La relación entre México y España tiene más de 500 años y a lo largo de este tiempo se han constituido redes comerciales que dieron surgimiento a grandes emporios: Soriana, Modelo, Gigante, Comercial Mexicana o Grupo Ángeles. A partir de que nuestro país entró en una etapa de apertura comercial, durante los años 90, las inversiones españolas han fluido hacia sectores estratégicos como el hotelero, energético, el financiero y las telecomunicaciones. En unos casos se han asociados con firmas de capital azteca, pero en otros han absorbido por completo a las empresas nacionales. Su presencia también ha sido cuestionada por analistas y distintos sectores, quienes argumentan que además de las ventajas que les dan los tratados comerciales celebrados por México, también han tejido una red entre nativos españoles, sus descendientes y las élites del poder para tomar ventaja. En sus consejos de administración, sin rubor, aparecen altos ex funcionarios, ex presidentes o sus familiares. Ahora, con la Reforma Energética, México se vuelve nuevamente refugio de los capitales del viejo continente…
PRIMERA PARTE
Ciudad de México, 18 de agosto (SinEmbargo).– La presencia de empresas españolas en México ya no se remonta a los tradicionales negocios de abarrotes o textiles que hicieron famosa a esta comunidad. En los últimos 20 años, los flujos de capital español hacia tierra azteca ha estado creciendo en sectores estratégicos como el financiero, el turístico, de telecomunicaciones y con la apertura energética se espera una nueva oleada de inversiones en las áreas de gas, petróleo y generación de electricidad.
La relación entre México y España tiene más de 500 años y a lo largo de los mismos se ha integrado una serie de redes comerciales que han dado surgimiento a grandes emporios construidos por españoles de primera, segunda y tercera generación que han fundado grandes negocios como Soriana, Modelo, Gigante, Comercial Mexicana y Grupo Ángeles.
La nueva oleada de capitales ibéricos a tierra azteca empezó en la primera mitad de los 90 impulsada por los cambios estructurales en materia de apertura comercial promovida por el gobierno, desde la llegada del Presidente, Carlos Salinas de Gortari, en 1988, así como la privatización de los bancos nacionalizados en 1982, y la promulgación, en 1998, de una serie de cambios a la Ley de Inversión Extranjera (LIE) como la autorización para que inversionistas de otros países pudieran fundar o adquirir bancos y otras instituciones financieras con una participación mayoritaria de hasta 100 por ciento.
Si bien ya venían operando algunas empresas españolas importantes en México, como Mapfre, que llegó en 1994 a fundar seguros Tepeyac con socios mexicanos, o Freixenet que inauguró sus bodegas vinícolas en 1987, en Querétaro, las primeras inversiones ibéricas de esta nueva oleada corrieron a cargo de grupos financieros como BBVA que entre 1993 y 1999, compró, en operaciones sucesivas el control de los bancos Mercantil Probursa, Banco de Oriente Banca Cremi.
El sector hotelero también se ha lanzado a esta nueva conquista de México, donde de acuerdo con datos del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), las cadenas españolas que operan aquí suman más de 77 hoteles, con más de 28 mil habitaciones.
El 2000 fue el primer año en el que las inversiones españolas en el país superaron los 2 mil millones de dólares y fue uno de los más productivos para los inversionistas ibéricos en el país.
Actualmente, la mayoría de las empresas españoles, en México, en este orden, concentran su actividad en el sector financiero y de seguros, construcción, información en medios masivos, energía, esparcimiento cultural y deportivo y otros servicios recreativos; industria manufacturera, comercio de mayoreo, servicios profesionales, científicos y técnicos; servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación, servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles y servicios educativos.
Según el documento “México y España en el espejo global”, realizado por la consultoría PriceWaterHouseCooper y el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), la presencia de empresas españolas que operan en el país supera las 3 mil 600 y “al parecer, a la mayoría de ellas les va bien, algunos de los CEOs [directores generales] que participaron en la encuesta llegaron a comentar: la oficina mexicana es la unidad de mayores ingresos y rentabilidad después de la de España” y que ese buen crecimiento se registra en tasas de crecimiento de dos dígitos.
