Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).– Aunque Erica Martínez tiene una bolsa reciclable en su hogar para ir al súper y comprar los víveres de la semana, en realidad en algunas ocasiones, prefiere la bolsa de plástico que le dan en la tienda, pues su mamá las lava y las rehusa para usarla en el deposito de basura.
“Nosotros tenemos una bolsa de esas verdes, pero cuando vas al súper es muy poca la gente que trae una; casi todos usamos la gris esa que te dan”, relató Erica.
En el caso de Erica cuando realiza las compras de la semana la bolsa es gris, pero en el mercado las llamadas “bolsas de camiseta”, son de distintos colores, tamaños y son las más populares al momento de transportar los víveres, a pesar que desde 2009 existe la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal que en un principio, tenía como uno de sus objetivos, reducir su consumo.
La conocida entre los industriales del plástico como “Ley antibolsas”, no surtió ningún efecto en las ventas.
“Yo creo que aquella modificación a la Ley de Residuos Sólidos influyó en incrementar la aversión a las bolsas de plástico por la población, sin embargo, la gente las sigue utilizando por que son necesarias y hasta ahora no hay una mejor manera de transportar los productos que compramos en un comercio.
Algunas personas han optado por llevar sus bolsas reutilizables, puesto que piensan que de esa manera dañan menos el medio ambiente, pero es una pequeña parte de la población”, dijo Eduardo Martínez Hernández, ex presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (Anipac) y un experto en la industria.
El industrial aseguró que no hay datos preocupantes para los fabricantes de bolsas de plástico, que indiquen que hubo algún cambio en el consumo.
“En general no hubo un cambio significativo en las bolsas de plástico. Los más interesados en que la gente use las bolsas reutilizables son los autoservicios, puesto que ese tipo de bolsas se venden y al dejar de usar la bolsa de camiseta, se ven obligados a comprar bolsas de basura, lo cual representa para el autoservicio un beneficio económico. Pero no hay un impacto negativo en la industria”, comentó.
En 2009, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó reformas y adiciones a la legislación, donde hizo obligatorio sustituir las bolsas de plástico para empacar productos en los establecimientos comerciales, por bolsas biodegradables.
Un año después, cuando los empresarios argumentaron la caída de empleos en la industria a raíz de la entrada en vigor de la Ley de 2009, lograron cambios sustanciales que hicieron de la legislación una versión más permisiva que está vigente hasta este momento.
De acuerdo con los industriales del plástico, en 2009 se perdieron 5 mil empleos como consecuencia de la Ley de Residuos Sólidos, y se previó que al finalizar 2010, habría un desplome de 9 mil puestos de trabajo más, debido a que los empresarios empezaron a reducir su producción en las manufactureras de bolsas.
Pero los asambleístas cambiaron el escenario y en 2010 se eliminó el artículo que obligaba al Gobierno del Distrito Federal (GDF) a llevar a cabo programas de sustitución, y sobre todo, la prohibición de regalar las bolsas en los establecimientos, el ordenamiento de que debían ser biodegradables, se eliminó la pena de cárcel y se redujeron las multas.
Los legisladores llamaron en 2010 “Producción y Consumo Sustentable” a los cambios que realizaron, es decir, los fabricantes ya no están obligados a producir bolsas biodegradables, sino a desarrollar programas de sustentabilidad en sus fábricas para reducir el impacto ambiental de sus productos.
Eduardo Martínez indica que del total de las bolsas que se regalan en los establecimientos comerciales a cinco años de aquellos cambios, 70 por ciento son biodegradables, mientras que el resto contienen material reciclado y materiales minerales, que ayudan a que su descomposición en el ambiente sea más rápida.
“Las marcas optaron por asumir la Ley, todavía hay algunos que están utilizando bolsas con altos porcentajes de material reciclado, el resto del mercado, la bolsa comercial, no usan material biodegradable, ellos usan altos porcentajes de material reciclado y de cargas minerales.
De las bolsas que tienen una leyenda escrita la mayor parte son biodegradables, pero las que no tienen nada escrito, prácticamente ninguna lo es”, explicó.
El empresario se refirió a que la Ley de Residuos Sólidos, sí dejó un vacío y fueron las bolsas comerciales que un consumidor puede adquirir en las tiendas. Es decir, detalló, la ALDF legisló para impactar en las bolsas de plástico que se regalan en los comercios, pero no en las que se venden para depositar basura. “Las bolsas para la basura no entraron dentro de la Ley, sólo la bolsa de acarreo, pero aún así aquella legislación se modificó y ahora el uso de aditivos para hacerlas biodegradables ya no es obligatorio”, dijo el industrial.
LA "REINA" DE LOS ESTABLECIMIENTOS
En un recorrido realizado por SinEmbargo a varios establecimientos comerciales en la Ciudad de México, la constante fue el uso de la bolsa de plástico para empacar víveres y otros productos. Los comercios las prefieren de plástico y la bolsa reutilizable no es la norma entre los consumidores.
Aunque las bolsas “verdes” se venden en varios de los supermercados, los clientes llenan sus carritos con empaques de plástico, que en su mayoría contienen la leyenda de que son biodegradables u oxo-biodegradables, una segunda tecnología utilizada en la industria para hacer que el material dure menos tiempo en degradarse.
Los empaques ahora son más delgados, una de las implicaciones que llevan consigo los aditivos para su fabricación. Pero el problema desaparece cuando el consumidor pide al empacador, doble bolsa, para que una sola no se rompa con el peso de los productos.
"Yo no uso bolsa verde, nosotros en casa siempre utilizamos las bolsas que nos dan en el súper, son más prácticas y sirven para la basura”, dice Edgar Cruz, un joven a las afueras de una tienda de autoservicio.