Ciudad de México, 13 de abril. (SinEmbargo).- El resurgimiento de la violencia de alto impacto en Tamaulipas puede extenderse a los estados vecinos de Nuevo León y Coahuila, entidades en donde también se registran disputas entre Los Zetas y El Cártel del Golfo (CDG), prevé el autor del libro Zetas: la franquicia criminal, Ricardo Ravelo Galó.
“Si ya tronó la bronca en Tamaulipas, lo más probable es que pronto ésta toque a Nuevo León y a Coahuila; que no se nos vaya a olvidar que también son territorios en disputa por estos dos grupos”, alertó.
De acuerdo con el también autor de la obra Herencia maldita, la reciente violencia que se presentó la semana pasada en la entidad fronteriza, en la que entre el sábado 5 y el 8 de abril fueron acribilladas 28 personas por enfrentamientos, sí tiene sus causas en la detención de uno de los líderes del CDG, Jesús Alejandro Leal Flores, alias “El Metro 24”, y pugnas internas de dicho Cártel, tal como han dicho el Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido y el Gobernador tamaulipeco, Egidio Torre Cantú.
Pero también tiene que ver con la disputa que sostiene el CDG de tiempo atrás con Los Zetas.
“Si tiene que ver con capturas, pero estas no fueron emblemáticas, no significaron gran cosa aunque eran de controles regionales. Las detenciones sí tuvieron una sacudida, pero no es todo el tema. Aún existe una vieja rencilla entre lo que queda del Cartel del Golfo y los Zetas, dos grupos que primero estaban unidos y luego distanciados, luego se declararon la guerra por la muerte oficial de Heriberto Lazcano Lazcano ‘El Lazca’ y la captura de Miguel Ángel Treviño Morales, ‘El Z-40’», expresó.
“Las redes que quedaron sueltas las está retomando el hermano menor de Treviño [Oscar Omar, conocido como Z-42] que opera desde Zacatecas y eso ha ido generando una sacudida de violencia. [Los Zetas] se aprestaron a la toma del estado con ciudades como Tampico, Ciudad Victoria y la llamada Frontera Chica, una de las zonas más disputadas por la cercanía con la frontera con Estados Unidos, entonces no es más que un episodio distinto, crudo, de violencia entre dos grupos con historia que buscan reposicionarse en un estado que hoy está totalmente vulnerado”, explicó el especialista.
Comparó la disputa entre ambos grupos delictivos a la que sostuvieron en Chihuahua por Ciudad Juárez los cárteles de Sinaloa y de Juárez, misma que se detuvo cuando acordaron repartirse el territorio. Fue entonces cuando disminuyó la violencia.
“Están en plena efervescencia los dos grupos, no dudo que vayan a llegar a un acuerdo con o sin intervención del gobierno, me parece más que con intervención del gobierno para facilitarlo, esa entidad es clave por la zona fronteriza, pero mientras ocurre eso están ajustándose cuentas por ocupar los más importantes territorios y rutas”, añade.
La disputa por el territorio entre el CDG y Los Zetas es la razón de una violencia que parecía apaciguada, luego de que en 2010 se registrarán enfrentamientos entre ambos grupos con balaceras callejeras, bloqueos y cuerpos regados en el pavimento, coincide el ex Subprocurador General de la República en un tramo del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, Jorge Lara Rivera.
“Hay una disputa general, hay la búsqueda de predominio territorial por información, son choques por asuntos territoriales dentro de la propia entidad y no descartaría que sea reflejo de lo que ha pasado en Michoacán, Sinaloa y otras partes”, dice en referencia al desmantelamiento de Los Caballeros Templarios y la detención de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera.
Ante este nuevo repunte de violencia, el gobierno federal debe contemplar algo similar a lo que hizo con Michoacán, incluida la presencia de un Comisionado federal, propuso.