Según cifras de la Secretaría de Economía de México(SE), las importaciones españolas han registrado un crecimiento importante entre 2009 y 2013 al pasar de 3,004,042,141 a 4,311,071,460 millones de dólares.
Entre los principales productos que España vende a México están gas natural, aerogeneradores, libros, construcciones prefabricadas o sin armas, vinos, aluminio, químicos, azulejos, perfumes, lociones, carrocería montada sobre chasis, ascensores y montacargas, mercancías para el «Programa de Promoción Sectorial de la Industria Automotriz y de Autopartes», calzado para mujeres, aceitunas, mármol y tapas abre fácil de acero o aluminio para latas, entre otros.
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¿POR QUÉ MÉXICO?
“Actualmente contamos con más de 400 empresas socias que abarcan todos los sectores económicos en México, así como con una red de contactos que abarca todos los sectores de actividad y dependencias de Gobierno”, señala la Cámara Española de Comercio en México en su página de Internet, a cuyos representantes se pidió una entrevista para solicitar datos sobre las inversiones en el país, misma que nunca fue concedida.
“Hay empresarios migrantes que han llegado a México por diversas razones: hay una cultura de negocio muy parecida y algunas figuras de la política nacional han tenido alguna relación con las empresas españolas y eso ha ayudado”, consideró por su parte Adolfo Laborde Carranco, director del Programa de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (LRI) y del Bachelor in International Affairs (BIA) del Instituto de Estudios Tecnológicos de Monterrey, Campus Santa Fe.
La mayoría de las empresas españolas se encuentran ubicadas en la capital del país, después le sigue el Estado de México, Quintana Roo, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Querétaro y Veracruz.
México, Brasil y Colombia han sido este año los principales destinos de las inversiones españolas en América Latina, gracias a las facilidades que ofrecen para la apertura de negocios, su ubicación geográfica, infraestructura y gracias a que solamente 40 por ciento de las empresas que operan en la región, puede verse afectada por la crisis global, según el informe “2014: Panorama de la inversión española en Latinoamérica”, realizado por el Instituto de Empresas de España (IE), AirFrance y KLM.
“Algo que empuja mucho a los empresarios e inversionistas españoles es el problema económico de su país. Para recuperar el empleo que se tenía antes de la crisis de la zona euro van a tardar de 7 a 10 años, lo que ocasiona bajo poder adquisitivo, y eso combinado con el ‘Mexican Momentum’, que lo han vendido muy bien en el extranjero, ha impulsa también a voltear al país”, consideró Víctor Manuel Prudencio Vallejo, ex empleado de la Comunidad Europea en el área de Negocios con América Latina.
“Desde que España ingresó a la Unión Europea y desde que la Unión Europea firmó un convenio con México de comercio, desde entonces España vio a toda América Latina como un espacio natural de desarrollo porque tenemos lenguaje, religión y pintura y se empezaron a fortalecer las empresas nacionales españolas”, señaló Martín Romero Morett, jefe del Departamento de Economía del Centro Universitarios de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara.
De acuerdo con el estudio realizado por el IE, para los próximos tres años, México se ubica como el segundo destino de inversiones de las empresas españolas en la región, sólo después de Brasil, ya que los empresarios ibéricos ven en la región un intento desesperado para que sus empresas sigan manteniéndose con capital mayoritariamente español.
También consideran que el país tendrá un buen crecimiento económico, a pesar de los problemas que representan la inseguridad y el tipo de cambio.
“Desde luego, el Plan de Infraestructuras y las oportunidades para las empresas que esa inversión de 600 mil millones de dólares representa para México y para España, nos da una idea de los campos en que pueden colaborar nuestros países”, dijo por su parte en entrevista publicada en el sitio de la Cámara de Comercio de España en México, el embajador ibérico en el país, Luis Fernández Cid.
SinEmbargo solicitó una entrevista con el agregado comercial de la representación diplomática, sin embargo, nunca se recibió respuesta.
