Por Rafael Claudín/TICbeat
Ciudad de México, 4 de julio (SinEmbargo/TICbeat)– Estamos acostumbrados a ver a los robots como simples juguetes. Cada día más capaces, es verdad: unos te cocinan, otros te hacen de barman o de guía turístico en hoteles de lujo, o bailan, trepan por las paredes, llevan todo el peso cuando vas de paseo por el campo (de minas); pero, al final, todos ellos son juguetitos que se están preparando para el futuro. Sin embargo, su presencia está creciendo de modo más subterráneo, especialmente en segmentos industriales, donde los robots se dedican desde hace mucho tiempo a las tareas más mecánicas, liberando a los seres humanos de esa esclavitud. Liberándolos también de sus sueldos, como diría el detective Spooner.
Pues bien, también se están adentrando en tareas a priori más creativas. Así, según ha publicado Poynter, la agencia Associated Press anunció la semana pasada sus intenciones de dejar en manos robóticas buena parte de los artículos que produce. AP ha contratado los servicios de Automated Insights, lo que le permitirá multiplicar el número de piezas que produce y, por tanto, el dinero que gana con ellas. Según el editor en jefe Lou Ferrara, pasarán de producir 300 artículos humanos a 4 mil 400 generados automáticamente por trimestre.
La nueva mecánica, literalmente, de trabajo de la agencia ha empezado este mismo mes. Los robots utilizarán datos proporcionados por Zachs Investment Research y generarán todas las piezas de bulto. En teoría, el nuevo sistema servirá para que los periodistas, los humanos, puedan dedicarse a escribir reportajes de mayor calado, dejando los artículos menos comprometidos a sus compañeros robóticos.
UNA MODA EN LA PRENSA AMERICANA
La agencia no es la primera en pasarse a la práctica de las noticias robóticas, como recuerda PopSci. Forbes utiliza un algoritmo de la compañía Narrative Science para generar breves financieros, en particular sobre compañías a las que les va bien en bolsa. Los Angeles Times, al parecer, utiliza un sistema similar para dar noticias sobre terremotos y homicidios. Desconozco en qué punto está Japón en este sentido, pero si en Estados Unidos está tan avanzado, en el archipiélago nipón quedarán pocos periodistas humanos.
La cuestión es: ¿qué hacemos con los miles de periodistas que cada año salen de las universidades? ¿Serán como los psicólogos argentinos, reconvertidos en camareros con grandes dotes de conversación? La teoría es que podrán dedicarse a escribir “de verdad”, aunque tengan que hacerlo para el periódico del barrio. O de la comunidad de vecinos. La práctica, por otro lado, suele ser mucho más cruda que la teoría, de modo que no parece que tengan un futuro muy halagüeño.
Aunque no sería honesto si criticara ahora la fascinante robótica porque de pronto parece que me toca más de cerca. Pensemos en la parte positiva de esta medida. Parece que la principal tarea, hasta ahora, de los redactores robóticos son las noticias financieras y deportivas. La cantidad de datos que están a disposición robótica de forma inmediata les da un bagaje que nosotros claramente no tenemos. Pero, además, pensemos, por ejemplo, en el estado actual del periodismo deportivo español. El amarillismo sensacionalista y el griterío de la última década no le ha sentado demasiado bien.
A nadie se le escapa que le vendría bien un poco de sensatez robótica.