Se trata de una medida a la que ya se opuso el Gobernador de la entidad, Egidio Torre Cantú. El Procurador General de la República, Jesus Murillo Karam dijo el vienes que Tamaulipas requiere una estrategia de seguridad específica, no un comisionado.
Para Lara, lo que dice el mandatario estatal no debe ser contundente para no mandar fuerzas federales, dado el grado de penetración por parte del crimen organizado en las estructuras del gobierno estatal y el desconocimiento que tienen de los grupos criminales.
“La autoridad menos indicada, con menos información y rezagada en la contención de la violencia es la autoridad local. No ha habido un fortalecimiento institucional, por lo mismo que atestiguamos en Michoacán y otros estados, por corrupción”, afirma.
De ahí la necesidad de una figura como la de Alfredo Castillo, Comisionado en Michoacán.
“Este matiz que ha tenido el Comisionado en Michoacán de ser el Gobernador de facto ha funcionado, tal vez políticamente no nos sea muy cómodo pero ha funcionado y sí me parece que en Tamaulipas se necesita de alguien que ponga orden”, reitera.
TAMAULIPAS, UN NARCOESTADO
Tamaulipas es un narcoestado, coinciden Lara y Ravelo.
Se trata del estado donde surgieron los Zetas en 1997, explica Ravelo. Es la entidad donde se expandieron, añade por su parte Lara.
“Es el epicentro de muchos temas de inseguridad. Es la madriguera, cuna de los Zetas y de ahí se irradia su influencia criminal que por alguna u otra razón es su centro de operación y es su base”, dice el ex Subprocurador.
Los Zetas inicialmente era un grupo militar de élite, y algunos de sus integrantes, entre ellos Lazcano y Morales Treviño desertaron para convertirse en los guardias del Cártel del Golfo, comandado por Osiel Cárdenas Guillén, pero cuando éste cayó preso en 2003, los militares que lo cuidaban decidieron fundar su propio cártel. Ahí se produce el inicio de la rivalidad del grupo con el cartel que comandó su ex jefe.
“Hay un fenómeno de fortalecimiento que tiene que ver con la captura de Cárdenas y el escalamiento de poder de fuego de 2005 y recaló mucho en el sexenio anterior por el abastecimiento de armas a partir de ese año en que incluso Estados Unidos favorece y no hay disminución (del tráfico armamentista). Obviamente los episodios más importantes fueron los atentados contra los migrantes, en San Fernando 1 y 2 [la primera fue la masacre contra 72 migrantes que se negaron a colaborar con los Zetas; la segunda, el hallazgo de 193 cuerpos en fosas clandestinas] que dan muestra del grado de irracionalidad que grupos de este cartel que funciona como franquicia, ellos mismos se calentaron ‘la plaza’ con estos actos estúpidos e irracionales”, recordó Lara.
La importancia de la entidad radica en ser frontera con los Estados Unidos, lo que implica cruces fronterizos para el transporte de droga, y también el acceso directo al tráfico de armas.
“Tamaulipas es una zona que después de Ciudad Juárez es la más codiciada por el crimen organizado, cuenta con varias puertas fronterizas, Matamoros, Nuevo Laredo, varios puntos donde pasan tractocamiones. Es la frontera con más cruces fronterizos y no de balde están consideradas Nuevo Laredo y Matamoros como las joyas de la corona en el negocio del crimen organizado”, refirió por su parte Ravelo.
Ambos han tenido la oportunidad de visitar la entidad y han comprobado lo que se dice: que apenas llega un visitante es vigilado en el aeropuerto, en los taxis y en los hoteles.
“Tamaulipas es un narcoestado, una entidad donde la vida pública la tiene controlada el crimen organizado, a los policías, a la actividad empresarial y política, todo gira en torno de esto. Cualquier periodista del Distrito Federal, te lo digo por experiencia personal, ha visto que tan pronto te bajas del avión ya saben quién eres. Hay un seguimiento para cualquiera de estos periodistas que acuden a reportear lo que sucede», aseguró el escritor.