De acuerdo con el estudio del IE, “México vuelve a ser considerado el país más competitivo y el que tiene acuerdos de libre comercio más interesantes”.
Gas Natural Fenosa (GNF), que inició operaciones en el país hace 15 años a través de la petrolera Repsol y que en 2000 compró el 100 por ciento del capital social de la mexicana Metrogras, señaló a nivel corporativo, a través de un cuestionario enviado por correo electrónico, que la decisión de participar en México deriva de un cambio en la política energética del país, durante el periodo de gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de Léon (1994-2000) que abrió las puertas a la industria privada; por una parte podrían participar privados en la generación de electricidad y por otra parte en la distribución de gas natural.
“Es la apertura de la industria privada lo que da pie a nuestra participación en este negocio”. Ante la pregunta: ¿Qué facilidades se encontraron en México, que no ofrecen otros mercados?
La compañía respondió que en su momento fueron los cambios regulatorios que permitieron la participación de empresas privadas en el sector energético, tanto en la distribución de gas natural como en la generación de electricidad, en paralelo a la operación de las empresas estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE). En este proceso se dieron los reglamentos que permitieron la participación privada estos rubros, a través de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
“El mercado mexicano es muy importante para el grupo, dado que vemos un potencial importante de crecimiento de nuestro servicio. Podemos crecer al doble de lo que tenemos actualmente, con la infraestructura ya disponible. Cabe mencionar que las actividades internacionales de GNF representan el 40.9 por ciento del total del EBITDA [los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización], y en América Latina, México es el segundo mercado más importante para el grupo”, destacó.
Actualmente, la compañía tiene un plan de crecimiento establecido para incorporar cada año más de 100 mil nuevos usuarios de gas natural, ya sea a nivel industrial, comercial o doméstico.
En el mercado de generación, «actualmente, estamos construyendo el parque eólico Bií Hioxo ubicado en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, mismo que se pondrá en operación a finales del presente año, con una potencia instalada de 234 MW», informó.
LA BANCA
Gracias a la Ley de Inversión Extranjera, aprobada en 1994, fue que España se vio beneficiada y para finales de la década la inversión española se enfocó en el sector financiero. Esto se vio reflejado con la llegada de los dos bancos españoles más importantes: BBVA y Santander, donde el primero adquirió a Bancomer y el segundo a Serfin, siendo que esta última inversión alcanzó la cifra de 5 mil 904 millones de dólares.
Hoy en día, las filiales de ambas instituciones se ubican entre las dos más importantes a la hora de reportar ganancias a sus matrices ibéricas.
Con una utilidad de 37 mil 781 millones de pesos obtenida a lo largo de 2013, Grupo Financiero BBVA Bancomer aportó 38 por ciento de la ganancia total que generó su matriz en todos los países donde tiene presencia, según su reporte corporativo.
Este resultado es superior en 34.3 por ciento, en comparación con los 26 mil 832 millones de pesos que reportó en 2012.
Se trata del mayor crecimiento en ganancias desde 2010, cuando con un total de 25 mil 751 millones de pesos, registró un alza de 23.5 por ciento, contra los 21 mil 612 millones de 2009.
Mientras que, en el mismo año, Santander fue la tercera con 18 mil 903 millones de pesos, según un reporte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) de México.
“Al inversionista mexicano le hace falta más visión porque ahora con la crisis de España hubieran aprovechado para recuperar bancos como Santander y BBVA, pero les hace falta más ambición […] Nosotros somos así de malinchistas, al capital extranjero no le exigimos reciprocidad”, expresó el investigador de la UdeG.
LA OBRA PÚBLICA
El ocasiones, la presencia de las empresas españolas en México y su forma de operar ha sido criticada:
El 14 de julio, una investigación periodística reveló cómo la empresa constructora española OHL había obtenido en 18 meses siete contratos de obra pública por 41 mil 594 millones de pesos, incluido uno de 10 mil millones con el gobierno de Puebla, facilitado por el Jefe del Ejecutivo.
