guardia Civil que coordinó la detención y que no quiso revelar su nombre. Lo siguieron a Galicia, una comunidad autónoma con gran actividad pesquera, donde se reunió con algunas empresas del sector. “Lo que no sabemos es lo que ocurrió en esas reuniones, o si fueron todas de carácter legal. Solo lo vigilábamos, pero no nos metimos en escuchar esas reuniones”, explicó el mando policial.
La detención se dio semanas antes de un informe del gobierno de Estados Unidos en el que manifestó su “preocupación” por el cultivo de amapola en México, “el principal proveedor de derivados ilegales del opio a Estados Unidos”, según el documento enviado por el Presidente Barack Obama al Congreso de su país, en el que el México se mantiene entre los 22 mayores productores o territorios de tránsito de drogas.
Según el Gobierno estadounidense, también llegan a su territorio productos derivados de la amapola desde Colombia y Guatemala, aunque en menor medida que desde México. La Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) informó de un incremento del 324 por ciento en las incautaciones de heroína en la frontera con México entre 2009 y 2013.
TRANSPORTER DEL CÁRTEL DE SINALOA
Durante cinco años, de 2004 a 2009, la inocente actividad pesquera de Mandujano era en realidad una simple tapadera del Cártel de Sinaloa para la recepción y el envío de Colombia a Estados Unidos, por vía marítima, de casi 150 toneladas de cocaína en 32 remesas. Por lo menos así lo creen la DEA y un juez del Distrito de Columbia, en Washington, DC, que buscaban a Mandujano para cumplir “una condena de cadena perpetua por su vinculación a una de las organizaciones más importantes de tráfico de drogas a nivel internacional”, como señaló la Guardia Civil.
El papel operativo del presunto narcotraficante no era menor: llegó a tratar hasta con tres cárteles colombianos distintos que les surtían de droga. Gracias a su eficacia logística, el detenido logró transportar en un solo envío hasta seis toneladas de cocaína.
La actividad del atunero colimeño era tan legal en Sinaloa y Baja California, que parece que las autoridades mexicanas nada sospechaban de este individuo, aunque la DEA tampoco les comunicó sus pesquisas. Se fiaran o no de la eficacia policial mexicana contra el narco, lo que está claro es que la agencia estadounidense esperó a que saliera del país para cursar la orden de búsqueda y captura. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Reino de España actuaron con celeridad y prudencia ante lo que podría ser un intento más del Cártel de Sinaloa de establecerse en Europa. Tanto la Embajada de México en España, como la misma Guardia Civil, confirmaron a Zeta que ninguna entidad mexicana colaboró en la llamada “Operación Mandujano”.
20 TONELADAS DE COCA A EUROPA
Si el 31 de agosto se detenía a Mandujano Eudave en España, cuatro días antes, el 27 de agosto, en el puerto de Trujillo, Perú, la Policía Antidrogas del país andino decomisaba al Cártel de Sinaloa 7.5 toneladas de cocaína de alta pureza camufladas en 90 toneladas de piedras de carbón. Según fuentes relacionadas con esa operación –bautizada como “Operación Carbonero”–, citadas por el diario La República de Perú, esta organización pretendía enviar la droga incautada a España y Bélgica en el transcurso de los siguientes seis meses. En los días posteriores, fuentes de la División de Investigaciones Especiales (DIVINESP) de la Policía peruana señalaron al mismo diario que desde el año 2012 a la fecha, el Cártel de Sinaloa pudo enviar a Europa 20 toneladas de cocaína.
Para la Guardia Civil española, las declaraciones de sus colegas peruanos parecen tener algo de lógica. “Si es a Europa, la droga va a entrar por tres sitios: Rotterdam (Holanda), Amberes (Bélgica) o España. Para introducir contenedores, los narcotraficantes utilizan esos dos puertos enormes y los puertos españoles, por ser el primer punto de contacto en Europa”, planteó el comandante entrevistado. Ante este nuevo frente, queda la pregunta de Carlos Resa. “¿A quién conocen los mexicanos? Puede que tengan ya alguien y que igual no lo sepamos. Pero de momento, todos los distribuidores de droga se la compran a algún colombiano…”.
Comparadas con las 150 toneladas de cocaína, las 150 toneladas de marihuana y las 30 de efedrina que transportó o ayudó a transportar Mandujano, esas 20 toneladas de cocaína llegadas a Europa son una cantidad pequeña. Que crezca o no esa cifra dependerá en gran medida de la eficacia de la Policía española, que está decidida a que no suceda. “No queremos que las células mexicanas se asienten en España. Conociendo la peligrosidad y la violencia con la que actúan los cárteles mexicanos, queremos evitar que tengan la infraestructura y puedan lograr el poder que tienen en México. Sobre todo por el miedo y la violencia que ejercen en la sociedad”, concluyó el comandante.
–Con información de Lourdes Téllez, especial para Zeta.