La asociación civil Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER) reveló que las mineras mexicanas acusadas de causar daños en la salud de miles ciudadanos son proveedoras de una gran favorita de muchos: Apple. Una revisión más a fondo permite advertir que no es sólo este caso: otras compañías que ofrecen al mundo celulares, computadoras, impresoras, laptops y procesadores adquieren o procesan materia prima de estas extractoras de México. Como en África con los diamantes de sangre, Intel o HP obtendrían del país metales con olor a tragedia…
Ciudad de México, 25 de julio (SinEmbargo).– ¿Alguna vez ha pensado que cada vez que envía un mensaje de su teléfono celular o un correo de su computadora, carga la batería de estos aparatos o toma una fotografía con ellos probablemente está aprovechando minerales que extrajo una empresa que financia conflictos armados, o que ha sido señalada por violar los derechos humanos de sus trabajadores?
¿O que la tarjeta SIM de su teléfono móvil, ahí donde se guardan los datos de sus contactos, podría contener una delgadísima capa de oro obtenido de una mina cuya compañía propietaria fue acusada de causar daños en la salud de cientos de niños o de la muerte de 65 mineros?
¿Le parece importante saberlo?
A la asociación civil Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER), dedicada a la rendición de cuentas de las empresas, le pareció que sí y el pasado 7 de julio dio a conocer que entre las proveedoras de oro a Apple Inc. se encuentran la mina La Caridad, perteneciente a Grupo México, y Met-Méx Peñoles, que forma parte de Industrias Peñoles.
Grupo México operaba la mina de carbón de Pasta de Conchos, en San Juan Sabinas, Coahuila, el 19 de febrero de 2006, cuando ocurrió una explosión que dejó atrapados a 65 mineros. Sólo dos de ellos fueron rescatados, pues la compañía decidió interrumpir el rescate de los trabajadores, argumentando que era riesgoso continuar la búsqueda. Hasta ahora, las familias de los otros 63 mineros siguen exigiendo que se les entreguen los cuerpos de sus familiares, e incluso llevaron el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Met-Méx Peñoles es una planta procesadora de metales, ubicada en Torreón, Coahuila, que a finales de los años 90 fue señalada como la causante del envenenamiento por plomo de niños de entre uno y seis años de edad.
La organización PODER obtuvo la información sobre las mineras proveedoras de Apple Inc. a partir de un informe que dicha compañía entregó recientemente a la Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés).
“Nos pareció muy interesante ver quiénes eran estas mineras que le estaban vendiendo oro a Apple y analizar cuál es la responsabilidad de una compañía del prestigio de Apple, que tiene en sus políticas de compra algunos lineamientos muy claros sobre la procuración ética de minerales y sobre asegurar que en su cadena de suministro las condiciones de trabajo sean justas y seguras”, dice a SinEmbargo Fernanda Hopenhaym, coordinadora de Quién es Quién Wiki, una plataforma desarrollada por PODER que recopila, sistematiza y publica información sobre empresas, empresarios y sus vínculos con el sector público.
Respecto al caso de Apple, Hopenhaym comenta: “Nos pareció muy pertinente dar a conocer este análisis. Son dos empresas muy grandes mexicanas que tienen distintas mineras y complejos metalúrgicos, que tienen registrados distintos conflictos sociales, impactos ambientales, conflictos laborales, etcétera. Nuestro análisis es que esto entra en contradicción con la política de Apple”.
Una revisión hecha por SinEmbargo en los archivos del SEC permitió conocer que al menos hay otras tres empresas estadounidenses de tecnología que también tienen entre su cadena de suministro a estas mineras. Se trata de las firmas Intel Corporation, fabricante de procesadores, y y Hewlett-Packard (HP), que fabrica y comercializa computadoras personales e instrumentos electrónicos y de laboratorio. El otro caso es el de International Business Machines Corporation (IBM), que tiene a la mina La Caridad como procesadora de oro.