El monto de los contratos supera a las principales constructoras mexicanas, ICA, Tradeco y Carso, que durante el mismo lapso obtuvieron contratos por 9 mil 412 millones de pesos en el mismo periodo.
De acuerdo con la investigación del diario Reforma, “no en todas las licitaciones, la oferta presentada por OHL ha sido la oferta más económica, pero, por el sistema de puntaje técnico de esos procesos, ha podido hacerse de los mismos”.
La empresa es y ha sido dirigida por ex funcionarios de administraciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI). OHL México es presidida por José Andrés de Oteyza, ex Secretario de Patrimonio y Fomento Industrial en el Gobierno de José López Portillo, y dirigida por Sergio Hidalgo, ex director del ISSSTE y el SAE.
Además, antes de llegar a Petróleos Mexicanos (Pemex), en su consejo y equipo directivo trabajaron Emilio Lozoya Austin y Mario Beauregard, actuales directores general y de Finanzas de la aún paraestatal, respectivamente.
La mayoría de estos funcionarios y ex funcionarios no sólo tienen en común el trabajar o haber trabajo para la constructora, sino también conexiones familiares o de negocios ibéricas.
En su edición del 20 de julio, el diario español El País publicó que “los últimos contratos que ha logrado en México están levantando también algunas ampollas, agravios e insidias entre sus competidores locales y en algunos medios de comunicación. Dicen que OHL México es la favorita del PRI (el partido del Gobierno) y la preferida del Presidente Enrique Peña Nieto”.
“Insinúan además que OHL ha empezado a recibir contratos de la petrolera estatal Pemex tras la incorporación como altos directivos de dos ejecutivos que trabajaron antes para el grupo español”, agregó.
La publicación aseguró que la adjudicación de los contratos en México se debe a su calidad técnica y no a los “favores” del gobierno de Peña Nieto.
“Su eficiencia, su prestigio y sus precios, son en todo caso más amplios”, y aduce que en los últimos meses también se ha hecho de importantes adjudicaciones en Australia, Aruba y Chile.
Sin embargo, la investigación periodística despertó una serie de dudas sobre cómo la presencia de empresas españolas ha logrado extenderse en nuestro país en sectores como el de obra pública, hotelero, telecomunicaciones, financiero, textil y energético.
“[Algunas] Caen también en el juego de la corrupción. Si en los últimos tres o cuatro años se han incrementado [las inversiones españolas en México], en los últimos cinco se van a ampliar todavía más, por afinidad y ligas con las élites gubernamentales del país”, expresó Prudencio Vallejo.
A menos de una semana de que salieran a la luz los cuestionados contratos que el gobierno mexicano ha otorgado a la constructora española OHL, otra empresa ibérica, Sacyr, anunció que resultó adjudicataria de dos líneas eléctricas y tres sub estaciones en Monterrey, Nuevo León, por un valor de 15.75 millones de dólares.
En un comunicado, Sacyr indicó que el contrato fue adjudicado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al consorcio formado por Sacyr Industrial y Mondisa.
Precisó que el proyecto incluye la construcción e instalación de dos líneas de transmisión de una longitud de 3.7 kilómetros y tres sub estaciones de diferentes capacidades eléctricas.
En ocasiones, empresas españolas obtienen ganancias en México sin ni siquiera haber terminado el trabajo para el que fueron contratadas. Es el caso de Abengoa, que el 22 de septiembre 2009 interpuso una demanda en contra del Estado Mexicano ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferendos Relativos a Inversiones (Ciadi), en Washington, bajo número ARB-AF/09/2, por la cancelación del permiso para operar el confinamiento tóxico en Zimapan, Hidalgo.
Abengoa acusó a México de incumplir el Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones entre México y el Reino de España. Demandó una compensación de 96 millones de dólares (aproximadamente 1 mil 216 millones de pesos) más intereses desde que el proyecto debió comenzar a operar (en 2007).
El litigio concluyó el junio de este año y como compensación la empresa, que apenas invirtió 70 millones de pesos, obtuvo como compensación cerca de 500 millones de pesos.
