Realizadores de documental sobre la violencia en Ciudad Juárez buscan salas de cine que proyecten su obra

14/04/2014 - 12:00 am

Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo).– La historia que hay detrás de un sicario y de una niña que fue testigo del asesinato de su padre en Ciudad Juárez, Chihuahua, es el tema central que aborda el documental “Mataron a mi papá” producido por los periodistas independientes María Verza y Nguyen Manh y que ahora buscan salas de cine en México para proyectar la obra.

Desde el año pasado la cinta empezó a proyectarse a pequeños grupos y salas alternativas, sin embargo los realizadores aún no encuentran una oferta para llevar la historia de las víctimas de la guerra contra las drogas a las grandes salas de los cines mexicanos.

“Ahora estamos tratando de venderlo, de conseguir que nos compren el documental y que lo proyecten en salas. Es algo muy difícil porque es un proyecto independiente”, dijo.

El documental tiene un corte periodístico en una cinta de 30 minutos, que, según su realizadora, debió ser un proyecto más ambicioso que por falta de recursos, no abordó la totalidad de la historia que quería contar.

Sin embargo, para los periodistas, su trabajo logró el objetivo que se platearon al inicio de su investigación: reflejar el rostro humano de las cifras.

“Elegimos Ciudad Juárez porque en 2010, cuando empezamos a grabar todos los ojos del mundo estaban puestos por esa famosa lista de la ciudad más peligrosa del mundo, nuestra intención fue decir está bien, es la ciudad más peligrosa por los números, pero detrás de los números y las muertes hay otras historias que contar”, dijo María Verza, periodista española independiente.

Verza recogió entonces la historia de aquellos niños huérfanos que se quedaron si padres como resultado de la guerra contra el narcotráfico que emprendió el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa.

“Al ir a buscar qué hay detrás, vimos a muchísimos niños que se quedaron sin padres y sin madres y que nadie se preocupaba de ellos”, dijo.

Desde 2008 Ciudad Juárez se mantuvo como la ciudad más peligrosa del mundo. En 2009 su tasa de homicidios dolosos fue de 191 por cada 100 mil habitantes, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal.

En ese año las ciudades que ocuparon segundo y tercer lugar, quedaron alejados en números de la fronteriza Juárez.

“A mucha distancia de Juárez – 72 puntos menos en su tasa – figura en segundo lugar San Pedro Sula (Honduras) y San Salvador capital de El Salvador, con una tasa 96 puntos inferior a la de Juárez, aparece en tercer lugar. Es decir, Juárez es el doble de mortífera que San Salvador, la tercera ciudad más violenta del mundo en 2009”, dice el boletín informativo del Consejo Ciudadano de ese año.

Pero aún con sus cifras mortíferas, Ciudad Juárez tiene otra cara y otra mirada: la de las organizaciones civiles que luchan y que hacen un trabajo arduo para rescatar a las víctimas de la violencia.

En ese contexto se desarrolló el documental de los dos periodistas independientes, quienes padecieron el rechazo de su proyecto por las grandes cadenas televisivas extranjeras.

“La visión de México en Europa es más simplista, ellos no saben ni siquiera donde está Tamaulipas por ejemplo, no lo ubican en el mapa, de Ciudad Juárez sabían porque estaba en las noticias”, recordó Verza.

La realizadora del documental trató de rescatar esa otra cara de Ciudad Juárez y darle a los número que dejaba a su paso la guerra de Calderón, rostros.

Encontró esos rostros en Bryan, un jovencito que se convirtió en sicario a los 17 años, después de que unos hombres quemaron la mitad del cuerpo de su padre y apuñaron el resto.

“Cuando tenía 10 años vi como unos hombres mataron a mi padre y a mi madrastra. A  mi papá lo apuñalaron, lo quemaron. La mitad del cuerpo lo tasajearon y la otra la quemaron  y le mocharon la mitad de la cabeza”, dice Bryan sentado de espaldas a la cámara. Ahí narra que a los 17 años cometió su primer asesinato.

También lo encontró en Lupe, una niña de ocho años que fue testigo del asesinato de su padre en la puerta de su casa.

“Estuvieron tirando balazos, yo me agaché, mi hermanita también se agachó. Cuando se fueron, que movió la cabeza, regresaron y lo terminaron de matar”, cuenta Lupe.

María encontró a las organizaciones que trabajan con las víctimas, algo que no existe en estados como Michoacán.

“Encontré que en Ciudad Juárez la sociedad está muy organizada, algo que no sucede en Michoacán, donde no hay redes. En Juárezhay mucha gente que está haciendo un trabajo brutal con otros jóvenes y niños”, dijo.

Verza recordó que hace unos meses habló con una niña de 13 años que tenían detenida las autodefensas de Michoacán por “halcona”.

“La niña era hermosa y ella me contó que huyó de su casa porque había problemas muy graves de violencia, no me conto más, uno hecha a volar la imaginación. Lo cierto es que la he tratado de rastrear y no la he encontrado, nadie sabe qué pasó por ella. No se sabe si volvió con su familia, si está en una red, si vive sola o qué pasó con ella”, dijo.

En el caso de Ciudad Juárez hay jóvenes raperos que componen y cantan y que trabajan con otros jóvenes que como Bryan y Lupe padecen los estragos de la violencia.

En el documental participó en audios y presentación la periodista Marcela Turati y en locución, el poeta, escritor y líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), Javier Sicilia.

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