Hopenhaym recuerda que la compañía a la que pertenece La Caridad -Grupo México, propiedad de Germán Larrea- también es dueña de la mina El Arco, en Baja California.
El proyecto de El Arco ha sido rechazado por grupos ambientalistas, que han alertado del riesgo de contaminación de una laguna, la sobreexplotacion de una cuenca hidrológica, y la alteración ambiental del Valle de los Cirios.
A Grupo México también pertenece la mina Charcas, en San Luis Potosí, en la que el pasado 12 de febrero murieron cinco trabajadores al desplomarse un elevador que los transportaba. De acuerdo con la organización PODER, tras el accidente la Secretaría del Trabajo y Previsión Social impuso una multa de más de 13 millones de pesos a la empresa por la falta de medidas de seguridad e higiene.
En el caso de Met-Méx Peñoles, la organización refirió que en 2004 la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos señaló al complejo como “un ejemplo de degradación y contaminación del medio ambiente y perjuicios a la salud de la comunidad”.
EU Y LOS CONFLICTOS MINEROS…EN ÁFRICA
La posibilidad de conocer quiénes son los proveedores de estas empresas se debe a la aprobación del Acta Dodd-Frank de Protección al Consumidor y Reforma de Wall Street, realizada por el Congreso de Estados Unidos en 2010. En su sección 1502, el Acta obliga a las empresas que cotizan en las bolsas de valores estadounidenses a revelar si usan “minerales en conflicto” que provengan de la República Democrática del Congo o de los países limítrofes de éste.
Los considerados “minerales en conflicto” son el estaño, tantalio, tungsteno y oro. Se trata de materiales muy usados por empresas de tecnología como Apple, Intel, HP o IBM. Por ejemplo, el tantalio se usa para las baterías de computadoras y teléfonos celulares, y hace posible que los móviles tengan mejor señal y los lentes de sus cámaras sean más delgados; mientras que el tungsteno hace posible la vibración de los móviles cuando reciben una alerta de mensajes o llamadas entrantes, de acuerdo con un información publicada por Intel.
El oro, por ser un metal altamente conductivo, se usa en las tarjetas SIM de los celulares. El material que solda los circuitos que transmiten datos en los teclados de computadoras y móviles es el estaño. Estos cuatro minerales también se emplean para la fabricación de microprocesadores de computadoras.
Los “minerales en conflicto” se llaman así porque son extraídos principalmente de minas de la frontera este de la República Democrática del Congo. Muchas de las minas de esa región actualmente están controladas por grupos armados que cobran “impuestos” ilegales a las mineras, financian sus conflictos con el dinero que obtienen de la venta de eso minerales y se aprovechan de sus trabajadores.
Por ello es que el Congreso estadounidense dispuso que las empresas tenían que informar si dentro de su cadena de suministro estaban ocupando minerales extraídos de minas cuyos recursos pudieran estar financiando conflictos armados en la República Democrática del Congo. El pasado 2 de junio fue la fecha límite en la que cerca de mil 300 compañías estadounidenses entregaron dicha información.
Sin embargo, la información del interés de la SEC no contempla otro tipo de conflictos relacionados con mineras, como los ambientales o sociales, cuya ocurrencia ha sido documentada no sólo en México, sino en otros países de América Latina como Guatemala, Brasil o Perú, de acuerdo con información del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, agrupación que articula a más de 40 organizaciones en la región que defienden a las comunidades afectadas por proyectos de extracción minera.
Hopenhaym dice que si bien esta disposición legal promovida en Estados Unidos es “bastante avanzada” en el tema de la transparencia y rendición de cuentas de las empresas, “no necesariamente tiene que ver con otro tipo de conflictos, que es lo que de repente preocupa”.
No obstante, considera que la publicación de este tipo de datos contribuye a tener cada vez más acceso a la información de las empresas, que puede ser aprovechada para conocer otro tipo de relaciones que éstas tienen en otros países.