LOS HOTELES
En México, autoridades hacendarias y de sectores como el turístico han dado muchas concesiones a las empresas españolas, aseguran los especialistas, inclusive beneficiándolas por encima de las connacionales.
Aseguran que el trato que han tenido esas firmas en nuestro país ha sido preferencial, gracias a que reciben una serie de descuentos en todo tipo de impuestos y subsidios prediales. También, presuntamente, gozan de tasas preferenciales de bancos españoles de hasta 3 por ciento anuales, mientras que los hoteleros mexicanos tienen que pagar intereses de dos dígitos.
No sólo en el caso de los hoteles, sino de las empresas extranjeras, en general, no existe un control sobre la salida de ganancias que obtienen las compañías, pues mientras en la mayoría del mundo existe una regulación que las obliga a dejar un porcentaje de sus utilidades en el país donde hace el negocio, en México “el gobierno se ha hecho sordo y no ha querido imponer este control”, expresó Prudencia Vallejo.
Según datos del Tec de Monterrey, algunas cadenas españolas, de cuatro, cinco estrellas y lujo tienen una presencia importante en la zona de la Riviera Maya.
Estas cadenas españolas operan un total de 901 hoteles en el mundo con un total de 232 mil 302 habitaciones, por lo que la participación de México, en promedio, es de 13.3 por ciento, según sus datos a 2010.
El avance de estas empresas, encabezadas por Grupo RIU, que cuenta con ocho mil 635 habitaciones en 16 hoteles en el país, ha sido rápido y continuo, puesto que en 2004 las empresas españolas sólo tenían 43 hoteles con 13 mil habitaciones.
Después de RIU, las cadenas hoteleras ibñericas con mayor presencia en México son Sol Meliá, con ocho hoteles; Fiesta Hotel Group, con siete; otros 3 de Oasis; ocho de Iberostar, 13 de NH; cuatro de Gran Bahía, cinco de Catalonia y 13 de Barceló.
El reporte financiero de 2013 de NH Hoteles señala que México destaca positivamente con incrementos de RevPar (el más importante medidor utilizado en la industria hotelera para valorar el rendimiento financiero de un establecimiento o una cadena) a 12 meses superiores al 7 por ciento, uno los más altos para la empresa, impulsado principalmente por el crecimiento de la ocupación en los hoteles.
Mientras que las memorias de 2013 de Grupo Barceló destacan que “los mejores indicadores se han producido en Latinoamérica, región que genera cerca del 75 por ciento del EBITDA del Grupo, y muy especialmente en la Riviera Maya mexicana y en la República Dominicana. En ambos destinos el porcentaje medio de ocupación ha rondado el 85 por ciento”.
De acuerdo con reportes de la Secretaría de Economía (SE), en el periodo 2010 a 2014, se espera que lleguen a México inversiones de dos mil 500 millones de dólares por parte de empresas españolas turísticas, principalmente del sector hotelero, que generarían 20 mil empleos directos.
“Sus hoteles ya tienen mucha experiencia en el mundo. Ellos hacen un buen estudio de benchmarking para conocer el mercado y obtener la tasa de retorno que aspiran, la mejor tasa de mercado”, explicó Laborde, quien agregó que este conocimiento del mercado les ha permitido especializarse en la atención al cliente y en el concepto de “todo incluido”, por la serie de alianzas estratégicas que tienen con el resto del sector turístico internacional, lo cual pone en desventaja a otras cadenas mexicanas.
Justo en este sector es en el que se ha desatado el más reciente escándalo judicial en el país ibérico. A finales de julio, la Audiencia Nacional de España anunció que investiga al empresario Jordi Pujol Ferrusola por el supuesto cobro de una comisión de 13 millones de dólares en dos años por su participación en el proyecto turístico Azul de Cortez, el más importante desarrollo turístico de Baja California Sur, México.
Pujol Ferrosul habría cobrado una comisión encubierta de Isolux Corsán al vender su parte a este gigante de la infraestructura, contratista de la Generalitat catalana, en un macro proyecto, según publicó el diario español El Mundo.