“Muchos reporteros que llegan se tienen que regresar porque [los delincuentes] saben que están ahí. También circulan vehículos con el logo de CDG, hay halconeo de los propios taxistas, la policía y personas en vehículos particulares realizan una labor de espionaje sobre determinadas personas, incluso sobre la autoridad federal, el Ejército y la Marina. Están bajo observación permanente de halcones del crimen organizado, hacia dónde van y por dónde se desplazan, más en Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa, que son puntos estratégicos para el crimen organizado”, describió.
Lara compartió una experiencia similar.
“Está en franco grado de deterioro, me tocó estar en las elecciones federales de 2012 en Reynosa -ya no era Subprocurador-, hay ese clima que se palpa, se puede atisbar la presencia de halcones en todos lados, en los caminos, las tiendas, las gasolineras, es muy preocupante y no me extraña esta capacidad de desdoblamiento que hubo ahí mismo entre ellos”, recordó Lara.
Ravelo explicó que si bien en Tamaulipas y en otros estados ambos grupos se disputan el control territorial, Los Zetas son los más fuertes.
“Tienen el segundo lugar en el Continente, son la segunda fuerza criminal después del Cártel de Sinaloa”.
EL PACTO QUE APACIGUÓ
Desde 2010 no se habían visto balaceras tan intensas en Tamaulipas.
En opinión de Ravelo, hubo un pacto que si bien no desapareció la violencia, sí la disminuyó.
“Tuvo un periodo de tranquilidad lo que no significa que no hubiera violencia, no quiere decir que no haya habido violencia de alto impacto. En el crimen organizado se pacta por cosas muy prácticas, hasta para un cruce, para cosas elementales y luego las alianzas se rompen. No dudo que Los Zetas y el Cartel del Golfo hayan pactado una tregua para acomodarse y ver si podían continuar con el negocio en la entidad y esto se pudo lograr con el arbitraje del Estado. No alcanzó porque el negocio es muy grande, hay muchos grupos que controlan lo mismo, y los pactos no son perennes y se rompen por cosas menores y derivan en violencia que puede ser desastrosa y vendrían otras negociaciones y es lo que ha ocurrido en otros estados, los acuerdos tardan en llegar y tiene que ver por ahí”, plantea.
El especialista y autor del libro Los narcoabogados, no descarta que también se haya roto la tregua por algún desacuerdo a nivel político dentro del gobierno estatal o federal.
“Todos (los cárteles) están presentes en los gabinetes, es cosa de ver quién se peleó con quién a nivel policías, Gobernador, Secretario de Gobierno, hay que ver qué pasó”.
Difiere de la postura de Lara de enviar un comisionado, ya que ve algunas diferencias con Michoacán.
“Hay que ver qué reacción hay de parte del Estado, las fuerzas federales, hay condiciones bastantes graves en el Estado de México y no se ha recurrido a esa figura, lo de Tamaulipas es reciente y falta ver si va a pacificarse con el Ejército, la Marina o crece. Michoacán es distinto porque hay el componente social de las Autodefensas e ingredientes de crimen organizado lo hacía más explosivo, pero en las entidades donde no hay Autodefensas, por lo menos ahora se presume que la reacción que pueda tener el Estado mexicano sea suficiente para regresar la tranquilidad”, dice.
Lara ve que sólo con apoyo federal se puede enfrentar la situación y un antecedente es la actuación del gobierno federal luego de las masacres de San Fernando.
“A raíz de estos incidentes terribles con decenas de migrantes como victimas hubo resultados satisfactorios en el sentido que se capturó a los involucrados e incluso hubo la generación de información e inteligencia a partir de estas capturas. Ha servido para desmantelar parte de las estructuras de mando, probablemente si no hubiera sido por muchas de esas capturas los mandos abatidos o capturados no lo hubieran sido. Ahí se demuestra la importancia del trabajo de inteligencia coordinado y la presencia federal”, concluyó.