Y es que en los Informes sobre Minerales en Conflicto que las compañías entregaron a la SEC dieron cuenta de su situación actual en relación al uso de “minerales en conflicto” en la República Democrática del Congo, pero también proporcionaron los nombres de las compañías mineras que integran sus cadenas de suministro en todo el mundo.
En esos listados donde figuran los nombres de las mineras La Caridad y Met-Méx Peñoles.
Los informes publicados por la SEC también han permitido conocer otras relaciones entre las compañías estadounidenses en el mundo.
Ejemplo de ello es que a partir de esa información la firma Claigan Environmental detectó que 68 empresas estadunidenses tenían en su cadena de suministro al Banco Central de la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte), un país con el que Estados Unidos mantiene un bloqueo económico desde 1950 y al que la Organización de las Naciones Unidas ha sancionado por su intención de desarrollar armas nucleares, de acuerdo con una nota del portal de información financiera Bloomberg, publicada el pasado 3 de junio.
LA PARTE PÚBLICA DE LO PRIVADO
A decir de Hopenhaym, las empresas que tienen políticas sobre procuración ética de minerales, deberían verificar también las prácticas, conflictos sociales o ambientales y los impactos negativos de las compañías mineras que están en su cadena de suministro.
HP considera entre sus políticas de responsabilidad social y ambiental que los proveedores integren políticas ambientales, laborales, de derechos humanos, seguridad y salud laboral, y que se conduzcan éticamente en la toma de decisiones y en sus negocios. Intel hace énfasis en la responsabilidad ambiental que hay en su cadena de suministro. El Código de Conducta para los proveedores de IBM hace énfasis en ámbitos como el laboral, ambiental, de seguridad y salud.
Refiriéndose al caso específico de Apple (que fue el que PODER documentó), Hopenhaym dice: “Tiene la responsabilidad al menos de solicitar una investigación propia o un monitoreo independiente de las prácticas o récords de estos proveedores en su cadena de suministro, por las propias políticas que declara la empresa”.
SinEmbargo preguntó a las cuatro empresas mencionadas si consideraban o no que la inclusión de mineras cuestionadas en México contravenían sus principios éticos y de responsabilidad social. Hasta el cierre de edición, ninguna de ellas había contestado.
Hopenhaym señala que en la discusión sobre transparencia y rendición de cuentas, se presta poca atención al sector privado, a pesar de la relevancia que las empresas tienen en la sociedad y, muchas veces, en relación con el gobierno.
“Como ciudadanos, como consumidores, muchas veces empleados de las propias empresas, como contribuyentes, sí consideramos que es fundamental conocer un poco más sobre cuáles son sus prácticas, por el rol que tienen estos actores en la economía nacional y en la sociedad en su conjunto”, expresa.
Alejandro Calvillo, director de la organización civil El Poder del Consumidor, enfocada a defender los derechos de los consumidores, considera que el primer obstáculo para hacer asequible la rendición de cuentas corporativa es la falta de información. En el caso de México a esa deficiencia se le agrega la falta de una cultura de la transparencia en el sector empresarial.
“Es algo que se tiene que desarrollar, esta solidaridad, esta conciencia en el consumidor de ser solidario con otras regiones, con otros trabajadores, con las condiciones que estas empresas están generando”, dice.
Calvillo apunta que, en el caso de las mineras, no debe perderse de vista que se trata de un sector en el que actualmente se están generando conflictos sociales y ambientales graves, por lo que es relevante prestar atención a las prácticas empresariales asociadas a él.
Al mismo tiempo recuerda la importancia que tienen las acciones de los consumidores para hacer exigible la rendición de cuentas de las empresas y motivar cambios en sus prácticas.
“Muchas de las campañas que han logrado cambios a nivel internacional en el comportamiento de las empresas a veces no es presionando directamente a las empresas, sino presionando quien compra el producto a la empresa”, expresa.