El juez Pablo Ruz, que investiga la corrupción del clan Pujol, acaba de requerir a la empresa española toda la documentación sobre la compra del proyecto que se extiende sobre una superficie de 800 hectáreas junto al golfo de California, también conocido como Mar de Cortés, y en el que está prevista la construcción de un campo de golf diseñado por el famoso jugador Greg Norman, una marina, dos hoteles con 280 habitaciones y unas 2 mil residencias de lujo destinadas principalmente al público estadounidense y canadiense.
“Pujol llegó protegida por toda la clase empresarial española que se ha establecido en México ”, dijo el escritor Oriol Mallol.
El proyecto Azul de Cortez engloba un volumen de negocios superior a los 3 mil millones de dólares.
Fuentes citadas por el rotativo español señalan que a mediados de 2006, Pujol Ferrusola desembolsó 3 millones de dólares para comprar el 21.5 por ciento del desarrollo del negocio, “articulando los pagos a través del BBVA”. Adquirió entonces un paquete de lo que en México se conoce como el fideicomiso, convirtiéndose por lo tanto en “fideicomisario o fideicomitente”. Esta figura legal no sólo abarca la propiedad del terreno, sino las posibilidades de negocio sobre el mismo.
El empresario es hijo de Jordi Pujol Soley, que durante 23 años desempeñó el cargo de presidente de la Generalidad de Cataluña, el sistema institucional en que se organiza políticamente el autogobierno de la comunidad autónoma de Cataluña en España.
“En pláticas con distintas personas, él siempre dijo que había llegado a México, básicamente a trabajar poco y hacerse de un gran capital”, señaló Oriol Malló.
De acuerdo con la información del diario, Pujol Ferrusola instrumentó la operación a través de su sociedad limitada Iniciatives, Marketing Inversions, entidad investigada por la Audiencia Nacional por lavado de dinero y delito fiscal, dedicada originariamente al negocio del mármol y del granito bajo la denominación de Natural Stone, y a la que la Agencia Tributaria ha detectado ya fondos en Luxemburgo.
En el caso mexicano, el miembro del clan catalán estableció personalmente los contactos con la directiva de la empresa española para proponerle el negocio en primera instancia, en el que entró con una pequeña participación, y le vendió su parte acto seguido sin haber llevado a cabo ninguna gestión relevante.
Al mismo tiempo que compró la parte de Pujol Ferrusola, la empresa española adquirió las participaciones en este fideicomiso a otros empresarios tanto españoles como mexicanos, desembolsando un total de “79 millones de dólares”, con el objetivo de llevar a cabo en solitario el desarrollo del negocio inmobiliario.
Isolux Corsán valoró que el título de propiedad del terreno estaba “limpio”, tal y como añaden las mismas fuentes. El proyecto disponía de las licencias urbanísticas correspondientes, así como que cumplía con la exigente normativa medioambiental del país. De tal forma que ya se construyó la infraestructura básica y está a punto de comenzar la construcción del complejo turístico.
Tanto el juez Ruz como la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la Policía intentan determinar si esta compra-venta entraña el pago de un sobreprecio y si los fondos que inyectó Pujol Ferrusola tienen una procedencia ilícita. De ahí que la Policía Judicial, por orden del juez, no sólo haya solicitado los datos de la operación a Isolux Corsán, sino también al resto de socios o compañeros en el fideicomiso mexicano.
Según algunas de las fuentes que compartieron el negocio con Pujol Ferrusola, la espectacular plusvalía abonada por Isolux Corsán estaría justificada “por el valor añadido” que se incorporó al proyecto «en forma de licencias urbanísticas y gastos de gestión, entre otras cuestiones”.
EL SECTOR ENERGÉTICO
De acuerdo con expertos en el tema, el crecimiento de la inversión española no ha sido fortuito, y de alguna manera, ha sido favorecida por las redes familiares que han ido tejiendo a los largo de los años, así como por su cercanía con el poder, principalmente con el Jefe del Ejecutivo en turno.
