Ciudad de México, 5 de marzo (SinEmbargo).– Decir que el corazón se «rompe» es una expresión común que sirve para ejemplificar una gran pena ocasionada por motivos sentimentales. A menudo se asocia con dificultades en las relaciones de pareja, las cuales suelen terminar en una separación. Sin embargo, ¿qué sucede cuando esta pérdida es definitiva e irreparable?
De acuerdo con un estudio detallado por investigadores de la Universidad de Birmingham, el llamado «síndrome del corazón roto» puede ser más grave de lo que parece sugerir el nombre, el cual no se debe exclusivamente a decepciones amorosas.
Así, la creciente evidencia indica que al morir un ser querido no sólo aumenta el riesgo de depresión para quien sufre esta pérdida, sino de que las defensas de su cuerpo se pueden debilitar, quedando de esta manera indefensa contra todo tipo de enfermedades, publicó el diario británico The Independent.
Los investigadores estiman que este síndrome aumenta hasta seis veces las posibilidades de morir en el primer año que sigue al deceso de un ser querido. Un fenómeno que explica la razón por la que muchas viudas y viudos mueren a los pocos meses después de su cónyuge fallece.
Científicos del St. George’s Hospital Medical School de Londres analizaron los datos de miles de personas de 60 años de edad o más en el Reino Unido, entre los que se encontraban algunos que habían perdido recientemente a sus parejas.
De esta manera, encontraron que el 16 de cada 10 mil pacientes sufrieron un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular dentro de los 30 días que sucedieron a la muerte de su compañero, el doble de casos comparados con aquellos cuyos seres queridos se mantuvieron con vida. No obstante, el mayor riesgo para los hombres y mujeres en en esta situación comenzó a decrecer luego de 30 días de duelo, según los hallazgos publicados en la revista JAMA Internal Medicine.
Para explicar el «síndrome del corazón roto» existen muchas causas complejas que pueden hacerlo, pero la producción de cortisol, una sustancia química liberada por la glándula suprarrenal, da muchas respuestas al peligro que una persona puede correr tras perder a alguien cercano.
Entre sus funciones principales de esta sustancia se encuentran incrementar el nivel de azúcar en la sangre, suprimir el sistema inmunológico en caso de ser necesario y ayudar al metabolismo de grasas, proteínas y carbohidratos. De igual manera, da más energía al cerebro y acelera la cicatrización de las heridas.
Sin embargo, también se cree que esta sustancia es una de las mayores fuentes de los problemas de salud, ya que aunque ayuda al cuerpo en un sinnúmero de aspectos, puede llegar a ser fatal cuando una persona se enfrenta a una angustia emocional a largo plazo.
Por otra parte, los expertos afirman que la hormona se puede acumular hasta niveles peligrosos en la sangre, afectando a muchas partes del cuerpo, además de variados problemas de salud entre los que se cuentan pérdida de cabello, resfriados, dolores de cabeza, asma, hipertensión, enfermedades intestinales inflamatorias, dolores musculares, padecimientos cardiacos, diabetes y cáncer, entre otros.