FAST FASHION, UN FENÓMENO ECONÓMICO Y SOCIAL
PorRedacción/SinEmbargo
17/05/2014 - 12:00 am
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En tan sólo tres semanas o menos, la industria de la “moda rápida”, hace asequible las prendas de uso diario vista en las pasarelas del mundo, a los amantes de las últimas tendencias.
Como lo indica su nombre, la fast fashion se entiende como la producción de ropa a gran velocidad y a muy bajo costo, tanto así que la adaptación de los diseños presentados por los grandes diseñadores se realiza en corto tiempo, lo que resulta muy atractivo para los consumidores.
Así lo señaló la maestra Ana Paola Ruiz Calderón, académica de la Licenciatura en Diseño Textil de la Universidad Iberoamericana, quien apuntó las ventajas y desventajas que, según su punto de vista, puede llegar a representar este tipo de moda.
En este tenor, la llegada a los centros comerciales de México de diversas marcas extranjeras de ropa juvenil fomentan esta tendencia conocida como fast fashion (moda rápida), un fenómeno interesante.
“El gran éxito de este modelo es que por fin la gente puede vestirse con buen diseño”, comentó la experta, quien añadió que la fast fashion permite la rotación del producto, las prendas cambian constantemente en los anaqueles.
Sin embargo, es necesario crear conciencia sobre el consumo de prendas fast fashion, pues en ocasiones, para lograr la velocidad de producción necesaria para responder a la gran demanda por este tipo de vestimenta, los métodos empleados no son necesariamente los más amigables con el medio ambiente o, en casos extremos, con los derechos humanos de quienes laboran en las maquiladoras contratadas para confeccionar esta ropa, indicó la académica.
A diferencia del movimiento conocido como slow fashion, que se opone el consumismo veloz en materia de vestimenta, no se trata de dejar de consumir ropa fast fashion, sino de tener conciencia al momento de comprarla, aclaró la diseñadora.
Por ello es importante revisar las etiquetas de las prendas y buscar información que indique si se utilizó algún proceso amigable con el ambiente para su creación, así como investigar acerca del país de origen de la pieza deseada.
Dado el interés en alejarse de cualquier publicidad negativa, las marcas que venden fast fashion ya se han interesado en mejorar sus procesos, los cuales presumen por medio de etiquetas que señalan que sus prendas tuvieron un diseño ecológico, señaló.
La maestra añadió que, a diferencia de lo que se cree, la ropa de algodón no es ecológica, sino que es la fibra que más agua gasta para su producción. Por ello lo recomendable es consumir prendas de algodón orgánico.
Redacción/SinEmbargo
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