Un editorial publicada por la página electrónica de La Voz de Asturias hace mención a un grupo de “asturmexicanos”, personajes nacidos o con raíces en Asturias, España y que tienen lucrativos negocios en México.
Los llama “mecenas, profesionales de éxito y, sobre todo, altruistas y generosos con su tierra patria -Asturias-«.
Según la publicación, este lobby asturmexicano está integrado por una decena de empresarios de gran influencia social y económica en el país «mexica», que lo mismo organizan visitas de la realiza ibérica a México que cabildean a favor de otros hombres de negocios españoles.
En este grupo se encontrarían, según la publicación, Antonio Suárez Gutiérrez [Grupo Mar, dueño de la marca Tuny], Juan Antonio Pérez Simón [socio de Carlos Slim], Manuel Arango Arias [Centro Mexicano para la Filantropía], Antonio Ruiz del Valle [Mexichem] y José Antonio Fernández [Coca-Cola Femsa].
“Muchos de ellos han logrado, con creces, el sueño por el que sus familias partieron un día a la aventura hacia América. Ellos conforman ahora el lobby ‘asturmexicano’”, señala la publicación.
Antonio Suárez Gutiérrez es un español que visitó México por primera vez en 1966; es uno de los primeros empresario en comprar empresas estatales mexicanas. Después de varias visitas, este personaje decidió radicar en México, cambiar de giro y tomar el timón de una vieja empresa estatal llamada Industria Pesquera de Oaxaca (IPO). Ahora es conocido como «El Rey del Atún», ya que su compañía, Grupo Mar, es dueña de la marca Tuny y tiene ventas anuales por 5 mil millones de pesos.
A Suárez se suman los hermanos Vázquez Raña, que, aunque no son austurianos, sino hijos de españoles de un pueblo llamado Avión, nacidos en México. En el libro «Los Amos de México», se da cuenta cómo Mario y Olegario, y sus antepasados, aprendieron a hacer negocios fungiendo como aboneros, tenderos y administradores de un hotel de paso hasta lograr acercarse a las élites del poder.
Mario es, desde hace años, dueño de la Organización Editorial Méxicana (OEM) que edita los periódicos conocidos como «soles» y La Prensa.
Mientras que Olegario, y su hijo, han logrado incursionar en el sector financiero a través de Grupo Financiero Multiva; en medios de comunicación vía el diario Excélsior y Cadena Tres; en el sector salud con los Hospitales Ángeles; en el sector turismo con los hoteles Camino Real y en el sector servicios con el restaurante Le Cirque y la Operadora Coffee Station, todas bajo las alas del llamado Grupo Ángeles.
El mismo libro cita que Olegario podría se contratista de la Secretaría de la Defensa Nacional de México (Sedena), a través de una empresa llamada Breco Holdings.
El crecimiento de las empresas de Olegario se dio durante el sexenio del panista Vicente Fox Quesada (2000-2006), cuya hija, Cristina, trabajó para los hoteles Camino Real.
Otra de las prácticas de las empresas españolas en México que han sido criticadas por distintos sectores es el hecho de que contraten a ex funcionarios de primer nivel para ocupar puestos directivos, lo cual les da acceso a información privilegiada.
No solamente es el caso de José Andrés de Oteyza, ahora presidente de la constructora OHL en México, quien fuera Secretario de Fomento y Patrimonio Industrial de México, durante el sexenio de José López Portillo (1976-1982), sino que también destaca el del ex Secretario de Hacienda durante el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006), Francisco Gil Díaz, quien actualmente es presidente ejecutivo de Telefónica para México y Centroamérica.
Destaca también el caso de Georgina Kessel Martínez, ex Secretaría de Energía con el Presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), quien es consejera externa de Iberdrola, la multinacional energética de origen español y una de las beneficiarias de la apertura del sector eléctrico a la iniciativa privada en México.
A finales de 2012 la empresa española inició la expansión y transformación de la planta de Enertek, en el estado Tamaulipas, que tiene una inversión de 40 millones de dólares. El proyecto transformará la planta de co generación en una central de ciclo combinado, y su capacidad pasará de 120 a 150 megavatios, con lo que podrá aprovechar mejor las oportunidades del mercado de gas en el país.
La filial de ingeniería y construcción de Iberdrola comenzó en 2012 los trabajos de la planta de cogeneración accesoria a la refinería de Pemex en Salamanca, Guanajuato, un proyecto que representará una inversión global de más de 450 millones de dólares.
La información pública de Iberdrola detalla que emplea a más de 770 personas en México, de las cuales 98 por ciento son de nacionalidad mexicana, incluyendo su equipo directivo.
Según el informe adelantado de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de 2011, la mexicana utiliza sólo 69 por ciento de su capacidad instalada en hidroeléctricas y utiliza el 80 por ciento de la luz total que generan las empresas privadas a través de sus plantas termoeléctricas a base de gas natural, generada principalmente por las españolas.
De acuerdo con distintos análisis sobre el tema, laS empresas españolas compran la unidad de gas en menos de 50 centavos en Perú y lo introducen al país a un precio aproximado de 14 dólares por unidad.
Iberdrola también está involucrada en proyectos de energía eólica: tiene contemplados tres proyectos en México en 2013 junto con Gamesa, del grupo Pepsico, por una inversión de 910 millones de dólares en los estados de Oaxaca y Puebla y para esto contemplan una inversión de 910 millones de dólares, y estarán ubicados en Oaxaca y Puebla.
Otra española que realiza este tipo de proyectos es Renovalia Energy, que en México tiene como filial a Desarrollos Eólicos Mexicanos (Demex). En conjunto cn Grupo Bimbo, realiza el proyecto Piedra Larga, en el municipio de Unión Hidalgo, Oaxaca.
Demex y la mexicana Bimbo aportaron alrededor del 30 por ciento del capital total del proyecto, mientras que el resto fue financiamiento diferido de la banca de desarrollo a través de Banobras, FONADIN (Fondo Nacional para el Desarrollo de Infraestructura), Nafin y Bancomext, así como las filiales en México de las españolas La Caixa y Santander, además del banco portugués Espíritu Santo. Esta planta surtirá a las plantas de Bimbo de energía eléctrica y la energía restante será vendida a CFE.
“Sin lugar a dudas tienen grandes intereses en el sector energético, aunque desde hace tiempo ya están presentes”, señaló Víctor Manuel Prudencio.
LAS TELECOMUNICACIONES Y MEDIOS
En el caso de este sector, no sólo destaca la presencia de Telefónica, que cuenta con más de la cuarta parte de usuarios de telefonía móvil en el país, sino también el de Grupo Prisa, dueño del diario El País.
Antes de la reforma de 2013, la ley mexicana de Radio y Televisión dejaba clara la exclusividad de la radiodifusión para mexicanos o sociedades mexicanas, sin embargo, en 2001, el grupo español Prisa compró 50 por ciento de las concesiones de 17 estaciones radio (Radiópolis), propiedad Televisa Radio, de Emilio Azcárraga Jean.
La inversión que realizó el Grupo Prisa para adquirir la mitad de las acciones de las radiodifusoras, fue a través de una inversión neutra, por 50 millones de dólares y una aportación de capital por 10 millones de dólares. Juan Ignacio Zavala Gómez del Campo, cuñado del ex Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), en enero de 2007 fue contratado por Prisa como gerente de la edición global de El País.
En una carta enviada el 13 de enero de 2008 a la revista Proceso, Zavala negó que su papel fuera como “responsable de la operación del Grupo Prisa en México” y aclaró que sus funciones eran “meramente comerciales y administrativas, sin ninguna injerencia en la parte editorial”.
El ex Presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, es parte del Consejo de Administración.
Empresas de publicidad y marketing político españolas también han aterrizado en México, un ejemplo es a consultoría OstosSola, de Antonio Sola, quien participó como estratega de Calderón Hinojosa durante su último año de gobierno y quien se le atribuye haber acuñado la frase “López Obrador un peligro para México”.